El Heraldo
Un agente de la Policía lleva a una de las menores que llegaron desmayadas al hospital.
Bolívar

Comisión estudia la posible causa del desmayo de niñas

En El Carmen de Bolívar reina una especie de pánico colectivo por una extraña enfermedad que ha afectado a unas 170 menores de ese municipio.

Ni en los tiempos de la guerra se vivieron días así. El Carmen de Bolívar, municipio ubicado en el corazón de los Montes de María, es un caos. Lo que pasa es todavía algo inexplicable.
Las escuelas están literalmente vacías; el hospital local parece de guerra; el alcalde Francisco Vega lleva tres días sin dormir al frente de una crisis sin precedentes; el coronel de la Policía del municipio, Julio Moreno, alertó a sus hombres ante cualquier eventualidad; y los padres de familia no duermen ni trabajan tranquilos, pendientes de sus hijas.

Nadie habla de otra cosa en el poblado, sino de los dolores, desmayos y convulsiones que vienen padeciendo decenas de niñas entre los 15 y 20 años de edad. Los casos se dispararon hace siete días, pero se tienen reportes que desde junio y julio hay registros de pacientes con esta sintomatología.
“Esto es una calamidad”, dice la madre de una niña afectada, Candelaria Montes, del colegio Espíritu Santo.
Hasta el domingo, la Alcaldía tenía un reporte de 170 adolescentes atendidas en el hospital local Nuestra Señora del Carmen. Algunas quedan hospitalizadas. Otras les dan de alta. Pero varias han recaído.

Como dice el profesor William Torres, rector de la Institución Técnica Industrial Juan Federico Hallan, lo peor de todo es que nadie sabe de qué se trata y qué es a ciencia cierta lo que está originando esta calamidad pública en El Carmen. A pesar de todo, hace un llamado a la calma.

Las versiones varían, pero la que más circula entre los lugareños es que las niñas padecen estos síntomas después de que fueron vacunadas contra el virus del Papiloma Humano, cuya segunda dosis les fue administrada en marzo pasado.
Otra tesis es que, de acuerdo a exámenes de sangre de dos niñas que están siendo atendidas en Bogotá, y que son las que más grave están, por algún motivo presentan excesos de plomo en su cuerpo.
El Alcalde dijo que una vez estalló la crisis en el municipio se hicieron pruebas de toxicología para establecer si eran los alimentos que estaban consumiendo las estudiantes; o se trataba del agua; y, hasta se exploró la posibilidad de que hubieran consumido alguna sustancia sicotrópica. Los resultados fueron negativos para los tres casos.

El representante de la Defensoría del Pueblo de Bolívar, Candelario Paniza, dijo: “Eso es lo grave: no sabemos qué está pasando”.

La tercera hipótesis es de origen popular. En las calles de los barrios, en la plaza central y hasta algunos del personal de paramédicos del mismo hospital se llegó a barajar la versión de que las niñas estaban jugando con la tabla ‘ouija’ y que esta les había provocado posesiones de espíritus diabólicos.
Revuelo por aumento de desmayos. Entre tanto, y en medio de la incertidumbre, ayer la situación en vez de mejorar, empeoró.
Cada veinte minutos aproximadamente llegaba al hospital una o dos jóvenes desvanecidas y transportadas en motos, procedente de una institución educativa, o de su casa.

El centro de atención colapsó desde la semana pasada, cuando se dispararon los casos de las pacientes afectadas por la extraña enfermedad. Los padres de las niñas se quejan porque deben dejarlas hacinadas en cuartos del hospital.

Yesmit del Valle, padre de Yolaina, de 15 años, cuenta que a su hija la acostaron en una camilla que presentaba un hueco en la mitad y fue dejada en observación en uno de los pasillos, porque las salas de atención no daban abasto.
En las afueras del hospital hay tumultos de gente y para garantizar el orden se reforzó la vigilancia Policial. En horas del mediodía se hizo necesaria la presencia de infantes de Marina porque los ánimos estaban caldeados.

