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Aunque hoy es sinónimo de descuentos masivos, su origen está lejos del marketing. En Filadelfia, Estados Unidos en los años sesenta, la policía bautizó como “viernes negro” el caos vehicular y las multitudes que invadían las calles tras el Día de Acción de Gracias. El comercio estadounidense pronto resignificó ese nombre: pasar “del rojo al negro” en los libros contables se convirtió en símbolo de un día en el que los negocios alcanzaban sus mayores utilidades del año.

La expansión del evento durante los setenta, ochenta y noventa consolidó una cultura de consumo alrededor de rituales como las aperturas nocturnas, los famosos doorbusters y las filas de madrugada que marcaban el inicio de la temporada navideña. Más tarde, el auge del comercio electrónico extendió el fenómeno con nuevas fechas —como el Cyber Monday— y temporadas completas de descuentos, conocidas como Black November, creadas para evitar congestiones logísticas y captar compradores durante más días.

Su impacto global llevó a especialistas a describir el Black Friday como un fenómeno sociológico capaz de transformar comportamientos colectivos, estandarizar el lenguaje promocional y servir como indicador adelantado del consumo de diciembre.

Colombia adoptó el Black Friday en 2014, en un momento en que el comercio buscaba dinamizar las ventas del último trimestre y fortalecer la transición hacia los canales digitales. Desde entonces, noviembre se consolidó como un mes decisivo: para muchos negocios, representa una proporción crucial de su facturación anual.

Las cifras lo respaldan. Según Fenalco, al menos la mitad de los comercios del formato moderno participa cada año con promociones especiales. Además, datos de plataformas internacionales reportan incrementos superiores al 600 % en las ventas durante Black Friday frente a un día promedio en el país, una tendencia alineada con el comportamiento de mercados europeos.

Colombia adaptó la fecha a su propia dinámica laboral y de consumo. Aunque el Black Friday de 2025 será el 28 de noviembre, las promociones suelen extenderse por una semana, coincidiendo con el pago de la segunda quincena del mes. Este período culmina, por lo general, con el Cyber Monday, que en 2025 se celebrará el 1 de diciembre.

Un noviembre largo y competitivo

Para 2025, el comercio nacional prepara un calendario ampliado. Numerosos establecimientos iniciarán ofertas desde mediados de noviembre para captar distintos perfiles de compradores: quienes planean con anticipación, quienes esperan el “precio final” y quienes combinan compras presenciales con digitales.

Este modelo de “temporada extendida” responde a varias razones: la necesidad de mover inventarios, el crecimiento del comercio electrónico, la mayor bancarización y el auge de estrategias que integran puntos físicos, aplicaciones y plataformas web.

Para el consumidor colombiano, noviembre se convirtió en el momento ideal para renovar tecnología, adquirir electrodomésticos, comprar moda, aprovechar paquetes turísticos o asegurar regalos de Navidad con antelación. Según encuestas citadas por Fenalco, más del 40 % de los compradores ya sabe qué va a adquirir y planea comprar entre tres y cuatro productos.

Lo que debe saber el comprador

La masificación del comercio digital también ha traído desafíos. La Superintendencia de Industria y Comercio (SIC), a través de información publicada en su página web, insiste en la importancia de verificar la autenticidad de los sitios, revisar políticas de devolución y evitar enlaces sospechosos, especialmente en temporadas propensas a ofertas engañosas o mensajes que confunden a compradores inexpertos.

La entidad recuerda que los picos de compra se concentran entre las 9 a. m. y las 10 p. m., con mayor actividad hacia la noche, y que los descuentos promedio pueden alcanzar hasta el 50 %, dependiendo de la categoría.

Impulso en el cierre de año

Más allá de los descuentos, el Black Friday se convirtió en una herramienta para medir el pulso económico de los hogares colombianos. Su comportamiento funciona como un indicador adelantado del desempeño de diciembre en sectores como comercio, turismo, tecnología y bienes para el hogar.

Para el país, este fenómeno global dejó de ser una fecha importada: es una plataforma para impulsar ventas, fortalecer el comercio electrónico, dinamizar la economía familiar y consolidar el cierre fiscal del año. Con más días de promoción, más canales y un consumidor cada vez más informado, el Black Friday 2025 promete ser uno de los capítulos comerciales más relevantes del calendario nacional.