En un tiempo se creyó que las fantasías con muñecos inflables o de silicona eran cosas de hombres. Sin embargo, la empresa Sintetics ubicada en Los Ángeles, California, demostró que ese mercado no se restringe solo al público masculino y que también tiene espacio para las mujeres, quienes se dedican a escoger con cuidado cada detalle de sus juguetes hasta crear ‘al hombre perfecto’.
Gabriel es un muñeco hecho 100% de silicona con una apariencia muy realista, cuyo nombre hace un parangón al Arcángel Gabriel como ‘liberador del placer sexual de las mujeres’. La sexóloga inglesa Karley Sciortino, columnista sobre temas de sexualidad en Vogue y Vice, se encargó de documentar todo el proceso de creación del muñeco y ‘probarlo’ de primera mano, describiendo el órgano sexual de Gabriel como 'increíblemente realista' con una textura casi tan suave y real como la piel de una persona.
Su precio promedio asciende los 5.000 euros, casi 18 millones de pesos. El color de ojos, la piel, el cabello, la cantidad de vellos del cuerpo, contextura, el tamaño del miembro, entre otras características -e inclusive algunas excentricidades- son rasgos que las clientas eligen de acuerdo a sus preferencias.
Crece el mercado de estos juguetes sexuales en el mundo y, desde ya, son una ventana al futuro con la inteligencia artificial que implícitamente se suma al juego de la experimentación y desmitificación de la sexualidad.
Abyss Creations, Android Love Dolls, True Companion, y Sex Bot Company son algunas de las empresas de tecnología que fabrican robots sexuales.
Harmony es un prototipo de robot sexual con inteligencia artificial, desarrollada por la empresa de robótica Abyss Creations. A través de una aplicación puede programarse su personalidad: celosa, tranquila, dominante, sumisa, amorosa entre otras opciones. Harmony se mueve, responde preguntas, sonríe, parpadea, gime y dice ‘cosas sucias’. Cuesta alrededor de 15 mil dólares, más de 46 millones de pesos colombianos.