Temprano en la mañana de este viernes llegó una nutrida delegación de las desmovilizadas Farc a la Casa de Nariño, a la reunión prevista con el presidente Iván Duque, tras dos semanas de 'peregrinación' de los excombatientes desde varios lugares del país hasta la capital para pedir que no los sigan matando y que se respete el acuerdo de paz.
Al inicio de la 'reunión de trabajo', como la calificó el presidente Iván Duque, el mandatario indicó en Twitter: 'Les reiteramos voluntad del Gobierno de construir #PazConLegalidad. Exponemos avances en municipios PDET y la decisión de adelantar recursos de regalías, que se iban a invertir en 7 años, para ejecutarlos en 2'.
De parte del hoy partido político Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, Farc, llegaron Pastor Alape, Rodrigo Granda, Rubén Cano, Desiderio Aguilar, Laura Vega, Federico Montes, Oswaldo Mendoza y Solís Almeida.
Al ingreso, Alape explicó que la idea de la entrevista es 'primero, mostrar que aquí hay disposición de paz y que el presidente entienda que nosotros no somos sus adversarios, somos contradictores, críticos'.
Y agregó que 'el mensaje para él es que estas son las acciones que debemos seguir desarrollando, que si actuamos en el marco de la civilidad, con simbolismos de paz, de reconstrucción de país, de reconciliación, de solicitud de perdón, de reconocimiento de nuestra responsabilidad, podemos aportar mucho en la construcción de esa nueva Colombia que aspiran los ciudadanos'.
A su vez, Granda les envió un mensaje a los manifestantes de la desarmada subversión: 'Les decimos a todos nuestros compañeros peregrinos y peregrinas por la paz que este es uno de los acontecimientos ganados a través estos días de caminata, del esfuerzo para que las altas autoridades puedan por fin entrar a escuchar la voz de los territorios'.
Advirtió en este sentido que ya son 238 desmovilizados asesinados desde la firma de la paz en 2016: 'Tenemos que venir ahora a exponer sobre 238 cadáveres la necesidad de las garantías de seguridad. Esperamos que por fin el señor presidente y las altas instancias del poder tomen en serio esta situación y se pueda parar el baño de sangre que está ocurriendo en el país'.





















