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Barranquilla vuelve a vestirse de amarillo, azul y rojo. Este jueves, el estadio Metropolitano será testigo del partido de eliminatorias rumbo al Mundial 2026 entre Colombia y Bolivia, un encuentro que no solo pone a prueba a la Selección, sino que también confirma por qué esta ciudad es, sin discusión, la capital deportiva del país.

Pero no todo es fútbol. La ciudad entera se mueve al ritmo de esta fiesta: hoteles llenos, restaurantes repletos, taxis sin descanso y comercios abiertos hasta tarde. Según la Alcaldía y la Cámara de Comercio de Barranquilla, el partido dejará un impacto económico cercano a los 60.000 millones de pesos, con más de 29.000 visitantes gastando en promedio $1.540.000 cada uno. Todo esto se traduce en 28.300 empleos que se activan, desde meseros hasta guías turísticos, demostrando cómo la pasión por la Selección también alimenta a miles de familias.

El alcalde Alejandro Char Chaljub lo resume con orgullo:

“Un partido de la Selección Colombia representa una gran fiesta, un momento único para nosotros. Barranquilla tiene el orgullo de mostrarle al mundo por qué esta es su casa. Aquí la pasión se convierte en empleo, en oportunidades y en un gran movimiento económico que beneficia a miles de familias. Este jueves, Colombia tiene una nueva cita con la historia en el Metropolitano y Barranquilla está lista para responder como siempre lo ha hecho: a lo grande. Vamos a clasificar nuevamente a un Mundial de fútbol”.

El comercio y el turismo también celebran. Manuel Fernández Ariza, presidente de la Cámara de Comercio, destaca que:

“El 60% de los visitantes llega por primera vez a la ciudad y el 50% decide quedarse tras el partido, visitando lugares como el Gran Malecón, restaurantes y comercios locales. Además, 9 de cada 10 visitantes tienen una valoración buena o excelente de la ciudad, lo que confirma su potencial como destino”.

Y las cifras lo confirman: la ocupación hotelera está al 100%, los sitios turísticos viven días de fiesta, y durante la semana del partido ya han llegado más de 150.000 visitantes. La ciénaga de Mallorquín recibe hasta 2.000 personas al día los fines de semana, y Puerto Mocho, la playa urbana de Barranquilla, supera los 10.000 visitantes durante estas celebraciones futboleras.

Este jueves no será solo un partido. Será una nueva oportunidad para mostrarle al mundo que Barranquilla late con fuerza, que su gente sabe recibir y que, cuando juega la Selección, la ciudad entera se convierte en un estadio gigante. La Casa de la Selección está lista, y la fiesta apenas comienza.