Ya tiene un mejor semblante. Después de permanecer varios días hospitalizado por un desbalance de hemoglobina en el Cleveland Hospital, de Weston, Florida, Iván René Valenciano sigue recuperándose, sometiéndose a exámenes médicos y cumpliendo con las recomendaciones de los galenos, mientras se determina con exactitud qué fue lo que le sucedió.
El legendario ex delantero, máximo goleador en la historia de Junior, habló ayer con EL HERALDO para referirse a su actual estado de salud, del cual se ha especulado mucho; al sensible fallecimiento de Berthica Benedetti de Carbonell, que en un momento de su carrera futbolística fue como una madre para él; y al fútbol del equipo rojiblanco que dirige Alfredo Arias, que le parece muy agradable.
¿Cómo va su salud?
Mejorando con tratamiento. Todavía tengo varias citas médicas, y vamos cada día mejorando de a poquito, siguiendo lo que los médicos han determinado en este momento. Tranquilo, que es lo más importante.
¿Cuál es el dictamen inicial que le dieron?
Todavía no hay absolutamente nada definitivo. Me están haciendo transfusiones de hierro y nivelando la hemoglobina, que me llegó a 3 y hoy estamos en 10. No se ha encontrado la causa de la pérdida de sangre, la razón por la que me bajó la hemoglobina tan drásticamente. El hematólogo está investigando: tengo consultas periódicas, me van a seguir haciendo transfusiones de hierro y tomas de sangre constantes para mirar y determinar. Un examen que será muy importante para localizar dónde se desarrolló o se sigue desarrollando la pérdida de sangre.
Han circulado algunos rumores y especulaciones sobre su estado de salud…
En 2018 me hicieron un examen de médula ósea porque mi conteo de plaquetas estaba por encima de lo normal —lo normal es 400-500 y yo estaba muy por encima— y me diagnosticaron trombocitosis. Es una enfermedad tratable, no curable. Si no me tomo el medicamento o no hago el tratamiento, en dos meses no estaría aquí. Ese tratamiento está suspendido ahora porque los médicos están revisando si tuvo alguna influencia en la pérdida de hemoglobina que tuve. Lo de ahora es diferente: el 8 de marzo mis exámenes daban una hemoglobina de 13.5 y en julio entré con 3. Es una pérdida de sangre muy grande. Lo explico con una metáfora: la carrocería está bien, pero el motor tiene un goteo; eso es lo que están tratando de determinar. Y no, como se dijo en algunas publicaciones, no me están haciendo quimioterapia: son transfusiones de hierro. No es comer jugo de remolacha ni hígado; acá es distinto y requiere tratamiento médico específico. Tampoco tengo leucemia como se publicó. Cuando te diagnostican leucemia sabes que el tratamiento y el pronóstico son muy diferentes, y ese no es mi caso.
¿Cómo ha llevado todo este proceso anímicamente?
Con tranquilidad y fe. Siempre he pensado que todo va a depender de la decisión de Dios; los médicos están haciendo su trabajo. Una hemoglobina de 3 es una anemia severa que pudo haberme costado la vida, pero estamos vivos gracias a Dios. Estoy luchando, haciendo lo que dicen los médicos y esperando un dictamen final para determinar el tratamiento a seguir.
Hubo una campaña de apoyo en Barranquilla, mucha gente se solidarizó. ¿Qué le pareció eso?
Me llenó de alegría. Más allá de ser ídolo o máximo goleador del Junior, está el ser humano. En las enfermedades uno ve quiénes son sus amigos. Desde el primer momento estuvieron Hans (Gutiérrez, amigo Barranquillero radicado en Estados Unidos), Ramón Jesurun, Carlos Valderrama, Pacheco, mucha gente; y si Bertica de Carbonell estuviera viva, seguramente estaría vinculada. La campaña y el apoyo me dejaron tranquilo porque sé que cuento con personas que me ayudan cuando esto es largo y tedioso. Eso se agradece muchísimo.
¿‘El Pibe’ Valderrama lo visitó en el hospital?
Sí. Ya me habían dado de alta en ese momento y estaba en la puerta de la habitación cuando él entró haciendo el avioncito. Me dio un abrazo, me trajo hasta la casa y conversamos un rato. Fue algo muy bonito, uno valora ese tipo de gestos.
