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Italia se coronó campeona de la Copa Davis por tercer año consecutivo tras su victoria ante España (2-0) en la gran final de Bolonia, ciudad que llevó en volandas a Matteo Berrettini y Flavio Cobolli para superar a Pablo Carreño y Jaume Munar en una edición que se adjudicó sin Jannik Sinner y Lorenzo Musetti, sus mejores bazas.

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Italia es la dominadora del tenis actual. Campeona por tercera vez consecutiva, cuarta en su historia. También doble campeona de la Billie Jean Kean.

Y lo hizo, en este caso, con una suerte de ‘Unidad B’. Sin Sinner y sin Musetti. Sin ceder un solo punto en toda la eliminatoria. Con Simone Bolelli, Berrettini y Cobolli ganaron sus tres partidos. En cuartos, en semis y en la gran final.

Hicieron olvidar, en gran medida, a Jannik Sinner. Se bajó el número 1 italiano, campeón de las últimas dos Davis en España, para poder preparar mejor su pretemporada y el Abierto de Australia. También Musetti, que llegó fatigado a este final de temporada y con la complejidad personal de ser padre esta misma semana.

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Berrettini dio un paso adelante como número 2. Cobolli se hizo grande como número 1 del equipo. Entre ambos levantaron la ‘Ensaladera’ sin necesidad del dobles. Eso sí, el doblista Simone Bolelli es el único que estuvo presente en las tres ediciones. Ni Berrettini, campeón de las dos últimas; ni Cobolli, campeón por primera vez; ni Lorenzo Sonego ni Andrea Vavassori, campeones también por partida doble como Berrettini.

Berrettini, saque brutal contra Carreño

Le costó entrar en el partido al asturiano (6-3 y 6-4). Los servicios directos de Berrettini no ayudaron. Tres en el primer juego. Seis en el primer envite en total. Su rival se contagió de la energía de la grada, volcada con su ídolo. Dominio desde el fondo. Acierto en la red. Todo le salió a un Berrettini que dominó a Carreño, por momentos demasiado conservador.

ELISABETTA BARACCHI/EFELos tenistas de Italia en pleno festejo por el tercer título consecutivo en la Copa Davis.

Intentó evitar el ‘break’, pero fue una cuestión de tiempo. Berrettini mantuvo el nivel, la velocidad. Se ganó tres bolas de rotura. Sobrevivió Carreño a la primera con un ‘ace’. A la segunda con el error de Berrettini. Y a la tercera sucumbió. Con mala suerte. Porque el golpe de Berrettini tocó en la red y fue a la línea latera. Carreño respondió con un revés potente. Y el italiano, en la red, colocó la raqueta para dejar muerta la bola en el lado contrario.

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Con su saque, Berrettini no perdonó la gran oportunidad. En volandas con un público incansable, se hizo gigante. Juego en blanco e Italia comenzó a ilusionarse de verdad con la victoria.

No encontró argumentos Carreño a los que agarrarse ante la solidez de Berrettini. Con 4-4, Berrettini volvió a golpear el saque de Carreño. Se colocó 0-40 arriba. Salvó una bola el español. A la segunda, perdió el servicio y, aunque no oficialmente, el partido.

Al saque, Berrettini volvió a ser infalible. Con 13 directos terminó el duelo. En el segundo partido de la eliminatoria, Jaume Munar desafía a Flavio Cobolli. El cara a cara entre ambos se salda con una victoria en favor del español, conseguida en 2025 durante el Masters 1.000 de Shanghai. En sus manos, la posibilidad de ir al dobles. Una derrota elimina a España y hace campeona a Italia.

Cobolli y la remontada ante Munar

No pudo Munar alargar la contienda al dobles (1-6, 7-6(5)y 7-5). Lo intentó el balear, empeñado en superar la máxima presión en el mejor año de su carrera. Se pudo permitir creer en sí mismo porque ya alargó el duelo ante República Checa en los cuartos de final. La mejor baza española, pese a todo, cayó con honor.

Su partido fue brutal en el inicio. Superado solo al final por la situación, peleando con su cansancio, con el público y con un Cobolli resucitado de la nada. Pero por mucho tiempo se convenció una vez más de sus posibilidades. Se midió ante el número 1 de los italianos como número 1 de la ‘Armada’. Dejó de lado el ránking (su puesto 36 por el 22 de su rival), el poquísimo apoyo del que dispuso y el dominio reciente de la ‘Azzurra’ en este torneo, campeona de las últimas tres ediciones, dos en España y esta en Italia.

Su primera manga, como el ‘tie-break’ de Carreño ante Struff o cualquiera de las exhibiciones de Granollers y Martínez, pasará al recuerdo. Impecable. Se colocó con el 5-0 en un abrir y cerrar de ojos. En apenas 35 minutos, el set estaba en su poder, tras siete bolas de ‘break’ a su favor y ninguna en contra. Ahí, España ya pensó en los dobles.

Dejó también puntos de fantasía. Como cuando con 30-30 y 0-1 a su favor sacó un revés alto de espaldas desde el fondo de la pista, casi pegado a la grada, que colocó en la línea contraria. Se metió en pista y sacó una derecha abierta a la línea. Rompió el juego. Debilitó por completo a Cobolli.

El partido, sin embargo, llegó al ‘tie-break’ en el segundo set. Cobolli, contra las cuerdas, se creció. Rompió dos veces a Munar y se generó tres bolas de partido, suficientes para alargar el duelo. Celebró casi como si hubiera sido una victoria. Resucitó al tiempo que mermó mucho a Munar. Partido reabierto, aunque con la pista inclinada hacia Munar, al que cada punto le empezó a costar más.

Se creció Cobolli gracias al público. Se sintió campeón. Y con el empate a 5 en el marcador, asestó el golpe decisivo. Quebró a Munar a la segunda bola de ‘break’, puso el 6-5 y cerró con su servicio. Italia festejó. La ‘Armada’ despertó de su sueño en la Davis del pueblo.