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La Fiscalía General de la Nación imputó este viernes 19 de diciembre el delito de homicidio agravado a José Eduardo Chalá Franco, un conductor de taxi señalado de provocar un grave accidente de tránsito en el sur de Bogotá, cuando presuntamente manejaba en estado de embriaguez grado tres.

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Los hechos ocurrieron el pasado 8 de noviembre en el barrio Santa Rita, localidad de San Cristóbal, donde el vehículo arrolló a 11 personas. Como consecuencia del siniestro, una adolescente de 15 años perdió la vida días después, tras permanecer en estado crítico debido a la gravedad de las heridas.

Asimismo, el procesado permanece privado de la libertad. Inicialmente había aceptado cargos por tentativa de homicidio y lesiones personales dolosas, sin embargo, con el fallecimiento de la menor, la Fiscalía decidió modificar la imputación y atribuirle responsabilidad por homicidio agravado consumado.

Durante la audiencia, la fiscal del caso sostuvo que Chalá Franco era plenamente consciente del riesgo que implicaba conducir bajo los efectos del alcohol, más aun teniendo en cuenta que su oficio es el de conductor profesional.

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“Tomando en cuenta que usted es un taxista que ejerce el oficio de conducir vehículo automotor a diario, que sabe perfectamente los peligros y las consecuencias de conducir en estado de embriaguez, que violó varias normas de tránsito como señales de pare presentes en el lugar de los hechos, que usted sabía perfectamente que este resultado podría producirse y aceptó esa probabilidad al tomar la decisión de seguir conduciendo en grado de embriaguez tres”, smanifestó la fiscal.

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A su vez, ente acusador explicó además que, “en cuanto a la idoneidad de los medios utilizados para la producción del resultado, en este caso se trata de un vehículo automotor que claramente tiene la capacidad de producir el daño antijurídico, no por sí solo, sino por la manera como es utilizado, como se presentó en este caso”.

De acuerdo con el dictamen forense, la menor falleció a causa de un trauma craneoencefálico severo, producto del atropellamiento, lo que permitió establecer un nexo directo entre el accidente y el deceso.

“La causa de la muerte fue por un trauma encefálico severo contundente; manera de muerte: violenta en incidente de tránsito. Por lo anterior, ya no se trataría de una tentativa de homicidio, sino que se le adiciona en este momento la imputación en cuanto al resultado, quedando esa imputación como autor del delito de homicidio agravado consumado a título de dolo”.

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Aunque el acusado no aceptó los cargos relacionados con la nueva imputación, la Fiscalía advirtió que, al tratarse de una víctima menor de edad, la pena podría incrementarse significativamente. Según lo establecido en el Código Penal, el delito de homicidio agravado contempla una condena que podría oscilar entre 500 y 700 meses de prisión, equivalentes a más de 40 años de cárcel.