Hacia las 3:00 p.m. todo estaba listo para que Barranquilla le abriera las puertas al Festival Timeless, que en su sexta edición escogió como epicentro al Gran Malecón para vibrar con una mezcla de rock, electrónica y pop.
Mientras los fanáticos de estos géneros se congregaban, ansiosos por vivir una experiencia musical única bajo el inclemente sol de la ciudad, el escenario se alzaba majestuoso frente al Río Magdalena.
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Con esta arteria fluvial como cómplice, las notas iniciales de la guitarra sonaron dando inicio a un concierto que prometía llenar la tarde con la enérgica vitalidad del rock.
Los encargados de inaugurar el show fueron el grupo barranquillero Antropófagos, quienes sedujeron al público con canciones como: En los ojos del águila, gravini, Black sabat, sarcófago.
Uno de sus integrantes, Flavio Escorcia, diálogo con EL HERALDO sobre la importancia del desarrollo de este tipo de eventos en la ciudad y la filosofía que incorpora su banda, la cual fue creada hace 7 meses.
'Fue increíble estar en el escenario. El concepto de la banda viene del manifiesto de literatura de vanguardia, manifiesto de Oswald Andrade, que se llama Manifiesto Antropófago, que trata como de no mantenerse en sumisión con la cultura europea y reivindicar lo indígena, lo nuestro'.
Trastocando, otra agrupación barranquillera seguiría poniendo a latir corazones a ritmo de la batería. Desde los primeros acordes, la banda provocó una oleada de energía que reflejaba la pasión y fuerza característica del género.
Conformada desde 2017, su baterista, Raúl Quiroz, expresó cuál es su objetivo principal al momento de subir a la tarima.
'Nosotros queremos brindar una experiencia a todas las personas que puedan disfrutar de la música, alterar todos los sentidos en nuestra premisa para que las personas no solo auditivamente sino visualmente también lo puedan disfrutar'.
La vestimenta, la estética y el estilo de vida asociados al rock también influyen en los sentimientos de pertenencia.
Los fanáticos pueden sentirse identificados con la rebeldía de los artistas y adoptar la estética del género como una forma de expresión personal. Así lo hace Mileidys Vergara, quien desde hace 5 años, dice llevar esta música en la sangre.
'Amo vestirme así todo el tiempo con mis chaquetas negras, botas y no me avergüenza. Empecé escuchando a Soda Estéreo y por supuesto Aterciopelados, es inexplicable lo que genera el rock'.
El plan del sábado
La jornada avanzaba y las emociones fluían libremente. Algunos asistentes cerraban los ojos y se dejaban llevar por la música, mientras que otros saltaban y coreaban cada letra con fervor.
Allí, entró en acción la también banda barranquillera The Satanic Majesties Request.
'Incorporamos el blues con Rock and Roll. Agradecemos el gran recibimiento de las personas. Tienen que seguir haciendo este tipo de festivales para los amantes de la música alternativa, lo necesitábamos', dijo Camilo Palomino, el vocalista de la banda.
El sol comenzaba a despedirse y un aura mágica se creababa alrededor del evento. Conforme el atardecer se apoderaba del cielo, los focos en el escenario cobraron vida, iluminando la figura de la banda principal que en esa oportunidad era Doris Vespa.
No importa quiénes sean, de dónde vengan o cómo luzcan, en ese momento, son simplemente parte de una comunidad unida por la música y así lo reflejaron los asistentes, quienes se transportaron a un viaje de emociones sin final.
'Aquí somos como una tribu. Cuando vi el anuncio del festival no dudé en adquirir la entrada porque en Barranquilla estamos en mora de estos eventos y más si se hacen a orillas del río', manifestó Eder López.
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