
Nabil Antonio Crismatt Abuchaibe tiene su meta clara: ser un grandes ligas. Respira béisbol todo el tiempo, lo practica desde los tres años de edad, e incluso, cuando cumplió los 15 fue claro con sus padres que lo suyo era la pelota y que necesariamente debía dejar el estudio a un lado para poder alcanzar su sueño.
Lo anterior, porque a esa edad fue reclutado por un scout dominicano, Miguel Delgado, quien después de observarlo, le vio cualidades y lo llevó a que incrementara su instrucción en las granjas de entrenamiento que poseen allí las distintas organizaciones de las Grandes Ligas.
Crismatt ni siquiera lo pensó, sino que aceptó la propuesta y con el permiso de sus progenitores, José Gabriel Crismatt y Mónica Abuchaibe, se marchó a labrar su futuro.
Tras año y medio fuera del país, Nabil Crismatt retornó a su tierra: Barranquilla. Más crecido, más formado y hecho hombre para sorpresa sobre todo de su señora madre, Mónica, quien no cree aún en la estampa que presenta hoy su hijo menor: alto, atlético, maduro, y con el pensamiento fijo en ser beisbolista de las Grandes Ligas.
'La experiencia de haberme preparado en República Dominicana ha sido interesante y difícil, pero cuando uno se dedica a algo y tiene sacrificio puede lograr lo que quiere, y sólo una vez conseguido (firmado por los Mets) regresé a Barranquilla', expresa el lanzador derecho barranquillero.
'Allá practicaba todos los días con trotes, ejercicios de agilidad, de piernas y trabajo en el gimnasio para conseguir velocidad; y para el brazo, se fortalecen los músculos del cuerpo y se ejecutan ejercicios con pesas', explica respecto a su rutina.
Acerca de sus cualidades como lanzador, el juvenil derecho costeño aduce que 'el control que tengo fue lo que motivó para que me firmaran. Lo que más domino es la recta, pero también lanzo curva y sinker'.
Crismatt demuestra, ante todo, disciplina y amor por su deporte, requisitos que siempre exponen las estrellas del béisbol cuando se les indaga acerca de las claves de sus éxitos. El adolescente pitcher barranquillero prácticamente lo concibe así al expresar que 'el béisbol es un deporte exigente con mucha competencia y hay que demostrar numeritos. Es como un apostolado. En Dominicana, uno casi no sale, no ve mujeres, todo el tiempo se está en concentración y dedicado a la pelota. Se distrae con la televisión o los computadores, nada de discotecas. Se trabaja fuerte, por ello es el país que más peloteros produce'.
Dice admirar a Cliff Lee, pitcher de Filadelfia, 'porque todos sus pitcheos son de la misma forma, muy controlado'.
Aunque confesó ser seguidor de los Yanquis, Crismatt dice que ahora se debe a los Mets.
'Este es mi primer paso hacia las Grandes Ligas. Muchos creen que con la firma lograron bastante, pero para mí es sólo la escala inicial y necesito seguir subiendo para llegar a ser un pelotero profesional', reafirma Nabil Crismatt.
La familia: el gran apoyo
Nabil Crismatt está feliz por su retorno a casa donde ha vuelto a sentir el cariño de su madre Mónica Abuchaibe y de su abuela, Cecilia Abuchaibe.
'En ocasiones tuve deseos de retornar, pero mis compañeros, también de Barranquilla, Roger Vélez y Álvaro Noriega, me dieron ánimo para proseguir mi preparación', revela Crismatt, quien de paso le dice a los niños que 'siempre persigan un sueño, que cuando se propongan algo lo terminen y no se lo dejen tumbar'.
Por Celso Alfonso Altamar
celso.altamar@elheraldo.com.co

























