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Mitos y verdades en la novela de Diomedes

La fuga del músico con Patricia Acosta y otras anécdotas son relatadas aquí por sus reales protagonistas.

En la actualidad el Canal RCN retransmite Diomedes Díaz, el Cacique de la Junta, serie inspirada en la vida personal y musical del cantautor guajiro.

La producción fue emitida por primera vez con gran éxito, pero también con fuertes críticas, en 2015; ahora con un rating que promedia los 9 puntos, nuevamente los colombianos entre las 8 y las 9 de la noche, observan la historia del artista más vendedor en la historia del vallenato.

EL HERALDO consultó personajes de la vida real en el entorno de Diomedes, quienes afirman que hay episodios que no fueron verdaderos, y otros que se apegan fielmente a la historia del cantante. ¿Será que El Mono Arjona era así de bravo como lo muestran?, ¿El papá de Diomedes era igual de mujeriego a su hijo?, ¿Qué tanto sufrió en prisión El Cacique? son algunas de las preguntas que se hacen muchos y que logramos resolver para nuestros lectores.

La ventana marroncita 
Hernán Acosta, el hermano celoso de Patricia, sostuvo que Diomedes llegaba a ponerle serenata a Patricia en la ventana marroncita, y con una piedra la rayaba para que ella se levantara y la abriera, ahí se veían de noche o madrugada. También admite que tal como lo muestran en la producción, él celaba mucho a su hermana. La acusaba con su mamá sobre los encuentros en la ventana y cuenta que una noche cuando Diomedes cantaba acompañado por las notas del acordeón de su tío Martín Maestre, él salió y les hizo cuatro tiros al aire con el revólver de su padre. “Cogí el revólver de mi papá, pasé por el corredor, y desde otra habitación le hice cuatro tiros al aire, ellos salieron corriendo, el acordeón amaneció ahí y la guacharaca la hicieron miga en el arranque”, recordó Hernán Acosta, quien relató que amigos de Diomedes se ‘vengaron’ y a los 15 días, le hicieron otros tiros al aire. “Yo sentí el tiroteo, salí corriendo y terminé durmiendo en el cuarto de mamá”.

La fuga de Patricia con Diomedes 
El hermano de Patricia también explicó que la forma en que Diomedes se llevó a su amada para casarse no fue como lo cuenta la novela, en la que el denominado ‘Papá de los Pollitos’ la intercepta cuando iba a casarse con Pipe Arango, quien en la vida real sería Carlos Araujo, aunque este nunca tuvo un compromiso o noviazgo con ‘Patri’. Recordó Hernán que en una tarde de septiembre de 1978, el cantautor en compañía de su hermano Rafael Díaz y su amigo Bolívar Urrutia, se llevó a la joven. “Ese día se realizaba un velorio porque en la calle tercera se había muerto Justiniano Gámez, el matarife del pueblo. Mi mamá se fue a cambiar y le dijo a Patricia que la acompañara a dar el pésame, en esa época se acostumbraba a que los hombres se sentaban a conversar alrededor de un termo de café; cuando Patricia estaba lista, llegó ‘Rafita’ a la tienda que tenía la familia, y le dice a mi papá: ‘señor ‘Negro’ véndame dos gaseosas’, mi papá para no levantarse, le dice a Patricia que las despache. En ese momento ‘Rafa’ le dice que Diomedes la está esperando en la esquina para irse a Villanueva a casarse, que ya el cura estaba esperando”, contó Hernán Acosta. Precisó que Patricia le dijo que si Diomedes estaba loco, y se preguntó que cómo iba a salir, si por la puerta no se podía, y por el patio había una cerca de tres metros para evitar la salida de cerdos, chivos y gallinas. Debido a esto buscaron una escalera y ‘Patri’ saltó a la calle, donde Bolívar Urrutia la esperaba. Después ‘Rafa’ salió por la puerta y con su cara limpia se despidió de mi papá”. “Con Patricia fueron hasta donde Diomedes, se subieron a la camioneta y salieron a toda velocidad, en ese tiempo ver un vehículo ‘corriendo’ era porque llevaba a algún enfermo, mi papá me dijo que averiguara quién se había enfermado, y era Patricia y Diomedes que se habían escapado para casarse”.

