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Una risa pícara, una mueca de dolor, llevarse las manos a los genitales: cuando se menciona el nombre de Lorena Bobbitt, el chiste surge casi de inmediato.

Poco se ha hablado del pasado de abuso doméstico, las violaciones sexuales y el terrorismo psicológico que, asegura, la llevó a cortarle el pene a su marido.

Un cuarto de siglo después, Lorena Bobbitt, ahora Lorena Gallo, cuenta su historia en un documental de Amazon.

'Yo sabía que iban a abrirse cicatrices, que sufriría un poco de ansiedad al revivir esas memorias dolorosas que había enterrado prácticamente', dijo a la AFP esta mujer de 48 años nacida en Ecuador. 'Pero lo hice porque creo que como mujer, madre, sobreviviente era mi deber, usar la voz que muchas víctimas de violencia doméstica no tienen'.

El caso de Lorena y John Wayne Bobbitt dio la vuelta al mundo.

El 23 de junio de 1993, Lorena mutiló con un cuchillo el pene de su marido mientras dormía luego de que, según dijo, la violó. Era la historia perfecta para la prensa sensacionalista, para los chistes.

Aunque también labró el camino para un debate hasta entonces ignorado.

'Mi caso ayudó a desestigmatizar la violencia doméstica, el abuso sexual y la violación dentro del matrimonio', relató Lorena.

Y llevó a la aprobación en 1994 de una ley en Estados Unidos sobre violencia contra la mujer.

Las estadísticas en este país, no obstante, aún son alarmantes: una de cada tres mujeres es abusada física o sexualmente en algún momento de sus vidas; cuatro mujeres son asesinadas cada día por su pareja íntima masculina; una mujer es maltratada cada 15 segundos.

El documental de Joshua Rofé, producido por el ganador del Oscar Jordan Peele, fue presentado en enero en el festival de Sundance, cuando movimientos como el #MeToo y Time's Up aún surfean la ola de protesta contra el abuso sexual en Hollywood.

'Muchas víctimas pudieron hablar, prácticamente sin tabú, y por eso doy mil gracias a Dios', celebró ella.

No quería

Cuando Rofé le propuso hacer el documental, Lorena había 'enterrado' muchos de esos recuerdos.

'Yo no quería hacerlo', recordó Lorena, que lleva el cabello rubio y alisado, distinto al rizado y oscuro que lucía entonces. 'Yo me cuidaba porque hasta ahora el enfoque —de otras producciones— era siempre John, la acción (la mutilación), muy amarillista, ignorando lo que yo sufrí, y eso me desagradaba mucho'.

'Uno perdona pero no olvida', dijo, aclarando: 'John no está en mi mente, no sale así de repente, yo no vivo pensando en él'.