Los accesos al hospital están bloqueados con cintas amarillas de prevención. Cerca de la una de la tarde, el alcalde Vega, al final de una reunión extraordinaria con docentes, funcionarios de la Gobernación de Bolívar, Ministerio de la Salud y de la Policía, se dirigió de urgencia hasta los alrededores del hospital para dar un mensaje de tranquilidad a la gente y evitar alteraciones del orden público.

La misión de una comisión de atención a la crisis que se vive en El Carmen es evitar que el pánico colectivo se apodere de la población y la situación se salga de las manos.
El Espíritu Santo, el más afectado. Unas de las instituciones educativas más afectadas es el colegio Espíritu Santo. De allí ha salido la mayoría de las pacientes.
El profesor Juan Pablo Suárez dice que de la jornada de secundaria unas 70 niñas han tenido que ser llevadas a atención médica de urgencia.

Agrega que es tal la conmoción que tienen cinco días de estar dando clases a medias. El temor se ha apoderado del resto de las colegialas que solo asisten entre 10 y 15 de cada curso, que tiene en total unas 40 alumnas.

Por eso, el Alcalde y los rectores de unas 50 instituciones educativas de El Carmen acordaron ayer en la mañana no suspender el calendario escolar, como se estaba pidiendo en algunos sectores.
También los padres de familia del colegio Espíritu Santos convocaron ayer a una reunión urgente en un salón para tomar acciones inmediatas ante la calamidad que reina en sus hogares y que crece con los días.

Estos no creen en lo que les dijo la semana pasada en persona el viceministro de Salud Pública y Prestación de Servicios, Fernando Ruíz Gómez, quien aseguró que la vacuna del Papiloma Humano no tiene que ver con el cuadro que presentan algunas niñas.

Sin embargo, desde ayer una comisión científica realiza las pruebas a las pacientes con más complicaciones de salud para realizar un verdadero diagnóstico de la situación.

El Alcalde, que es médico de profesión, dice que no cree que un toxicólogo del profesionalismo del Viceministro de Salud haya dicho en el mismo Carmen de Bolívar algo para salvar al Gobierno de una supuesta situación anómala, pues es su dependencia la que realiza la campaña de vacunación contra este virus.

El mandatario agrega que una vez se hagan los exámenes de rigor, sea la vacuna o sea otro factor, él será el primero en exigir a nombre de la comunidad una atención exhaustiva y que garantice la salud de las estudiantes del municipio. Por lo pronto se habilitarán tres ambulancias para atender los casos en los colegios.

Síntomas que padecen
Elvia Montes, de 56 años, tiene a su nieta, de 16 años; y a su hija, de 17, internadas en el hospital. Dice que a las jóvenes “les entra un fogaje por el cuerpo y después se ponen frías”. Que se le duermen las piernas y las uñas se les ponen moradas. Las niñas más graves están en Bogotá, bajo vigilancia médica continua. Presentan inmovilidad en sus extremidades inferiores. Estas son Eva Sandrid Morales Arrieta; Julia Andrea Benítez; Yirely Sanabria y Alba Contreras. Todas del colegio Espíritu Santo.

Testimonio
Yolaine del Valle Alvis, de 15 años y estudiante del colegio Espíritu Santo, le contó a EL HERALDO que desde el pasado mes de julio hasta hoy (ayer) ha sufrido siete crisis y que estuvo en el hospital una vez. Allí le aplicaron varias inyecciones.

Yolaine dice que el domingo al mediodía le volvieron a dar los dolores musculares, por lo que su mamá le aplicó pañitos de agua fría en la cabeza y en los pies para calmar los dolores. “Yo digo que todo es por la vacuna. La primera dosis me la pusieron el 12 de julio del año pasado. Y el 3 de marzo que pasó, fue la segunda”, afirma la estudiante de décimo grado. Dice que en el colegio todos están preocupados lo mismo que sus padres. 

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