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El Distrito Aventura del ecoparque Mallorquín y la recuperación integral de los caños Mercado y Ahuyama se han constituido en la apuesta de Barranquilla para avanzar en la planificación urbana centrada en el uso sostenible de los recursos hídricos y la integración de áreas naturales.

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En este proceso, la administración distrital ha recibido el respaldo de la iniciativa LAIF City Life –conformada por de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) y la Comisión Europea–, que adelantó la financiación para la elaboración de los estudios técnicos.

“Barranquilla ha venido demostrando su compromiso con la sostenibilidad y la disposición de colaborar en iniciativas globales para un futuro más verde”, sostuvo el alcalde Alejandro Char, quien resaltó que este proceso conllevará a la habilitación una red interconectada de paisajes naturales.

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Destacó, además, que este tipo de reconocimientos revalida el trabajo “para convertirnos en una ciudad sostenible para el mundo, y eso nos motiva a seguir aportando desde nuestras buenas prácticas en proyectos medioambientales, contribuyendo a mejorar la calidad de vida de los barranquilleros mediante el aprovechamiento de la infraestructura que nos da la misma naturaleza”.

Los detalles

El sistema de caños, de acuerdo con los estudios técnicos, será sometido a un proceso de limpieza, restauración hidráulica, mejoramiento paisajístico y restauración ecológica. Dicho proceso proyecta la transformación del entorno de los caños en un parque lineal que revitalice el Centro y el suroriente de Barranquilla, mejore la calidad del aire y del agua, y proporcione un espacio público de recreación.

Se contempla, además, el equipamiento de espacios públicos aptos para la recreación para lograr mejoras en la calidad del aire y del agua, promocionar hábitos de vida saludables, fomentar la cohesión social a través del encuentro y la convivencia, y embellecer el entorno convirtiéndolo en un foco atractivo para el comercio y el turismo.

Dicho proyecto de urbanismo abarcaría una extensión de 3,93 kilómetros y revitalizaría los barrios Rebolo, La Luz y La Chinita e impactaría también a los barrios Villanueva, Centro y la Zona Franca.

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En la ciénaga de Mallorquín, por su parte, se planea la habilitación de la Unidad Funcional 4, que contribuirá a la transformación de la ciénaga en un espacio público de recreación y ecoturismo que beneficia a las personas y ayuda a la conservación del ecosistema de manglar, crucial para la estabilidad de la costa y la biodiversidad local.

Esta nueva etapa complementaría la oferta de ecoturismo a través de espacios para el esparcimiento y la práctica de deportes extremos, lo que añadiría a la práctica actual de contemplación (senderismo y avistamiento) en el Ecoparque, la experiencia recreativa representando una potencial fuente de recursos y empleo para la comunidad local de La Playa y Las Flores.

También se contemplarían áreas de descanso, sanitarios, puntos de información y señalización para la comodidad de visitantes.

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En su momento, Aecid y la Comisión Europea indicaron que el monto total de los estudios técnicos supera los 576 mil euros, es decir, $2.892 millones.

Por su parte, la ejecución de los proyectos ascendería a 429 millones de euros, equivalentes a $2.1 billones. Las entidades indicaron que para la ejecución de la obra física habría una potencial financiación posterior por parte del Fondo para la Promoción del Desarrollo (Fonprode).

La relevancia de la infraestructura azul y verde

Barranquilla ha empezado a recorrer el camino hacia la sustentabilidad, en una apuesta al desarrollo de proyectos sociales y medioambientales que mejoran la calidad de vida de sus ciudadanos.

En el marco de este proceso se consolida como la única ciudad del país con infraestructura azul y verde, que implica el diseño de áreas verdes y cuerpos de agua, así como la gestión adecuada de las aguas pluviales.

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Según los postulados de dicha estrategia, la combinación de estos elementos ayuda a reducir la contaminación, mitigar inundaciones y el calor, aumentar la biodiversidad, fomentar la cohesión social y, en definitiva, mejorar la calidad de vida de la ciudadanía.

A nivel mundial, las ciudades de San Salvador (El Salvador), João Pessoa y Belém do Pará (Brasil), Cartago (Costa Rica), Ciudad de Guatemala (Guatemala), Arequipa, Cajamarca y Trujillo (Perú), Comayagua y Trujillo (Honduras) y el Estado de Tlaxcala (México) también han recibido respaldo de LAIF City Life para el impulso y consolidación de la infraestructura azul y verde.