Luego de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, hiciera público que autorizó a la Agencia Central de Inteligencia, CIA, a realizar operaciones encubiertas en Venezuela y asegurara además que estudia la posibilidad de llevar ataques contra “el narcotráfico” en tierra sobre el vecino país, la duda que existe en Colombia es si todo esto daría pie a que se llegase a contemplar que la eventual intervención a Venezuela pudiera extenderse al territorio nacional.
Lo que dice Trump
Lo hemos frenado casi por completo por mar. Ahora lo frenaremos por tierra”, dijo Trump esta semana en el despacho oval, confirmando además, como ya había adelantado el diario The New York Times, que autorizó a la CIA a realizar operaciones encubiertas en Venezuela, acusando a Caracas de traficar droga hacia territorio estadounidense.
El mandatario norteamericano defendió los al menos cinco ataques del Comando Sur a embarcaciones pequeñas señaladas de narcotráfico en el mar Caribe, cerca de Venezuela, en los que unas 27 personas han muerto, porque, dijo, durante 30 años los esfuerzos para detener el narcotráfico fueron “ineficaces” por parte de la Guardia Costera por haber actuado de forma “políticamente correcta”. En medio de estos operativos dispuestos desde agosto pasado, Trump ha recibido críticas de senadores demócratas, quienes alertan sobre un uso excesivo de la fuerza militar sin autorización legislativa. Y de hecho bromeó el presidente de la Casa Blanca sobre las acciones militares: “Ya nadie quiere ir a pescar”.
Washington tiene en este momento 10.000 soldados en la región, la mayoría en bases en Puerto Rico, así como un contingente de infantes de Marina en buques de asalto anfibio: en total, cuenta con ocho embarcaciones de guerra y un submarino en el Caribe.
De otro lado, según The Washington Post, varios helicópteros de Operaciones Especiales de Estados Unidos realizaron ejercicios de entrenamiento en los últimos días en aguas próximas a Venezuela. Los helicópteros de ataque MH-6 Little Bird y MH-60 Black Hawk volaron a principios de octubre a menos de 145 kilómetros de la costa venezolana, cerca de plataformas petroleras y de gas, según imágenes analizadas por el citado medio. Un funcionario estadounidense negó que tuvieran relación con una posible operación militar estadounidense en Venezuela.
Lo que responde Maduro
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, contestó que “el Gobierno de Estados Unidos decide mandar a la CIA para Venezuela. (...) Jamás ningún gobierno anterior, desde que la CIA existe, dijo públicamente que mandaba a la CIA a matar, a derrocar y acabar a los países”, agregando que la CIA ha “conspirado” contra Venezuela durante los últimos 26 años, desde el inicio del gobierno del fallecido presidente Hugo Chávez –quien asumió el poder en 1999 y murió en marzo de 2013– y también a lo largo de su propia gestión. Y señaló que los 10 estadounidenses que Venezuela entregó el pasado julio a Estados Unidos eran “terroristas de la CIA convictos y confesos”, en referencia al intercambio que acordó por la liberación de 252 venezolanos que estaban detenidos en El Salvador, a donde llegaron tras ser enviados por el gobierno de Trump en marzo.
Anunció por ello que se activarían las llamadas Zonas Operativas de Defensa Integral, ZODI, en “parte de la frontera con la hermana Colombia”, en el marco del plan defensivo, que comenzó a desarrollarse de manera progresiva hace una semana, principalmente en regiones con salida al Caribe.
¿Y Petro?
El presidente Gustavo Petro aseguró esta semana que la política de drogas que supuestamente Estados Unidos quiere imponer a su país tiene como consecuencia una “posible invasión” a Venezuela: “La política que se impone sobre Colombia desde los Estados Unidos (...) tiene como consecuencia cercana una posible invasión a la república de Venezuela”.
En ese sentido, Petro señaló que esos ataques son contrarios a la resolución impulsada por Colombia y aprobada por unanimidad la semana pasada por la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas, que vincula las políticas de drogas con los derechos humanos. Igualmente dijo que aunque no es muy amigo de “las políticas que se agencian en el gobierno actual de Venezuela”, es consciente de que un conflicto en el país vecino puede afectar a Colombia: “Esa sí es mi responsabilidad, si allá caen misiles o, como anuncian hoy, se empieza por tierra una actividad violenta de agentes de la CIA o de Mariners o de misiles sobre la población civil desarmada, sea de la cadena del narcotráfico o no sea, se está contraviniendo la resolución de la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas”.