Ni ‘El Negro’ era bravo, ni ‘Rafa’ mujeriego 
Pedro Ángel Acosta, mejor conocido como El Negro Acosta, que en la novela es El Mono Arjona, era un hombre tranquilo, no le gustaban los problemas. De hecho, fue el único de su familia que asistió al matrimonio de Diomedes con Patricia, los demás no lo hicieron porque no compartían esa unión. “En mi casa la más brava era mi mamá, fue quien más se opuso a esa unión, decía que había que mirar para adelante”, recordó Hernán Acosta. Por su parte, el periodista y docente John Acosta, criado en La Junta, quien ha ahondado en la vida del artista en su blog Comarca literaria, comentó  que “cada vez” que ve “al furibundo Mono Arjona en la novela” se le “arruga el alma al ver la antítesis que creó RCN del verdadero Negro Acosta”. En dialogo con este medio el comunicador contó que “era tal la ternura que irradiaba por los poros, que ni siquiera dábamos para decirle lo que todo el mundo le decía por cariño: El Negro, sino que íbamos más allá y le decíamos Ñego”. El papá de Diomedes, Rafael María Díaz, tampoco era como lo muestran en la novela. Gustavo Cabas Borrego, uno de los amigos más cercanos de Diomedes, señaló que al padre del Cacique lo publican en la serie como un hombre mujeriego, bebedor y contrabandista. “Y lo que yo vi en el papá de Diomedes es que era un hombre introvertido, y una persona con unos valores inmensos”, aseveró.

Primas, pero no tan cercanas 
John Acosta también indicó que “hay que decirlo de una: sí es cierto que Bertha Mejía y Lucía Arjona” (como llaman a Patricia en la novela) son primas también en la vida real. Sí es cierto que ambas protagonizaron romances con Diomedes Díaz y “tuvieron hijos con él, pero lo que no es cierto es que ellas hayan sido tan amigas en su niñez y juventud, como lo muestra la citada novela”. “Sí es cierto que Bertha salió embarazada sin casarse y, lo que es peor para esa época, viviendo en la casa de sus padres. Aún con todos esos agravantes, no la echaron del hogar, supongo que por ser mayor ella que el hombre que “la perjudicó”, como llamaban en La Junta de entonces al acto de una mujer perder la virginidad sin haber un matrimonio de por medio. Tampoco vivió con Diomedes Díaz en la casa de sus suegros, como en la novela”. Otro dato que revela Acosta es que el grado de bachiller (honoris causa), la novela muestra que se lo otorgó el Nacional Loperena de Valledupar, lo cual no es cierto. “Se lo dio el colegio Hugues Manuel Lacourure, de La Junta el 2 de diciembre de 1993. Debo mencionar otro detalle importante de eso que me lo contó el director del colegio en ese entonces Denis Escrigas Bonilla, ellos habían convocado a todos los medios para que ese evento se convirtiera en el acontecimiento nacional, pero justo ese día dieron de baja a Pablo Escobar y ese hecho opacó todo”.

La muerte del tío Martín 
Uno de los capítulos más conmovedores de la novela es el que revive el accidente en el que murió Martín Maestre, tío de Diomedes, quien fue una de las personas más influyentes en la vida musical del Cacique de La Junta. El episodio hace parte de la realidad, Diomedes conducía una camioneta Ford luego de salir de La Junta, pasar por Patillal y emprender viaje a Valledupar, habían estado parrandeando. El Cacique conducía el vehículo, y unos metros más adelante de donde hoy está el monumento Mi Pedazo de Acordeón, se estrelló contra una pila de asfalto que al parecer estaba sin señal, saliendo disparado del automotor Martín Maestre, quien alcanzó a ser llevado al hospital pero falleció. Ocurrió el 1° de agosto de 1979; aquello generó un profundo dolor en el artista, el cual escenifica el personaje en la novela. Así, en el desarrollo de esta producción son muchas las escenas que se confunden entre la realidad y la ficción; personajes, situaciones, fechas y vivencias del músico guajiro son contadas bajo la imaginación de los libretistas y la realidad de la vida, obra y muerte de uno de los artistas, tal vez el más grande en la historia del folclore vallenato.

El sufrimiento en prisión 
En septiembre de 2002 Diomedes Díaz se entregó a las autoridades en la cárcel de máxima seguridad de Valledupar por el asesinato de Doris Adriana Niño, una de sus fans. El Cacique venía de separarse de Patricia Acosta y consigue con Betsy Liliana González salir de la depresión y volar alto. Sin embargo, tras las rejas su sonrisa empezó a desdibujarse a causa del síndrome de Guillain-Barré que afectó seriamente su salud. También se sumaron sus afecciones del corazón a su historial médico. El apoyo incondicional de Betsy Liliana fue vital para que desde la prisión grabara el álbum ‘Pidiendo vía’ (2003) junto a Juancho De la Espriella. La producción, como todo lo que hacía Diomedes, fue un éxito en la radio y en ventas.

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