Reforma agraria: Lo bueno y lo malo de compra de tierras para los campesinos

El presidente Gustavo Petro ha anunciado que modificará el marco fiscal de mediano plazo –que son las proyecciones a 10 años del Gobierno para estimar cuánto puede gastar, endeudarse y cuánto va o debería recaudar por impuestos– para darles 3 millones de hectáreas de tierra fértil, pero actualmente improductiva, al campesinado para que la cultive.

Precisó el mandatario que es necesario conseguir un cupo de endeudamiento para esta reforma agraria de unos $60 billones: 'Hay que comprarlas a precio comercial para no entrar en peleas con los dueños de las tierras, porque si no van a decir que es una expropiación'.

EL HERALDO les preguntó sus puntos de vista al respecto de este plan de comprar tierras y entregarlas a los campesinos al ex ministro de Agricultura Juan Camilo Restrepo; al decano de la Facultad de Economía de la Universidad del Rosario, Carlos Sepúlveda, y a los economistas expertos y catedráticos Salomón Kalmanovitz y Alejandro Useche.

El ex ministro de Agricultura Juan Camilo Restrepo llama la atención acerca de que 'no todo se puede reducir a una ecuación como la que ha planteado Petro de que se necesitan $60 billones, porque no existen en las cuentas fiscales del país ni van a existir en el corto plazo, entonces tiene que haber en cuanto a tierras compradas una aplicación gradual, y eso lo puede complementar el Gobierno con la distribución de baldíos, y recientemente la Corte Constitucional dijo que los baldíos eran para fines de reforma agraria y entre las tierras que compren, las incautadas y los baldíos, se puede ir dando cumplimiento a la reforma rural integral del Acuerdo de Paz'.

También destaca el economista y exsenador la puesta en marcha del catastro multipropósito, 'porque hasta ahora se han hecho proyectos piloto', y advierte que la reforma agraria debe ir acompañada, para que esas tierras sean productivas, 'de inversiones en distintos frentes y eso es necesario para pensar en una reforma rural integral, no solo distribuir tierras'.

Por ello, considera, 'hay buenos propósitos y ahora hay que pasar de los anuncios a los hechos y que el Estado sea un comprador alternativo, sin expropiación sino que quien quiera vender lo podrá hacer de acuerdo con la información que arrojen los catastros: no es que las tierras las vayan a vender por una benevolencia, es una opción comercial que se va a abrir, por ejemplo, a los ganaderos'.

El decano de la Facultad de Economía de la Universidad del Rosario, Carlos Sepúlveda, coincide en que 'Colombia tiene una deuda histórica en términos de redistribución de tierras y este asunto hace parte de una agenda más amplia de igualdad, de corregir problemas estructurales de inequidad, entonces necesariamente tenemos que procurar resolver este tema de tierras'.

Para el ex subdirector del DANE, ahora que el Gobierno ha puesto entre sus prioridades la reforma agraria, 'parte de ese pilar de no solo justicia social sino económica y de la posibilidad de un acceso más equitativo a los factores de producción, y lo que tenemos ahora es que entrar en el debate de la propuesta formal'.

Frente al lío que suponen los recursos para este asunto, advierte el experto que 'la discusión presupuestal debe pasar por entender los canales de financiamiento y en parte pueden ser por el Presupuesto General de la Nación, encontrando la forma de hacerlo'.

El economista e historiador Salomón Kalmanovitz critica que para la reforma agraria que plantea Petro 'se habla de 3 millones de hectáreas que el Gobierno compraría. Suponiendo que cada una es a $15 millones, estamos hablando de $45 billones. Eso es 0,4 % del PIB. El déficit fiscal que dejó el expresidente Iván Duque fue de 7,3 % del PIB'.

Por ello, agrega, 'no lo veo fácil. Un programa de $45 billones es enorme y tiene que salir del bolsillo de alguien'.

Para Alejandro Useche, catedrático de economía de la Universidad del Rosario, 'la reforma agraria es uno de los pilares del Gobierno y va orientada hacia la generación de mayor equidad y mayor justicia social'; sin embargo, reconoce que había temor desde que Petro era candidato 'por la manera en que se iba a ejecutar, porque algunos pensaban que iba a ser a las malas, con una posible expropiación de tierras a los dueños o con una obligación de que ellos cultivaran o asignaran cierta parte de su propiedad a terceros, pero la alternativa de ofrecer comprarles a ciertas personas porciones de sus propiedades y pagarlas a un precio de mercado justo puede ser una opción más conveniente que desarrollarla de manera más autoritaria'.

Comenta en este sentido el experto que 'Colombia ha tenido históricamente un problema muy delicado de concentración de la propiedad, por supuesto de las tierras y la riqueza en pocas manos, y a la vez tiene una deuda histórica inmensa con una amplia porción de la población que ha venido habitando desde hace mucho tiempo estas tierras, trabajando en ellas, pero que por diversos motivos y sobre todo por violencia ha tenido que abandonar esas tierras y convertirse en desplazados'.

El presidente de Fedegán, José Félix Lafaurie, afirmó esta semana que el sector ganadero va a acompañar al Ejecutivo en su propósito de comprar tierras improductivas y entregarlas a los campesinos que no tienen para que las trabajen.

Frente a la reunión que sostuvo con el presidente Gustavo Petro en la Casa de Nariño manifestó: 'Tuvimos una conversación con el presidente Petro, que va en buen camino, y el mensaje es a las comunidades de campesinos para que esperen y no se dejen engañar, porque el Gobierno va a cumplir y lo vamos a acompañar'.