Se sabe que aquel hombre en caballo, hoy hecho mármol, murió vencido por varias y –si cabe decirlo– distintas muertes. Lo hizo solitario, decepcionado y desengañado, tiempo después de abrazar lo que el escritor y periodista Mauricio Vargas, autor de La noche que mataron a Bolívar, considera un 'regalo envenenado'.
Sí, porque «la gloria decepciona siempre a quienes la alcanzan», dice Vargas, quien con esta novela histórica pone punto final a su trilogía de la Independencia, que comenzó con El mariscal que vivió de prisa (2009) y Ahí le dejo la gloria (2013). Un relato que revela el rostro más humano de Simón Bolívar, su relación de amor y odios con Francisco de Paula Santander y la fragilidad que puede tener el poder.
Pregunta: ¿Por qué hablar de que ‹El Libertador› tuvo varias muertes, pero también insistir en que nunca murió?
Pregunta: ¿Qué fue ese «algo» en lo ya escrito sobre Bolívar que le inquietó tanto hasta querer escribir esta novela histórica?
Pregunta: ¿Cómo fue desempolvar el refranero castellano de la época, la vestimenta y los detalles de la vida diaria en aquel entonces?
Pregunta: Fueron más de tres años de investigación y dos de escritura; luego de esto, ¿cambió su forma de ver a Bolívar?, ¿cómo?
Pregunta: Qué tan fidedigna es la historia que nos cuenta en su novela?, ¿qué tanto de real y de ficción literaria hay?
Pregunta: ¿Qué hay que aprender o qué lecciones nos deja la Conspiración Septembrina?
Pregunta: Hay un tinte político que conecta la obra con la actualidad del país. ¿Dónde o en quiénes encontramos ese espíritu de Bolívar y de Santander?
Pregunta: Sobre la relación de ambos, que cada vez cobra más protagonismo en la obra, ¿qué conclusiones se pueden sacar?, ¿cómo convivían sus egos
Pregunta: Cervantes, por mencionar un caso, establecía una oposición entre la verdad de los historiadores y la de los literatos. ¿Cuál es su posición sobre esta ‹lucha› entre lo hecho y lo dicho?, ¿acaso ve una ‹verdad› superior a la otra?
Pregunta: Usted ha manifestado que Bolívar terminó decepcionado de la gloria, ¿por qué?




















