Se vistió de gala ‘el Metro’ y el Junior no defraudó. Los rojiblancos le regalaron anoche una alegría inmensa al ‘juniorismo’ y a toda Barranquilla con el gran triunfo (2-1) logrado ante Atlético Nacional, rival que le quedó claro que el ‘Coloso de la Ciudadela’ se respeta (se fue en blanco en sus dos visitas).
Y es que fue un paso clave, porque Junior ahora lidera en solitario el grupo, con ocho puntos, y está muy cerca de lograr el objetivo: salir con vida del denominado ‘grupo de la muerte’ e instalarse en la gran final de la Liga II-2025.
Fue una noche ardiente. Desde bien temprano ‘Curramba’ empezó a vivir este duelo que tenía tintes personales. Al frente estaba el rival al que siempre se le quiere vencer y en juego estaba dar un paso decisivo en esta ‘zona caliente’ que ambos equipos comparten con otros dos grandes, América y Medellín.
Había ambiente de fiesta. Las 45 mil almas que se dieron cita en ‘el Metro’ pintaron de rojiblanca la noche barranquillera, impulsando en todo momento a su equipo, que respondió en la cancha con varios pasajes de buen fútbol.
Pero no fue fácil la tarea. Al frente había un rival que vendió cara la derrota. Si bien Junior comenzó con el ánimo, la actitud, el fútbol, la enjundia y el empuje que se le piden a los equipos grandes en estas instancias, los verdolagas lograron salir con vida de esos primeros 25 minutos intensos que les propuso el local, que pudo irse adelante en el marcador, pero el línea anuló bien un gol de Enamorado, por fuera de juego, y Jhomier Guerrero y Guillermo Paiva perdonaron en las dos que tuvieron frente al arco defendido por David Ospina.
Enamorado falló otra y con esa acción se fueron los mejores minutos del ‘Tiburón’ en la primera parte, porque a partir de Ahí llegó la reacción de Nacional, que hizo figura a Mauro Silveira, imperial ayer antes los rojiblancos. El arquero uruguayo sacó hasta cuatro pelotas de gol --una de ellas de manera espectacular--, pero no pudo con una última, la de Dairon Asprilla, que vacunó a los rojiblancos con un cabezazo impecable, antes de que bajara el telón de la primera parte en ‘el Metro’.

El DT Alfredo Arias movió las fichas y volvió a ganarle la partida, desde el tablero, a su colega Diego Arias. Junior salió con toda y pasó por encima de un frágil Nacional.
Joel Canchimbo, que ingresó por un agotado Guillermo Celis, volvió a ser la pesadilla verdolaga. El juvenil, con esa chispa que le caracteriza, mandó la pelota a guardar en la primera que tuvo, aprovechando un gran centro a media altura de Enamorado, otra vez figura.

Ahí, en ese instante, ‘el Verde’ sintió ‘el Metro’ en su real dimensión. El ‘Coloso de la Ciudadela’ temblaba, parecía un monstruo que ardía y hacía temblar a cualquier alma visitante. No era fácil jugar esa media hora que restaba y mucho más ante un rival con ‘el pecho hinchado’.
Canchimbo --sí, ese verdugo con el que tendrán pesadillas los verdolagas-- recibió una pelota en un costado del área y sacó un centro rastrero que se paseó por toda el área chica, hasta llegar a los pies del ‘Tití’, que solo tuvo que empujar la pelota al fondo de la red.

Estalló ‘el Metro’... pero hubo tensión. El línea anuló la anotación por un posible fuera de lugar del ‘Tití’. El VAR le regaló a este show los minutos más dramáticos de la noche. Fueron 300 segundos de incertidumbre. Del 87′ al 93′, cuando el árbitro Andrés Rojas se llevó el pito a la boca para señalar el centro del campo, dándole validez al gol. Y ahí sí, locura colectiva en el ‘Coloso’, que tembló y tembló.
Paso decisivo, pero aún no está hecha la tarea. Ahora toca certificar todo el jueves ante América.























