El Estados Unidos de las letras rindió tributo ayer al escritor estadounidense Philip Roth, calificado de 'gigante' y 'virtuoso' por sus colegas al día siguiente de su muerte.
'Era un gigante', dijo en Twitter el escritor Michael Chabon (La solución final), sobre el autor que ha tenido una gran influencia en la literatura estadounidense de los últimos 50 años.
Fallecido el martes a los 85 años debido a una insuficiencia cardíaca, Philip Roth será enterrado la próxima semana en una ceremonia íntima en el cementerio de la Universidad de Bard College, donde había participado en un curso sobre su obra, dijo a la AFP su biógrafo Blake Bailey.
La actriz Mia Farrow elogió a un 'gigante de las letras', que también contaba entre sus admiradores al expresidente Barack Obama y al exitoso escritor Harlan Coben, quien se refirió a él como su 'escritor favorito'.
Las obras de este lúcido observador de la sociedad estadounidense y sus peculiaridades alternaban entre relatos provocadores de la pequeña burguesía judía estadounidense, sátiras políticas y reflexiones sobre el peso de la historia o la vejez.
Su estilo agudo y sarcástico ha marcado a varias generaciones de lectores, así como su propensión a mezclar ficción y realidad, escribiendo muchas de sus novelas con base en su propia experiencia.
'Todos queríamos ser Philip Roth, nadie se acercó', tuiteó Michael Green, guionista de las películas Blade Runner 2049 o Asesinato en el Expreso de Oriente.
Aunque era un favorito habitual para el Nobel de Literatura, el premio acabó escapándosele a este nieto de inmigrantes judíos de Europa del Este, nacido el 19 de marzo de 1933 en un barrio judío de Newark, Nueva Jersey.
'Se convirtió en un chiste para él', comentó la periodista francesa Josyane Savigneau, quien lo visitaba con frecuencia. Ganó sin embargo muchos otros, incluido el Pulitzer en 1998 por American Pastoral, y el Príncipe de Asturias en 2012.
Para Michael Chabon, Roth fue 'tan virtuoso y versátil como Sinatra', pero también 'ácido y subversivo', 'encantador y formidable'.
El también escritor estadounidense Gary Shteyngart (Absurdistan, entre otros) opinó que no existe 'nadie como él, ni hoy ni nunca'.
Goodbye, Columbus (1959)
La publicación de ‘Goodbye, Columbus’, su primer libro, propulsa al joven Philip Roth —tenía 26 años— al firmamento de la literatura mundial. Estos seis relatos cortos anuncian su futura obra: en ellos disecciona la sociedad estadounidense y sus relaciones con el mundo judío. Con este libro obtiene el National Book Award.
El mal de Portnoy (1969)
‘El mal de Portnoy’ (Portnoy's complaint), su tercera novela, tiene un éxito fulgurante, con 275.000 ejemplares vendidos 48 horas después de su publicación, y lanza a Roth a la fama a nivel internacional. La historia escandaliza por las obsesiones sexuales de Alexander Portnoy, abogado judío de Nueva York. Philip Roth será acusado de vehicular a través de este personaje los peores ‘clichés’ antisemitas.
Némesis (2010)
Es la cuarta ficción de la serie Némesis, novelas cortas, después de ‘Elegía’ (Everyman), ‘Indignación’ (Indignation) y ‘La humillación’ (The humbling), todas escritas en los años 2000. Roth muestra en este ciclo su metamorfosis: a través de su propio declive físico retrata la condición humana.
La mancha humana (2000)
Roth escribe ‘La mancha humana’ cuando Bill Clinton enfrenta una amenaza de destitución, en pleno caso de su relación con Mónica Lewinsky. En él aborda un nuevo tema: lo 'políticamente correcto'. Es la historia de un profesor de Letras, acusado de haber hecho unas afirmaciones racistas a sus estudiantes, y que prefiere dimitir más que revelar el secreto que podría declararlo inocente. El libro, la novela más accesible de Roth, cosecha un gran éxito.
Pastoral americana (1997)
En 1997, se publica ‘Pastoral americana’ (American pastoral), sexto volumen del ciclo de Nathan Zuckerman, que relata la vida de un empresario judío estadounidense confrontado a los tormentos políticos y sociales en Estados Unidos en los años 1960, en torno al terrorismo de izquierda y la guerra de Vietnam. Se trata también de la primera parte de su 'trilogía estadounidense', antes de ‘Me casé con un comunista’ (I married a communist, 1998) y ‘La mancha humana’ (The Human Stain, 2000).





















