El amanecer del ocho de diciembre es, indudablemente, de las más bellas celebraciones para quienes tenemos la dicha de vivir en la región Caribe. Esta es una de las llamadas “cuatro fiestas”, denominación inmortalizada en la canción homónima, de autoría del compositor Adolfo Echeverría, que tiene la maravillosa virtud de transportarnos a los tiempos hermosos de nuestra niñez y a los inolvidables momentos vividos en familia durante estas festividades decembrinas. Esta mañana me fue grato recordar mi niñez, la época cuando prendía las velas en la terraza de mi casa materna, siendo feliz al ver pasar la procesión colmada de vecinos y, posteriormente, recorrer el barrio recogiendo los restos de las velas, con las cuales hacíamos pelotas para jugar con los amiguitos.

Esta es la primera de las fiestas de diciembre, en torno a las cuales solemos reunirnos con los seres queridos para compartir la alegría decembrina, festejar al son de la música tradicional y, en la noche y la madrugada, honrar a la Virgen María en su advocación de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción, con la tradicional fila de velas en las terrazas, los balcones o las ventanas de las viviendas, que van dejando su huella colorida cuando se extinguen.

Esta conmemoración se relaciona con el dogma católico declarado el ocho de diciembre de 1854 en la bula o carta pontificia Ineffabilis Deus, del papa Pío IX, que contempla que la Virgen María es libre del pecado original desde su concepción, por ser madre de Jesucristo. Con el paso del tiempo, se convirtió en un importante encuentro festivo religioso moldeado con las expresiones costumbristas regionales.

Esta fiesta le abre paso a la celebración de la Navidad y al recibimiento del año nuevo que, en nuestro caso, es la antesala del Carnaval de Barranquilla, importante patrimonio cultural que constituye una temporada muy esperada no solo en nuestra ciudad sino en buena parte de la región Caribe.

Diciembre también es el tiempo propicio para grados, matrimonios, cumpleaños, reencuentros familiares, entre muchos otros festejos que lo convierten en un mes espléndido que, por lo general, nos acompaña con un clima venteado y fresco.

Espero que todos mis lectores hayan gozado del precioso amanecer de hoy e, igualmente, vivan con alegría el resto de esta época festiva, pero también siendo cautos, evitando excedernos con la ingesta de licor, restringiendo el uso de la pólvora que tanto daño y sufrimiento causa cada año, y viviendo en paz con familiares, amigos y vecinos.

@Rector_Unisimon