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El balance, luego de los amistosos que disputó la Selección ante Francia (triunfo 3-2) y Australia (empate 0-0), en territorio europeo, es positivo. En La Amarilla se evidenció esa hambre de gloria que tanto se necesita previo a la disputa de un Mundial.

Pero como siempre, aún hay cosas por corregir. Los dos encuentros dejaron certezas —algunas muy positivas— y dudas en el seno de la Selección, que el DT José Pékerman deberá pulir y resolver a 77 días del inicio del Mundial.

Lo positivo

El DT José Pékerman encontró en esta doble jornada amistosa nuevos valores que oxigenan mucho más la Selección. Los de mejor nivel, Matheus Uribe y Johan Mojica. Buena participación de ambos ante Australia. Serios, seguros, con personalidad y talento. Wilmar Barrios también levantó el nivel.

Los jugadores mostraron ante Francia y Australia esa hambre de gloria que se necesita previa a un Mundial. Lucharon, nunca bajaron los brazos, no se sintieron inferiores —especialmente ante Francia—, asumieron los dos juegos con seriedad e intensidad. Buena respuesta en ambos encuentros amistosos.

Salvo alguna sorpresa, la defensa de la Selección está prácticamente definida para el Mundial. Mina, Dávinson, Arias y Fabra se perfilan como titulares, mientras que Zapata y Mojica completan la lista. Solo quedaría un cupo en el aire y estaría reservado para un central: Óscar Murillo, el más opcionado.

Por mejorar

Preocupa el nivel de Abel Aguilar, uno de los hombres de confianza del Pékerman. El volante del Cali no se vio bien en ninguno de los dos amistosos. La experiencia parece ser lo único que lo mantiene en el equipo, pero eso no alcanza para brindar la seguridad y el equilibrio que necesita el equipo en el medio.

Los dos jugadores que apuntan como suplentes de Falcao mostraron más ganas que efectividad. Miguel Borja fue el que mejor se vio, pero falló en la definición. Duván Zapata mostró poco en los minutos que actuó. Bacca y Muriel, que fueron usados por fuera, apuntan a cumplir otras funciones. Ambos lo hicieron bien.

Algo negativo que mostró la Selección en los dos amistosos fue el irregular comienzo de cada partido. Ante Francia, de entrada, se vio desconectada y alcanzó a ir perdiendo 2-0, para luego remontar. Frente a Australia mostró más ganas que coordinación. Luego mejoró. En un Mundial estos errores cuestan caro.