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En la calle, esa 'selva de cemento' de la que cantaba Héctor Lavoe, prima la ley del más fuerte, y no se puede dar papaya porque se cumple aquello de que el vivo vive del bobo.

Esa realidad quedó demostrada el pasado lunes 7 de enero cuando una banda trató de asaltar la fábrica de pan Galipán, calle 45D No. 19 – 62, barrio San José, en Barranquilla.

La banda, según testigos, estaba conformada por cuatro hombres y una mujer.

El atraco estaba bien planeado. O al menos eso creían su autores, que para despistar a los empleados, usaron a dos adultos mayores, y eligieron un momento crucial, las 11:30 de la mañana, cuando los empleados estaban terminando de cargar pedidos en camiones.

La cámara de seguridad muestra como dos ancianos, un señor y una señora de aspecto muy humilde, se acercan a los trabajadores como tratando de pedirles que les regalen unos panes para comer.

Hoy los investigadores de la Policía Judicial han establecido que los ancianos fueron usados como señuelo por los delincuentes para cometer el ilícito, pero no hacían parte de la banda.

Una fuente judicial consultada por EL HERALDO informó que a los ancianos les habrían ofrecido $10 mil para que llegaran a pedir pan a la fábrica. De manera inocente, según las pesquisas, terminaron metidos en un asalto, golpeados y hasta amenazados de muerte por los delincuentes.