Mientras se acercaba a la orilla de una playa del Parque Nacional Tayrona, un grupo de turistas avistaron a ‘Kike’ este fin de semana.
Alertados por el ‘individuo’, los bañistas de la playa ‘La Piscina’ abandonaron el mar. Pero pronto se dejaron cautivar por este miembro 'de una especie de importancia ecológica y cultural para el país', de acuerdo con Nidia Farfán, bióloga de la Corporación Natural SIG, en Santa Marta.
‘Kike’, como fue bautizado por trabajadores y turistas de ese parque, es un caimán aguja, perteneciente a la familia crocodylidae.
El crocodylus acutus, su nombre científico, también es denominado cocodrilo americano (en la Florida y Centroamérica), Tumbes (en Perú), caimán de la costa (en Venezuela) o sencillamente cocodrilo o lagarto.
Dependiendo de la zona en el país, también se le conoce como caimán del Magdalena, caimán porro o ‘caretabla’, dice Farfán. Agrega que la comunidad indígena wayuu de la Guajira lo llama Kayuüshi.
La reciente aparición del cocodrilo en el parque natural 'es un indicador del buen estado de conservación que tiene la reserva natural', dijo John Restrepo, jefe del Parque Tayrona.
Este parque hace parte del área de distribución natural de esta especie. Los avistamientos en los últimos años están relacionados con la recuperación de la población de cocodrilos, 'la cual se redujo drásticamente en el país debido a la cacería para la venta de la piel', dice Farfán.
Ubicación
El caimán aguja se encuentran en América, se distribuye desde el sur de la Florida hasta el Caribe venezolano, y desde Sinaloa (México) hasta el norte de Perú, a través de 18 países.
En Colombia se encuentra en la Costa Caribe y en la Pacífica.
Individuos, principalmente adultos, han sido vistos, a partir de 2006, 'son migrantes que se desplazan en el mar, los cuales se establecieron en el parque al encontrar comida y refugio en las medreviejas o lagunas costeras, anidando en sectores como Cañaveral', cuenta la bióloga.
Según Restrepo, en la actualidad existe un aproximado de entre 8 y 10 caimanes en el parque (con base en datos de avistamientos). 'Muchas de las playas en las que sabemos que existe presencia de caimanes están deshabilitadas para los bañistas', asegura.
Peligro de extinción
El biólogo Jorge Moreno Bernal explica que el caimán aguja fue muy perseguido por su piel en el siglo XX.
'La calidad de su piel es superior a la de la babilla (caiman crocodilus), por lo que era preferido por los comerciantes de pieles'.
Algunas de las poblaciones de esta especie fueron cazadas hasta la extinción completa. En Colombia, 'una de las más saludables se encuentra en la Región Caribe', afirma Moreno.
El estado poblacional de la familia de este cocodrilo es crítico, según la resolución 192 de 2014 del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, 'que establece el listado de especies silvestres amenazadas (...)'.
'Dentro de las principales amenazas que enfrenta, se encuentra la pérdida del hábitat; al ser desplazado por las actividades humanas y la cacería, al considerarlo peligroso', afirma Farfán.
Moreno manifiesta que el ser humano, por ejemplo, 'deseca ciénagas y destruye los lugares que ellos usan para anidar' —un problema también para las tortugas charapa del Magdalena (podocnemis lewyana), que están en riesgo de desaparecer en el país—.
Especies de cocodrilos
Moreno informa que aparte de las dos especies de crocodylus (acutus e intermedius), en Colombia viven cuatro especies de caimanes: la babilla (caimán crocodilus) que es la especie mas abundante, el caimán enano o ‘baba perro’ (paleosuchus palpebrosus), el caimán de frente lisa (paleosuchus trigonatus) y el caimán negro del Amazonas (melanosuchus niger).
'Colombia es uno de los países con mas especies de cocodrilos vivientes', concluye.
Farfán aclara que los cocodrilos son animales peligrosos 'si son atacados, se invade su territorio, se manipulan sus crías o sus huevos y si se intenta capturarlos o manipularlos'.
Otro caso
En 2010, relata el biólogo de la Corporación Autónoma Regional del Atlántico (CRA) Joe García, dos caimanes escaparon de un zoocriadero en Magangué, por las inundaciones. Uno apareció en Puerto Colombia y otro en Galerazamba. 'Los parentales (reproductores) entraron por Bocas de Ceniza y fueron identificados por los microchips que llevaban', comenta.