El Heraldo
La licorera, que antes era un bar, y ahora vende a domicilio. Johnny Olivares
Economía

El trago amargo de las tabernas y discotecas

Asobares presenta propuesta al Gobierno para apertura gradual en medio de crisis de comerciantes, deudas de arriendos y desempleos. Asonocturnos estima que 50% de sus afiliados no abrirán más.  

Como el trago que se recibe de un buen amigo en una fiesta, Reynel Cáceres Rodríguez ya tomó una decisión. “No puedo ser carón, pagar un arriendo de 3 millones de pesos, donde está mi taberna bar cerrada, sin saber hasta cuándo y, si el Gobierno aprueba que todos volvamos, seremos los últimos. Entregaré la casa. Y tengo un plan B, porque mis dos hijos dependen de mí”.

Cuarenta días se cumplen hoy del confinamiento y de la prohibición de reuniones de personas en establecimientos públicos comerciales, y Reynel Cáceres Rodríguez es uno de los que dijo: no sigo más en la actividad.

Se estima que Barranquilla representa un 7% de los 50.000 restaurantes bar, tabernas, discotecas, billares, cantinas y establecimientos registrados por las cámaras de comercio del país.

Asobares reúne en Colombia a 2.500 propietarios de estos negocios, y en su reciente encuesta a afiliados, indicó que el 23% de los comerciantes encuestados considera que van a entregar sus locales. “Cerca de 1.600 establecimientos están en riesgo de no abrir más en el país, y la mayoría por pago de arriendos”, dijo a El HERALDO Camilo Ospina Guzmán.

Asonocturnos indicó que la Cámara de Comercio de Barranquilla tiene registrados 3.500 sitios en el Atlántico. “Nosotros tenemos 85 afiliados, y estimo que el 50% de los afiliados no abrirán. El impacto en empleos es alto. Por cada establecimiento se generan ingresos entre 3 y 5 personas”, dijo Jorge Barrios Pacheco, presidente de la Asociación de Establecimientos Nocturnos, Asonocturnos.

En Barranquilla, Cartagena y Santa Marta hay más de 200 afiliados a Asobares, siendo la capital de Bolívar, la que más concentra con 100. “En su mayoría son empresarios, en especial en Barranquilla, donde no tenemos el capítulo organizado. Pero la situación es igual y preocupante con la entrega de los locales que se darán”, agregó Camilo Ospina Guzmán.

 

Interior de Café Bar Recuerdos, que no volverá a abrir. Johnny Olivares

Los arriendos

Desde las medidas adoptadas por el Gobierno para enfrentar la COVID-19, Asobares ha insistido en la necesidad de llegar a un acuerdo con los propietarios de locales comerciales del país para el pago de alquileres. Una de sus propuestas fue congelar el canon de arrendamiento.

Con el Decreto 579, que invitó a arrendador y arrendatario a llegar a un acuerdo, Camilo Ospina consideró que lo que se hizo fue acelerar la entrega de bienes. “Se enterraron sueños y empleos”.

Juan Romero Caviedes es propietario de un establecimiento y expendio de bebidas alcohólicas en el norte de Barranquilla, que durante 25 años y hasta antes de la cuarentena y emergencia sanitaria por la COVID-19 generaba 20 empleos.

Más de un mes después de confinamiento, en el que el gasto de entretenimiento ya no es prioridad y superado por las categorías de alimentos, hogar, salud, transportes, Juan Romero reconoce que ha despedido la mitad de sus trabajadores. “Teníamos 20 y hoy trabajan la mitad, y estos por prestación de servicios. El consumo y venta al público es nulo. Sí hay domicilios, pero para tratar de subsistir, y no es la salvación”.

Lo que más aprieta la caja y los costos fijos de Romero Caviedes es el arrendamiento. Hizo sus cuentas y estimó que vender una botella de licor en su establecimiento abierto le genera margen de utilidad del 40%, hacerlo por domicilio es de un 4%. “Pago arriendo de $3 millones cada mes, y gracias a la comprensión de mi arrendador tuve un alivio. Me dijo que siguiera, que no me preocupara que íbamos a arreglar el pago”.

Nel Solano, fundador de la Gran Vía en 1970 en Barranquilla, indicó que los dos estancos Fiesta en Cartagena están poniendo a prueba sus ahorros. Los seis locales en Barranquilla y uno en Sabanalarga han resistido por los domicilios y la venta hasta de huevos. “En Cartagena después de 10 años entregamos un local arrendado y suspendimos contratos de cinco personas. Es difícil decirlo. Pagamos 12 millones por mes en los arriendos y queremos entregar el otro”.

