Por todo ello valoramos de esta ejemplar pareja, Roberto y Porfiria Isabel, su gran profesionalismo, su sentido humanista, altruismo, entrega de su vida al servicio de la medicina, nunca escatimaron esfuerzo alguno para salvaguardar la vida de quienes requerían de sus servicios.
El actual gobierno se escuda en culpar a los gobiernos pasados. Pero después de tres años de administración, seguir mirando por el retrovisor es un acto de irresponsabilidad. La niñez wayuu no puede esperar a que el gobierno central y las autoridades locales se pongan de acuerdo en quién tiene la culpa.
¿El Marcel Duchamp de esta época?
En mi recorrido transitorio intermunicipal en bus desde Barranquilla a Sabanalarga y viceversa, soy también testigo de la labor callejera de quienes se bajan y se suben diariamente a este transporte deseando vender sus productos.