A Dani Martín no lo deslumbran la fama, ni las giras, ni llegar a reconquistar de inmediato al público latinoamericano luego de darse a conocer con el grupo El Canto del Loco. De eso hace ya ocho años, cuando luego de más de una década siendo profeta en su tierra España, dio el salto con su banda a este continente.
Fue con Ya nada volverá a ser como antes, una balada pop cuyo video protagonizaba el famoso futbolista el Niño Torres, que su rostro llegó a estas latitudes, cuando conoció el reconocimiento internacional.
Pero Dani no cerró los ojos ante esa realidad. No se nubló con lo que podía seguir consiguiendo al lado del grupo, y prefirió hacerse a un lado apostándole a una propuesta 'sincera'.
Desde hace cuatro años hace música en solitario y acaba de lanzar el segundo álbum desde entonces. Por primera vez realiza promoción en Latinoamérica, y es una aventura que le emociona por las grandes diferencias que halla entre países como Colombia y la Madre Patria. 'El contraste de cómo me va en España a llegar aquí, donde soy un desconocido, para mí es precioso'.
Esa circunstancia de asumir el reto de dejar de ser un incógnito a demostrar por qué en su país le llaman el Robbie Williams español lo ubica en el lado humano en el que le gusta estar. 'Somos muy pequeñitos y me gusta sentirme así'.
Lo que pretende es que las canciones sean embajadoras de su mensaje. 'No me gusta el foco fuera del escenario'. Las luces son sobre la tarima, y los flashes luego del concierto y de la gira más bien los evita.
'Los agradecimientos los recibo con timidez'. Es cierto, y hasta podría pasar por grosero, pero su filosofía de la música se impone. 'Soy serio', explica al fotografiarlo, pues es difícil sacarle una sonrisa. También es agradecido, aunque se autoimponga mantener los elogios al margen.
'Me parece maravilloso empezar de cero'. Así gana momentos que oxigenan su carrera, que lo dejan con más ganas de transmitir su música, la que compactó en un estudio de grabación en Los Ángeles y que recopila en un álbum que lleva su nombre.
Cero es el primer sencillo, y le viene perfecto a la situación que vive. Le sigue Emocional, con un beat rockero y sentimental; y Caramelo recuerda a los mejores años del rock latino, el boom argentino, y por supuesto, de la bohemia española. De hecho, tiene un tema grabado con Joaquín Sabina.
Sus composiciones y sonidos ya le han asegurado una gira para el 2014 que llegará a México, Venezuela, Argentina, Puerto Rico, entre otros. En Colombia, aunque ya está sonando en las emisoras de las principales ciudades, no tiene aún fecha programada, pero asegura que se sentiría honrado. Sin embargo, la prisa no lo alcanza. 'Cuando tenga que ser, será. No tengo ganas de que el éxito llegue ya'.
Él prefiere esperarlo sentado con una guitarra, haciendo música. Como lo dice su canción: 'algún día llegará el momento en que querrán escucharnos y entendernos, y mirar más para acá'.





















