Eran pasadas las cinco de la mañana, el sol todavía no había iluminado la penumbra de la madrugada, pero entre más de ocho mil personas, de 25 países alrededor del mundo, que se encontraban apostadas a lo largo y ancho del Gran Malecón, había una figura que se alcanzaba a distinguir por sobre las demás a pesar de que apenas se levantaba sobre el suelo porque le hacen falta sus dos piernas.
Esperando el orden de salida, sentado en el primer cajón de la línea de partida, se encontraba el policía bogotano Neider Israel Parra Contreras, quien hace un mes se graduó de psicólogo de la Universidad Minuto de Dios y hace seis años aprendió a montar la bicicleta sin piernas luego de un evento que le cambió la vida.
La bicicleta es lo que le ha permitido escapar de las ataduras físicas y mentales que lo intentan postrar en una silla de ruedas: “Adquirí mis capacidades hace unos casi seis años, tras un año en terapias, y encontré en el deporte del ciclismo la pasión, la libertad”.
Mientras desayunaba un café con un pan luciendo una camiseta autografiada por todos los capos de la carrera, atendió a EL HERALDO y accedió a contar el relato de su vida llena de luchas, sacrificios y reinvención.
“He tenido la oportunidad de correr en diferentes maratones, también en los diferentes fondos aquí en nuestro país. He estado en Estados Unidos, Alemania y este año iniciando en Canadá”, comentó de su experiencia.
Neider Israel es un héroe de la patria. Dio sus piernas en la labor de defender al país y luego de eso tuvo que transformarse, cambiar su vida. Hoy es un profesional que apoya a otros agentes que caen en situaciones similares.
“Hago parte de la Policía Nacional, perdí mis extremidades inferiores en un campo minado y, pues, hoy soy psicólogo y apoyo un área de mi institución. Primero que todo, es un camino que no es fácil, un camino que cuesta mucho porque hace falta concientizar de qué es una discapacidad; es una limitación, pero no es el fin del mundo. Entonces, a pesar de que es difícil, siempre hay una opción, una salida con Dios en el corazón y con nuestras familias siempre”, relató.
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Sin piernas, pero con corazón
El oficial Parra Contreras todavía tiene que hacer una pausa para tratar de tranquilizar su alma mientras, sentado en el Malecón, trae al presente los recuerdos de aquel día en Tumaco, Nariño, mientras realizaba las labores de reconocimiento con ‘Tamita’, la canina de la unidad que realizaba las labores de eliminación de cultivos ilícitos.
“Me encontraba en operaciones de erradicación de cultivos ilícitos, era el guía canino de mis compañeros y, pues bueno, afortunadamente, o desafortunadamente, se activó un campo minado y yo caí de primero: caímos 11 compañeros en total y dos de ellos murieron, uno era un civil y el otro agente de la Policía. Siempre, cada vez que me paro en algún evento, tengo la oportunidad de enviarles un saludo al cielo; lo hago y hoy es un día de esos”, expresó.
‘Tamita’ también quedó afectada de gravedad, pero Neider Israel, tan pronto recuperó la conciencia, no solo preguntó por ella, sino que la adoptó en su casa, para que lo acompañara en el proceso junto a sus padres Pablo y María Nancy y sus tres hermanas, Lisbeth Juliana, María Paula y Samara.
“Siempre se puede seguir adelante. Precisamente, la familia es ese apoyo para después que pasó el suceso; siempre han sido muy incondicionales. Tengo tres hermosas hermanas y a ‘Tamita’ la tengo en mi casa y han sido parte fundamental. Yo digo que si no tuviera esa red de apoyo tan fuerte, no estuviera hoy en día donde estoy”, enfatizó.
El ciclista diferente
La tarde del pasado sábado, mientras reclamaba el kit para competir, a los miembros de la organización les llamó la atención su condición y por eso lo llevaron a un cuarto donde estaba Rigoberto Urán y los invitados como Egan Bernal, Nairo Quintana y los italianos Vincenzo Nibali y Fabio Aru.
“Cuando Rigo me preguntó cómo hacía para correr, le dije que le tenía una queja sobre el kit: le hacen falta las medias. Él se echó a reír y me dijo que cómo se me ocurría pedirle las medias; Nibali me preguntó que cómo me había hecho esto. Luego de eso, todos me firmaron la camiseta que estoy usando para correr. Fue algo muy chévere”, recordó.
