Los 34 grados centígrados que hacían al mediodía de este viernes se sintieron en todo su esplendor en la recién remodelada plaza Alfonso López de Valledupar, donde comenzó la contienda de los acordeoneros en la categoría profesional.
El escenario, que fue entregado el pasado sábado 13 de abril y que costó $ 8.736 millones, cuenta ahora con poca arbolización por lo que el público no disfruta a plenitud del show. Además el techo de la tarima Francisco El Hombre es tan inclinado que es poco lo que cubre a los concursantes del inclemente sol, por lo que sudan sin parar.
Uno de los que se quejó de manera vehemente tras su participación en los ritmos de Paseo y Merengue fue el valduparense Jaime Luis Campillo, integrante de Kvrass.
'La verdad es que extraña uno los palos de mango de la plaza, el calor es intenso, uno allá arriba suda demasiado. El público y las barras no quieren acercarse hasta el centro, pero aún así aquí estuvimos haciendo nuestro mejor esfuerzo', dijo Campillo, quien en 2012 se coronó como Rey Aficionado y para su presentación preparó el paseo ‘La descuidada’ y el merengue ‘El mal herido’, ambos temas de la autoría de Leandro Díaz.
Entre los que trataban de refugiarse en algunos árboles ubicados en los alrededores estaba Mariano Vargas acompañado de su esposa y dos hijos. Para este samario, el plan de venir a la plaza a disfrutar de las notas de los acordeoneros profesionales se ha convertido en un sacrilegio.
'No es justo, uno siempre llegaba y se acomodaba en sillas a disfrutar del espectáculo. Ya no es placentero estar aquí, el mármol refleja mucho y por eso el calor es insoportable'.
El barranquillero Rafael Olivo, quien hace 10 años asiste al Festival con su disfraz de esclavo, dejó una gran reflexión a las autoridades valduparenses.
'Señor alcalde por el amor a Dios ya la época de la esclavitud pasó, estamos sintiendo un calor muy intenso, para los próximos días deben de poner unas carpas porque el público anda escondido', dijo de rodillas este habitante del barrio Las Nieves.
Vendedores hacen su agosto
El comerciante de sombreros, ponchos y gorros, Einer Rodríguez, llegó desde Armenia para vender sus artículos y sostuvo que debido al sol inclemente le ha ido muy bien.
'Llevo una década de estar viniendo a este festival y afortunadamente siempre me va bien. Este año debo decir que he comenzado con buen balance, hace mucho calor y la gente quiere cubrirse como sea del sol. Es cierto que la plaza luce mejor, pero definitivamente con la poda de árboles cometieron un gran error'.
Si bien es cierto que la plaza ahora luce moderna, el público asistente a la edición 52 del Festival de la Leyenda Vallenata no se siente a gusto en el escenario donde surgió este certamen cultural.





















