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Dos días después de que el presidente Gustavo Petro ordenara a la inteligencia de la fuerza pública suspender las comunicaciones y “otros tratos” con agencias de seguridad estadounidenses, el ministro del Interior, Armando Benedetti, salió a aclarar lo que significaba el anuncio del mandatario.

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“Se da orden a todos los niveles de la inteligencia de la fuerza pública suspender envío de comunicaciones y otros tratos con agencias de seguridad estadounidenses. Tal medida se mantendrá mientras se mantenga el ataque con misiles a lanchas en el Caribe. La lucha contra las drogas debe subordinarse a los derechos humanos del pueblo caribeño”, precisó el mandatario en su cuenta de X el pasado martes 11 de noviembre.

Sin embargo, Benedetti dijo que lo que han dicho algunos altos funcionarios del Gobierno es una “mala interpretación” de las palabras de Petro. Que no significa que la cooperación entre las agencias de control de Estados Unidos dejarán de colaborar con Colombia, sino todo lo contrario.

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“Ha habido una mala interpretación por la prensa colombiana y algunos funcionarios del alto Gobierno. El presidente Gustavo Petro nunca ha dicho que las agencias de control americanas FBI, DEA, HSI van a dejar de trabajar en Colombia a la par de nuestras agencias de inteligencia DIPOL, DIJÍN, CTI, y seguiremos trabajando como lo ha hecho este Gobierno en contra del narcotráfico y el crimen con los Estados Unidos”, mencionó el ministro muy temprano este jueves.

La principal razón detrás del cese anunciado por el jefe de Estado colombiano tiene que ver con los ataques a navíos en el mar Caribe y en Pacífico por parte del Ejército de los Estados Unidos que ya dejan más de 70 muertos, todos acusados de transportar drogas, aunque sin evidencia de ello.

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Los cuestionamientos de Petro coinciden con los del alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, Volker Türk, que ha señalado que las personas a bordo de las lanchas han sido víctimas de “ejecuciones extrajudiciales” y que tales acciones deben cesar “independientemente de los presuntos delitos que se les imputen”.

El Ejército de Estados Unidos asegura que ha hundido 20 embarcaciones y 75 vidas, además de dejar una persona desaparecida, en aguas del Caribe y del Pacífico a raíz de varios ataques, en una nueva etapa de su guerra contra las drogas.

Bajo el argumento de combatir el narcotráfico, la Administración de Donald Trump escaló su ofensiva contra carteles latinoamericanos que considera terroristas y a quienes ha declarado un “conflicto armado directo” que justifica sus acciones militares en aguas internacionales.