Su bicicleta, hecha para ser pedaleada con las manos, es mucho más aerodinámica: “Mi cicla, primero que todo, no la hacen en el país. Se la compré a una persona de la Embajada de Estados Unidos; tiene rueda de carbono y mi sillín es en fibra de carbono, con ruedas pequeñas para estar más pegado al piso, con cambios como los de una cicla convencional”.
El sol ya despuntó en el Gran Malecón y a los corredores les hacen el llamado a la línea de partida. Monta sobre su cicla y encabeza el pelotón. Sale como un bólido, desafiando la carretera e imponiendo sus ganas de vivir.
A la rueda del Caribe
Como no podía ser diferente, la personalidad cálida de los caribeños se tomó la competencia, desde la gran cantidad de público apoyando en la salida y la meta, hasta los personajes que se unieron a la fiesta deportiva.
Domingo López Correa, de Puerto Rico, Córdoba, viajó ocho horas en bus para venirse a disfrazar de guacamayo en la salida de los corredores: “Yo escuché que estaba esta carrera que es de talla mundial y quise venir a apoyar a los ciclistas”.
En esa misma línea el alcalde Alejandro Char señaló que “un río de emociones pintó de rosa a Barranquilla y al Atlántico en este carnaval del ciclismo. Nuestras calles vibraron con la energía y la pasión de miles de ciclistas que hoy pedalean con el alma. Campeones, Barranquilla siempre los recibirá con los brazos abiertos”.
Rigoberto Urán, dueño del evento, resaltó el valor de este tipo de espacios: “Estamos muy felices, muy contentos acá en Barranquilla, un evento muy bonito gracias a la ciudad, al departamento, a nuestros patrocinadores. Tenemos gente de 25 países del mundo, gente de toda Colombia y todos disfrutaron de lo que tiene Barranquilla”.
En tanto que el gobernador Eduardo Verano destacó el resultado del evento: “Se beneficiaron los sectores del transporte, restaurantes, hoteles, centros comerciales y destinos turísticos. Estamos preparados para seguir recibiendo a muchos más visitantes en este turismo deportivo que impulsa al Atlántico”. Precisó el mandatario, quien recordó que se intervinieron 90 kilómetros de vías utilizados en el recorrido y 1000 estudiantes salieron a saludar a los ciclistas con banderas que elaboraron en la semana previa.
A su turno, Egan Bernal, único colombiano en ganar el Tour de Francia, señaló que “esto para la gente es como el Tour de Francia. Pero sobre todo eso es que disfruten la carrera, fue un reto muy chévere. Hay gente acá que se preparó por muchos meses para esta carrera, así que seguramente eso es lo importante, disfrutarla y pasar la meta a salvo”.
Ese fue el recuerdo de un evento que perdurará en la memoria por muchos años, no solo por la calidad de sus participantes, sino por cómo estos sintieron el abrazo de una tierra tan cálida como el sol bajo el que pedalearon.
Atlántico conquistó el corazón de los capos del ciclismo mundial
Pocas veces se ha visto lo que se pudo palpar en el Malecón del Río la mañana del domingo 2 de noviembre, cuando más de ocho mil personas montadas en una bicicleta estaban congregados para darles la bienvenida a la tierra del Carnaval a algunos de los mejores ciclistas de la historia del continente y del mundo.
El italiano Vincenzo Nibali, uno de los siete ciclistas en la historia que han ganado Giro de Italia, Tour de Francia y Vuelta a España, quedó fascinado por el calor humano: “Un evento increíble lo que creó Rigoberto, un espectáculo, ambiente, la gente. Todo es perfecto. Colombia es una maravilla. Recuerdo bien cuando Egan ganó el Tour de Francia. La carrera es siempre la carrera, pero este es un día especial, un día con amigos para disfrutar”.
Finalmente, Nairo Quintana también quedó muy contento con la experiencia: Muy contento, muy feliz de que la gente pueda disfrutar de este tipo de eventos y que este tipo de eventos también sean promovidos para dejar una huella en la juventud del Atlántico”, explicó.


