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Una familia en Bogotá vive una doble tragedia tras la trágica muerte de Ángel Santiago Maecha, un niño de tan solo siete años. El fatídico accidente tuvo lugar el pasado sábado, 7 de octubre, en el cementerio Jardines del Apogeo, ubicado al sur de Bogotá, mientras la familia visitaba la tumba de otro ser querido, quien había sido enterrada pocos días antes.

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Según los informes, mientras se preparaban para abandonar el cementerio después de rendir homenaje a su ser querido, la rama de un árbol se desprendió y cayó sobre Ángel, arrojándolo contra una lápida en el suelo. Este trágico accidente le provocó una grave herida en la cabeza que resultó en su muerte inmediata.

Vanessa, tía del niño, compartió con el programa radial ‘Cómo Amaneció Bogotá’, de la emisora ‘Tropicana’, los angustiosos momentos que vivieron después de la impactante tragedia.

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Según manifestó la mujer, la familia había estado visitando a su abuelita, cuyas cenizas habían sido sepultadas el 4 de octubre. No obstante, su visita al cementerio para limpiar la tumba y ofrecer una oración en honor a la fallecida se convirtió en un desgarrador giro del destino.

Vanessa relató: 'El 4 de octubre enterramos las cenizas de mi abuela. Venimos de una tragedia a otra tragedia. Fuimos el sábado a lavar la lápida, ya que quedó llena de tierra. Fuimos, le hicimos una oración y cuando mi papá dijo: ‘vamos a almorzar’, íbamos caminando en fila y cayó el palo'.

De acuerdo con lo que reveló la mujer, la rama del árbol cayó con gran fuerza. 'Vino con gran velocidad, a más de 20 metros de altura, le cayó en el pechito, lo empujó y él cayó encima de una lápida, le atravesó el cráneo con el filo, y murió instantáneamente'.

La familia reaccionó rápidamente, buscando ayuda y trasladando al pequeño al hospital en su propio vehículo. En el camino, se encontraron con una ambulancia que los asistió en los esfuerzos de reanimación. Sin embargo, la herida del niño resultó ser devastadora.

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'Lo primero que hicimos fue coger al niño y subirnos al carro. Llegando al Perdomo, vi una ambulancia, me bajé del carro con el niño, me ayudaron y comenzaron con la reanimación mientras la otra enfermera vendaba para calmar la hemorragia, la cual nunca se calmó, ni siquiera en el hospital; le destrozó toda su cabecita', contó la mujer.

En el hospital, los médicos confirmaron a la familia de Ángel que su muerte había sido instantánea debido a la gravedad de la herida en la cabeza. La tía del niño también aprovechó la oportunidad para denunciar la supuesta negligencia por parte del personal del cementerio, no solo en la atención de la emergencia, sino también por presuntamente haber alterado la escena del accidente.

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'Yo no demando porque se cayó la rama, ya que es una tragedia ambiental que nadie puede evitar. (...) Denuncio el momento en que salí con mi niño en brazos pidiendo ayuda y nadie del cementerio se acercó, nadie nos prestó los primeros auxilios ni nada', explicó Vanessa.

Y agregó: 'ellos alteraron la escena porque en la noche llegó la Fiscalía al hospital, se fue con mi papá a la escena a mirarlo todo. Pero, ¿qué hizo el cementerio ese mismo sábado? Quitaron la rama y la administradora nunca llegó. Menos mal que mis familiares que se quedaron allí grabaron todo de cómo quedó, porque de lo contrario, se lavarían las manos porque alteraron la escena con botar la rama'.