La mañana en los alrededores del Hotel Hunza, en Tunja (donde se encuentra hospedado el Junior), fue tranquila. Pocos hinchas, poco ambiente de fútbol.
Desde bien temprano, los jugadores del plantel rojiblanco comenzaron a caminar dentro de las instalaciones del hotel. Hablaban entre ellos, llamaban a sus familiares, hacían cualquier cosa como deseando que pasaran rápido las horas del reloj para que llegue el inicio del compromiso ante el Chicó FC, donde definirán su suerte en la Liga Águila I-2015.

Algunos jugadores, entre ellos Aguirre, Ovelar, López, Cuéllar, Correa, Bareiro y Macnelly, decidieron dar una vuelta por los sectores aledaños al Hotel. El resto subieron a sus habitaciones a esperar la hora del almuerzo.
Fue en ese instante, cuando nadie merodeaba el 'lobbie' del hotel, cuando apareció una visita inesperada: Nairo Quintana.

Cuando EL HERALDO intentó abordarlo para conseguir algunas declaraciones, el ciclista colombiano amablemente respondió: 'Amigo, no tengo permitido hablar. Si no con mucho gusto'. Protocolo que confirmó su acompañante. 'Es que el equipo no lo deja. Por eso tampoco pueden tomarle fotos a la bicicleta', afirmó.
Minutos después regresaron los jugadores del Junior de su corto paseo y no pudieron coincidir con una de las grandes glorias del deporte colombiano.














