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Marcar época y hacer del nombre propio una prenda de garantía de éxito en taquila es una de las formas de considerarse como un éxito total en la historia de Hollywood. No son demasiados los intérpretes que llegan a esa cúspide, pero uno que sí supo lograrlo es Arnold Schwarzenegger, quien a sus 75 años puede presumir no solo de una gran carrera profesional, sino también retroceder el tiempo con serenidad para evaluar sus logros, pero también sus decepciones.

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A pesar de que en taquillas siempre ha sido una referencia clara en películas de acción, desde Depredador o Terminator hasta Conan o Hércules, en la vida personal hay una serie de momentos que configuraron experiencias dolorosas en la vida del actor.

Por ejemplo, en el marco de su documental Arnold, estrenado hace algunos meses en Netflix, la serie profundiza en los retos que tuvo que enfrentar el ícono del cine de acción, incluyendo una infancia marcada por el abuso físico y psicológico infligido por su padre, un miembro del Partido Nazi.

Schwarzenegger nació solo dos años después del final de la Segunda Guerra Mundial y narró que su padre, Gustav Schwarzenegger, no solo fue miembro del Partido Nazi, sino que también estuvo activamente involucrado en la invasión de Leningrado.

El estrés postraumático de la guerra y la amargura de la derrota dejaron profundas cicatrices en Gustav Schwarzenegger. El actor de 75 años recordó: 'Estuvo enterrado debajo de escombros de edificios durante tres días, y además de eso, perdieron la guerra. Se fueron a casa tan deprimidos. Austria era un país de hombres destrozados. Yo creo que hubo momentos en los que mi padre realmente luchó'.

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Otro de los aspectos que se revelan del actor en el documental es que en 2011 se conoció que Arnold tenía un hijo 'secreto'.

'Fue muy duro para mi matrimonio, en mi relación con mis hijos (...) He causado bastante dolor a mi familia. Voy a tener que vivir con ello el resto de mi vida', destacó.

La revelación de ese hijo puso en jaque la continuidad de su matrimonio con la periodista Maria Shriver, cuya boda se celebró en 1986.

Juntos tuvieron cuatro hijos, pero el actor mantuvo una relación extramatrimonial con Mildred Baena, la empleada del hogar de la pareja en 1996. Joseph nació al año siguiente.