Jorge Barrios Pacheco gerencia tres establecimientos, uno de estos es un restaurante bar que está cerrado y está negociando con la inmobiliaria la devolución. “Es complejo porque es una marca de 15 años en el mercado y propuse que el contrato lo llevemos a un arriendo de bodega. No está abierto hace dos meses. Los otros los sostengo gracias a la flexibilidad de los proveedores y los empleados con quienes acordé pagarles solo un 50% de su contrato”.

Jonathan Ibarra levanta la bandera de 172 meseros, que ha reunido en un grupo de una red social, están sin trabajo y afectados por el cierre de los establecimientos nocturnos (Ver recuadro). “Solicitamos una reubicación laboral, que nos ayuden con brindarnos una capacitación y una preferencia especial debido a la vulnerabilidad laboral en la que estamos. Y si es posible una ayuda alimenticia mientras conseguimos un empleo”.

Juan Romero Caviedes señaló que esto es una “masacre laboral y para la que nadie estaba preparado”. Reynel Cáceres es más optimista con su plan B. Mientras abre por última vez la puerta principal del Bar Café Recuerdos en la carrera 21 con calle 47C en Barranquilla, y el local suelta el olor a guardado con la luz de la tarde iluminando lo que hay dentro, dice que la música romántica le permitirá locutar. “Vivir de ello. Este local no creo que alguien lo arriende, veo lejos que vuelvan a abrir las tabernas”.

Gobierno tiene propuesta para apertura de bares

El Ministerio de Comercio, el Viceministerio de Turismo y Asobares presentaron una propuesta al Gobierno para una apertura programada de los establecimientos comerciales. El Ministerio de Salud tiene en sus manos la propuesta, dijo Camilo Ospina Guzmán, presidente de Asobares, asociación afiliada a la International Nightlife Association (INA) que integran EEUU, México y países de Europa y Asia.

La propuesta y su protocolo, que fue estudiado y analizado hace un mes y se compartieron experiencia de otros países, propone una apertura gradual y paulatina. “Nuestra industria es una sola, pero tiene cadenas y categorías”, indicó Ospina Guzmán.

Los restaurantes integran la categoría 1, restaurantes bar, la 2, bares conforman la 3, y la cuatro agrupa a discotecas y los espectáculos en vivo. “En el país hay 14 capítulos afiliados y se pretende que si se abre un bar, que sea desde La Guajira a Leticia, pero lo primero con la seguridad y salud. Es lo básico. Es decir que nuestra propuesta es que si se autoriza sea programado por las categorías en el orden de uno a 4”, dijo el presidente de Asobares.

De las experiencias internacionales que propusieron para aplicar en Colombia en una futura apertura de establecimientos, Camilo Ospina dijo que se tengan servicios de desinfectado, el cual debe estar en un instructivo. No habrá menú. Los alimentos se sirven preparados y se traen desde la cocina. El uso de datáfonos y tecnología y sin contactos para pagos. Todos los protocolos para el distanciamiento y en metros. En el caso de las discotecas no quedó en el protocolo, pero se sugirió usar cámaras térmicas en grandes aforos. Que las pistas de baile guarden espacios de distancia y disponer de logística para uso de pañuelos y paños”.

 

Jonathan Ibarra, mesero y quien reunió a 170 meseros para conocer su presente. Cortesía

El desempleo de 170 meseros en Barranquilla

Jonathan Ibarra (foto) reunió en una red social a 170 meseros desempleados, y con la orientación de EL HERALDO hizo un sondeo. El 45% de ellos tienen entre 30 y 40 años edad, el 31% está entre los  20 y 30 años, el 17%, entre 40 y 50 años, y solo un 7% es mayor de 50 años y menor de 60 años. Antes de la cuarentena, el 39% trabajó en discotecas, el 26% en bares y turnos, el 25% en estaderos y el 10 en billares. La forma de pago pactada en estos establecimientos fue a través de comisión. Un 75% así lo definió con el contratista. El 14% trabajó por turno, un 11% recibió pago por turno más una comisión. El 97% no está ahorrando y solo el 3%, si lo hace. El 56% no tiene ingresos, 33% vive de la informalidad y 11% pasó a ser domiciliario.

 

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