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Semanas después de volver a abrazar la gloria, de superar el covid-19 y de ser recibido por el papa Francisco en Roma, el colombiano Egan Bernal, compartió este sábado con su país el haber ganado el Giro de Italia, que junto con el Tour de Francia y la Vuelta a España, son las carreras por etapas más importantes el mundo.

Bernal (Ineos), de 24 años, fue homenajeado por los suyos en la Catedral de Sal de Zipaquirá, que para la ocasión fue vestida de rosa y a la que solo pudo entrar un puñado de personas evitando las aglomeraciones para cerrarle el paso a posibles contagios por coronavirus.

Allí, en la Catedral construida 180 metros bajo tierra, unas mil personas, entre ellos un grupo de niños de diferentes escuelas de deportes, le dieron la bienvenida al campeón del Giro que en 2019 también les trajo el título del Tour de Francia.

Las 14 estaciones del viacrucis, al igual que las tres naves de la catedral se inundaron de rosado, destacando no solo los logros deportivos del ciclista, sino también dando paso a la profunda convicción de Egan como católico, en línea con la visita que le hizo a Francisco en Roma, a quien le regaló una bicicleta y una maglia rosa.