Trabajo conjunto
El catedrático de relaciones internacionales de la Universidad Militar Nueva Granada César Niño le dijo a EL HERALDO que “la orden a la CIA deja varias cosas a la luz: una es que en efecto la intervención estadounidense en territorio latinoamericano ha sido una constante en diferentes contextos y momentos históricos no solamente frente a la lucha contra el narcotráfico, sino en otro tipo de operaciones encubiertas de inteligencia estadunidense”.
Por otro lado, comenta que el hecho de “que la CIA intervenga en terreno, no solamente en el mar Caribe, podría traer muchos riesgos, y uno de esos puede ser de alguna otra forma fricciones innecesarias e hipotéticas intervenciones que podrían estar alterando de alguna manera el equilibrio de poder en América Latina: no lo digo por mencionar que haya una justificación para que no ocurran estas intervenciones, pero sí las injerencias de inteligencia de la CIA pueden llevar a empujar a que se desborde algún tipo de enfrentamiento en la región”.
Y concluye Niño que no cree que podría llegar a extenderse la intervención en Colombia de forma directa, pero sí indirecta: “Directamente no hay una autorización por parte de la Casa Blanca ni del Pentágono ni de la CIA para hacer unas intervenciones a gran escala en Colombia; ahora, también es verdad que la CIA tiene unas operaciones en coordinación de inteligencia con la Dirección Nacional de Inteligencia colombiana, y eso es importante anotarlo, porque en ese trabajo conjunto están vinculados esos temas de lucha contra el narcotráfico, cosa que no ocurre con Venezuela: Caracas y Washington no trabajan en temas interoperaciones, interagenciales entre las entidades de inteligencia, entonces no creería que se extiendan las operaciones públicas a Colombia”.
Podrían atacar al ELN
El internacionalista y politólogo experto en política de América Latina Manuel Camilo González expuso en EL HERALDO que esas acciones encubiertas son desarrolladas “en territorio que se considera hostil, en este caso Venezuela, que estarían destinadas a desestabilizar la organización a la cual ciertamente el Gobierno de EE. UU. ha determinado para su destrucción, su neutralización, en este caso el Cartel de los Soles y el Tren de Aragua: eso implicaría desde asesinatos selectivos hasta destrucción de infraestructura crítica, de laboratorios, pistas”.
Añade el profesor de la Universidad Javeriana que para calcular los efectos en Colombia habría que determinar “cuál es el alcance que tienen las operaciones encubiertas, es decir, si estas incluyen grupos como el ELN, el Clan del Golfo (EGC), la Segunda Marquetalia, que en este caso estarían tanto en territorio venezolano como colombiano, y de ser así obviamente esto implicaría un poco el ataque a estas organizaciones en suelo colombiano”.
Colombia es un aliado
El catedrático de la Universidad Jorge Tadeo Lozano y director del Centro de Estudios en Seguridad y Paz de la Universidad Militar Nueva Granada, Néstor Rosanía, comentó en EL HERALDO que el que abiertamente Trump diga que la CIA hace operaciones encubiertas dentro de un país latinoamericano “nos regresa en términos de política exterior y latinoamericana al intervencionismo de los EE. UU. y a principios de lo que se llamó la Doctrina Monroe de ‘América para los americanos’ y el corolario Roosevelt, donde EE. UU., bajo un principio que se llama de la Divina Providencia y el Destino Manifiesto, consideran que ellos tienen la potestad para inmiscuirse en los asuntos internos de los países y esa fue la base de las dictaduras militares, del Plan Cóndor, de la Escuela de las Américas, que ellos mismos, y más desde el lado demócrata, reconocieron que fue un error, que fue un error haber participado directamente en golpes de estado cuando Kissinger era secretario de Estado, etcétera”.
Finalmente, el experto consideró que en la amenaza de un tipo de intervención en tierra, “que sería sumamente grave, porque eso sí que sería una causa de guerra, que implicaría la toma en armas de las milicias bolivarianas, y eso desencadenaría un conflicto muy complejo, una guerra de cuarta y quinta generación, yo creería que Colombia no se vería afectada en términos de que hubiera una intervención armada por parte de los norteamericanos porque EE. UU. en su política exterior bipartidista ha visto en Colombia históricamente el aliado regional, entonces atacarlo de una manera de estas sería romper un vínculo”.