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La pesadilla del 2010 aún está intacta en las mentes de las poblaciones ribereñas del Atlántico y es que cada día se acrecientan más los temores de una nueva inundación debido a altos niveles del río Magdalena y el canal del Dique, los cuales tienen en jaque las formas de subsistencia de esta zona del departamento.

Sí bien las administraciones departamental y municipales vienen haciendo gestiones para realizar labores de mitigación, los habitantes no tienen una solución inmediata ante las pérdidas a causa de esta situación.

En algunas de las viviendas más cercanas al canal se camina entre las aguas, debido a las filtraciones del Dique. Es una labor agotadora para las decenas de familias que a toda hora del día deben, con escoba en mano, tratar de sacar el agua que los viene afectando de forma recurrente.

Esta situación también ha derivado problemas de salud e infecciones por la humedad y la propagación de mosquitos que aumentan la probabilidad de contraer dengue. A esto se le suma, además, la pérdida de cultivos que por meses trabajaron los campesinos y que significaban el sustento de muchos hogares que viven de las cosechas.

El municipio más crítico es Santa Lucía debido a su cercanía con el Canal del Dique. Las aguas han aumentado hasta el punto de cubrir el colchacreto que se instaló a la orilla hace algunos años como medida de protección contra la erosión.

{"titulo":"Insisten en que se debe socializar más la APP del Canal del Dique","enlace":"https://www.elheraldo.co/atlantico-crea/reiteran-negativa-posible-adjudicacion-de-app-del-dique-925367"}

Ana Sarmiento, una habitante de esta zona sur del Atlántico, relató la difícil situación por la que está pasando junto a su esposo y el riesgo que ha representado para ambos vivir entre las aguas. Su pareja cayó en cama por una gripe y no tienen cómo conseguir sus alimentos.

Tiene 67 años y ya le tocó vivir una vez la furia del Dique, cuando perdió todo de un tajo. Ahora –cuando dice no querer recordar la tragedia de aquel 2010– pide acciones 'urgentes y de fondo' para preservar su vida y lo poco que tiene.

'Cada vez que el Dique está alto se inunda la casa. Por las noches se entra el agua y por las mañanas se va sacando', expresa con cara de resignación mientras barre el cuarto tratando de secar las zonas afectadas.

Precisa Sarmiento que ante la alerta no ha recibido visita alguna por parte de las autoridades del municipio, ni ha sido incluida en ninguno de los censos de las personas afectadas por la situación.

Otro de los casos que se registran es el de Karen Villa, de 40 años y quien vive con su esposo e hijos de 15 y 17 años. El agua le dañó varios de sus enseres y amenaza cada día con acabarlo todo.

'Se me ha dañado la vajilla, el closet, el multimueble, los zapatos de los niños y toda la ropa se ha ido pudriendo en el agua. Desde que uno se levanta pone los pies en el agua y hay que estarla sacando'.

Maritza Carrillo Jiménez, de 46 años y residente de Santa Lucía, manifiesta que teme por su vida ante los altos niveles del Dique. Cree que el dragado no es una acción suficiente y que poco ha servido para dar solución de fondo a las inundaciones.

'Estamos muy afectados, no se puede transitar por las calles porque están mojadas por cuenta de las inundaciones. El Dique nos tiene amenazados, en el 2010 salimos de Santa Lucía porque el municipio se inundó y tenemos miedo de que nos vuelva a suceder la misma historia', dice con cierta preocupación.

Agrega que 'la draga está arrojando los sedimentos al río y cuando llega nuevamente al Dique este está muy abonado (nuevamente sedimentado y el agua crecida)'.

En Campo de la Cruz

'Tenemos que andar como los sapos, brincando. Esta situación cada día se pone peor, cuando el Dique se desborda, nos llega el agua hasta acá y las personas pierden mucho: animales y cultivos', dice Emilio Páez, habitante del municipio.

El hombre, al igual que la comunidad del barrio El Diluvio, pide a la alcaldía municipal una limpieza de canales y relleno para evitar las filtraciones.

Cuenta que se han visto muy afectados y en riesgo permanente por la salida de reptiles y casos de dengue en la zona.

El corregimiento de Bohórquez es una de las zonas con mayor impacto por la arremetida del Dique. Varios cultivos quedaron bajo las aguas y perdidos.

Ante estas angustias, el alcalde de Campo de la Cruz, Richard Gómez, precisa que se están haciendo las gestiones para realizar las obras de mitigación que están a su alcance.

'Estamos con la CRA en aras de firmar un convenio para el mantenimiento de canales pluviales del casco urbano. Por la situación de Bohórquez ya se radicó ante la Unidad Nacional de Gestión del Riesgos para que puedan asignar recursos y poder ejecutar unas obras en la zona', señala.

Agrega también que ya se realizaron los censos de los campesinos que perdieron sus cosechas para poder conseguir ayudas. 'Desde el municipio garantizamos una vez bajen las aguas la entrega de semillas y agroquímicos para iniciar las cosechas'.

{"titulo":"Pescadores se suman al cuidado de compuertas de El Guájaro","enlace":"https://www.elheraldo.co/atlantico/cra-y-pescadores-adelantan-estrategias-para-el-cuidado-de-las-compuertas-del-guajaro"}

Avances en el dragado

Cormagdalena entregó, recientemente, un balance de los avances de las labores de dragado en el canal del Dique, a la altura de Santa Lucía. La entidad precisó que han sido removidos un total de 11 mil metros cúbicos de sedimentos.

Los trabajos los viene ejecutando la draga Mahury desde el fin de semana pasado y la meta para remoción son 20 mil metros cúbicos de sedimentos del canal.

Pedro Pablo Jurado, director de Cormagdalena, explicó que este material ha sido depositado en el río Magdalena, en cercanías a la estación San Pedrito.

'El comportamiento del río se evidencia con las medidas que se han presentado, los niveles siguen altos y nos preocupa la segunda temporada de lluvias. Por eso, el gran llamado es a revisar los planes de mitigación del riesgo, hacer una veeduría permanente en toda la extensión del Dique, su comportamiento y posibles filtraciones', dijo el directivo.