Su oficina habla de arquitectura, sin embargo su alma ‘grita’ acuarelas. Una mezcla de premios en ambas ramas se observan en las paredes que lo rodean, a un lado una mesa con pinturas y demás elementos propios de un artista. Así es el día de Roberto ‘el Mono’ Angulo, arquitecto y acuarelista costeño que llevará próximamente su exposición a La Habana.
No es la primera vez que habla de su arte, tampoco la primera que viaja a Cuba, pero él lo hace parecer así. Habla de los 15 trabajos que estarán expuestos en el Palacio Conde de Lombillo de La Habana Vieja como si fueran sus primeros, sin importar la prisa con la que los hizo o el sol que nunca le salió para las imágenes que pintaría.
Exposición
Se llama Aquazul el conjunto de obras que tendrá desde el próximo 26 de abril en territorio cubano por invitación de la embajada de Colombia en Cuba en cabeza de Araceli Morales. 'En mis obras siempre está presente el agua', dice con una sonrisa. La razón es sencilla, adora el agua desde que tiene uso de razón.
'Siempre me ha gustado nadar. Pertenecí a equipos de natación y cuando era pequeño e íbamos al pueblo de mi papá siempre me iba directo al jagüey. Me encanta el agua y siempre la he pintado', recuerda.
Y es así. En reflejos, en el océano, atardeceres, en cualquier parte de sus obras el agua domina con cada pincelada, un compuesto vital para nosotros y su arte, al cual decidió dedicarse por completo desde el año pasado y renunciar a la arquitectura, que también amaba. Ahora el Mono Angulo tiene las mismas ganas de pintar, solo que más tiempo. Las 15 obras que presentará en la Isla del Encanto las realizó en dos meses.
Una amiga de su hijo, que perteneció en una época a un equipo de nado sincronizado, fue la modelo en cuatro diferentes piscinas. Él buscaba movimientos estilizados, reflejos del sol y efectos del agua.
Una pequeña cámara, permisos de los propietarios de las piscinas y mucha inspiración bastó para capturar las imágenes que posteriormente serían pintadas en acuarelas –curiosamente a base de agua–, dice entre risas el arquitecto egresado de la Universidad del Atlántico.
Ya no tiene ídolos porque solo busca perfeccionar lo suyo. Busca día a día un nuevo rayo de sol y una forma diferente de mostrar el agua, en cada escena hay un asombro propio de un niño que disfruta jugar con el pincel.
Su día seguirá al ritmo de música, esa que le sirve de inspiración y lo transporta cuando se sienta frente a la enorme mesa ubicada en su oficina. Con acuarelas a un costado, en medio de libros de arquitectura y cuadros de su autoría, en un mundo creado por él para desarrollar su creatividad que atravesará, por invitación de la Cancillería, el mar Caribe hasta llegar a Cuba.
Reconocimientos
Desde el año 1971, cuando ocupó el tercer puesto en el Salón de Artes Visuales del Icetex, el Mono Angulo ha cosechando reconocimientos como el Premio a la Excelencia en la IV Bienal Internacional de la Acuarela, Ciudad de México, año 2000. En su momento el crítico de arte español Francisco Gil Tovar lo calificó como 'un virtuoso, el más hábil cultivador de la acuarela tradicional en Colombia'. Álvaro Suescún, por su parte, dijo que su trabajo hace parte de 'una dimensión encantada con la placidez propia de las filosofías orientales'.





