¿Qué reflexión le deja esta experiencia sobre la salud?
Que Dios todavía no necesita un centro delantero en su equipo del cielo (risas). Es la segunda vez que me salvo: la primera fue cuando me dio un infarto en San Luis Potosí, México; me hicieron cateterismo y me descubrieron arterias obstruidas. Si en ese momento el hematólogo no hubiera detectado mi trombocitosis, hoy no estaríamos conversando. Y ahora, con la hemoglobina en 3, tampoco habría estado para contarlo. La conclusión es que la salud es lo más importante.

¿Qué significaba Berthica Benedetti de Carbonell para usted?
Ella fue como una madre para mí. Siempre estuvo pendiente, no solo de fútbol sino de asuntos personales. Cuando tuve un problema jurídico en Cartagena fue una de las personas que más hizo por mí; movió cielo y tierra. Recuerdo que en mi debut con Real Cartagena, antes del partido —creo que contra Santa Fe— ella llegó al camerino, me deseó suerte y en el entretiempo me advirtió que había gente del CTI que quería capturarme, y la forma en que ella intervino para que no entraran al campo a hacer eso. Al final le regalé la camiseta. Ella defendía mucho a los costeños y creía en dar oportunidades a jugadores de la cantera.
¿Qué le pareció el partido del Junior ante Envigado?
El partido de ayer contra Envigado fue, casualmente, el que menos me gustó. En otros encuentros el Junior me ha gustado mucho: tiene una gran nómina, buenos jugadores y mucha intensidad cuando la mantiene. Ayer faltó verticalidad y profundidad; el equipo jugó mucho para los costados y no generó situaciones en profundidad. Paiva no estuvo en su mejor versión. En general me gustan los equipos del profe Arias: son de presión alta, intensidad y tenencia, y eso me identifica. Un mal partido lo tiene cualquiera; lo importante es el proceso y cómo termina.
¿Qué jugadores le han llamado la atención en este Junior?
Me gustan Rivas y Salazar muchísimo. Castrillón me parece muy versátil y determinante en diferentes posiciones. Paiva es un delantero con buena llegada aunque no sea el definidor clásico de área; cuando el equipo tiene intensidad, el Junior suele superar al rival.
¿Yimmi Chará encaja en el Junior actual?
No sé si Yimmi tenga hoy un puesto en este Junior nuevo. Ahora mismo no es ese jugador desequilibrante en el uno contra uno para jugar por banda, no es ese jugador fuerte en la marca para la recuperación de la pelota, de pronto te puede ayudar a la generación de juego porque tiene muy buen pie, pero no sé si Yimmi Chará tenga espacio en este Junior.
¿Le quedó faltando a Junior un 9 goleador?
Es una pregunta recurrente. Yo ya me retiré (risas). Hoy en el mercado colombiano es difícil encontrar un 9 de raza y rentable. Los delanteros de alta cuota valen mucho dinero y no abundan. Muriel sería un ejemplo ideal porque define y encaja en lo que necesita Arias, pero no es una opción fácil. Miguel Ángel Borja, Carlitos Baca (cuando regrese) o Durán (que se fue al Galatasaray) también son ejemplos de delanteros de perfil definidor, pero las posibilidades reales son limitadas por precio y disponibilidad. Por ahora Junior tiene que buscar goles desde diferentes zonas: volantes, extremos, laterales y hasta en balones parados. La generación de juego que tiene el equipo puede producir goles sin depender de un 9 clásico.
Basado en lo que ha visto hasta ahora, ¿cuál sería la alineación titular de Junior?
Es complicado. De entrada yo sacaría al arquero. Ahí te digo todo. No es nada contra él.
¿No le gusta Silveira?
No, la verdad no, yo podría a Jefferson Martínez. Pienso que no es alguien que dé las garantías, pero Junior tiene buena nómina. Junior tiene un equipo que a quien pongan, lo hará bien, al que no le encuentro una posición es a Chará.
No estoy de acuerdo con lo que dice del arquero…
Viera, muy buen arquero; Mele, muy buen arquero. Al equipo de Farías le llegaban diez veces, hasta con helicóptero le llegaban, y diez veces te salvaba Mele, lo mismo cuando estaba Viera. Siempre te salvaban. En este caso, cada vez que le han llegado a Junior, te definen. El gol de Envigado se lo anotaron en el palo suyo.
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