Emprender un camino hacia un mundo que prometía felicidad, libertad y plenitud fue una firme decisión que Digna Pombo, de Santo Tomás, y Crystian Mendoza, de Palmar de Varela, ejecutaron desde que comenzaron a soñar en grande como lo hacen quienes cultivan el verdadero éxito en sus vidas.
Sacrificio y perseverancia son dos palabras que resumen el proceso de esta pareja con ambición de progreso. Sin embargo, es importante contar los detalles de esta historia que inspira y que refleja la importancia de crear nuestras propias oportunidades donde aparentemente no las hay.
Distintas fueron las circunstancias que llevaron a Digna y Crystian a probarse a sí mismos de que son capaces de crear grandes ideas, donde la moda, la autenticidad y la humanización han sido las protagonistas durante los años que lleva su marca de ropa.
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Desde sus inicios contaron con el apoyo de sus familiares, amigos y clientas fieles con las que lograron conectar en cada etapa y evolución de su emprendimiento, porque lo más importante para ellos es humanizar no solo BLSD by: Digna Pombo, sino su vida misma con las de quienes los rodean.
174 mil pesos cambiaron todo
Al límite de sentirse agotada siendo una chica que vivía en “el pulmón verde del Atlántico”, le tocaba desplazarse hasta Barranquilla para trabajar en una empresa donde se ganaba un sueldo que la limitaba a progresar y tener una mejor calidad de vida.
La mayor parte de sus ingresos se gastaban en transportes, y pasar poco tiempo de calidad con sus seres queridos era frustrante para ella. Así que un día, Digna le propone a Crystian darle vida a su emprendimiento.
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“Antes de iniciar con la moda, nosotros emprendimos con otras cosas, una de esas fue vender postres. Yo trabajaba en una empresa al igual que Digna, pero sentíamos que todas sus habilidades de mercadeo no estaban siendo valoradas como debía ser, es en ese momento cuando toma la decisión de renunciar y emprender. Ella me había comentado que tenía una marca de ropa, pero en aquel entonces por su inexperiencia al ser muy joven no le fue tan bien”, contó Crystian.
Al tener en común la moda, ambos se ponen de acuerdo para estrenar nuevas ideas que darían fruto con los únicos 174 mil pesos que tenían en sus bolsillos.
“Con esa cantidad de plata que me sobró de un sueldo, compramos 6 pares de zapatos y eso lo manejábamos solo por encargo. Le dábamos comodidad a nuestros clientes en las formas de pago, para que lo hicieran por cuotas. Hacíamos empaques creativos de papel precisamente para que las personas conectaran con nosotros”.

Del calzado a la ropa
Se dieron cuenta de que ofrecer un solo producto no los llevaría a lograr la capitalización que querían, porque su idea era tener una base. Luego conocen a un proveedor de camisetas estampadas y todo empieza a despegar.
“Esta persona nos vendía las camisetas a un precio y nosotros la vendíamos a otro, lo que nos ganábamos era 10 mil pesos por cada una. Esto fue una bendición porque pasamos de vender entre 5 a 10 camisetas a vender 50 a la semana”.
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Pero cuando todo parecía marchar bien, Crystian recibe una llamada de su proveedor que lo dejaría pensando qué hacer para solucionar el problema.
“El señor me dijo que se iba para Panamá y que ya no quería seguir con el negocio. Entonces me propuso venderme las máquinas en dos millones de pesos, yo no tenía esa cantidad, pero él me dio facilidad de pago y la verdad no lo pensé mucho, enseguida le dije que sí”, expresó Mendoza.
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Buscar videos en Youtube fue la alternativa por la que optó Crystian para aprender a usar las máquinas de estampado, hasta que logró conseguir hacerla bien. Fue un año en el que las camisetas estampadas fueron la sensación en el municipio, pues la pareja logró abrir una tienda.

La pandemia no fue tan mala
Lágrimas de frustración corrían por el rostro de Digna cuando después de un año de éxito, les tocó cerrar aquel lugar donde habían empezado a construir un sueño que ya comenzaba a materializarse. Pero lo que no sabían, era que llegaría más trabajo para ellos en aquel entonces.
“Todas las personas pensaban en comprar alimentos y nosotros nos preguntábamos: ¿quién va a comprar ropa?. Cuando bajamos esas esteras yo decía que se me había acabado un sueño, pero somos dos personas inquietas y a los días de estar encerrados, replantemos la situación para sacar nuestro proyecto adelante en un tiempo tan difícil como lo fue la pandemia”, dijo Digna.
¿Cuáles son las cosas positivas de estar en pandemia?, se preguntó la pareja; entonces, llegaron a la conclusión de que todas las personas tenían los celulares en las manos todo el tiempo. Pagar publicidad en Instagram elevó sus seguidores, logrando llegar a 10 mil en poco tiempo.
“Crystian me dice: amor, vamos a vender al por mayor. Muchas personas se están quedando sin trabajo y esta es una opción para tener ingresos. Y la verdad yo me oponía rotundamente, porque yo quería que nuestras camisas solo pudiéramos venderlas nosotros, pero él pensaba en números y yo con sentimiento. Por eso queremos inspirar a las personas con nuestra historia y lo bonito es que es a través de lo que nos gusta que es la moda”.
Finalmente, lograron llegar a un acuerdo y desde que comenzaron a vender al por mayor, no hubo descanso alguno. Las horas de trabajo se extendían hasta la madrugada y cuando el comercio volvió a normalizarse, reabren la tienda física, pero esta vez para vender más que camisetas.
“Nuestras madres fueron un gran apoyo. Mi suegra, por ejemplo, nos prestó su casa y mi mamá era quien cortaba las telas al inicio; nos hablaron de una señora que por la pandemia estaba en su casa sin hacer nada y ella fue quien nos cosió los primeros vestidos, aún sigue con nosotros”, afirmó Pombo.
Trabajaron desde aquel momento con tanto esfuerzo y dedicación, que el día que abrieron nuevamente lograron vender todos los vestidos. No fue un trabajo fácil, teniendo en cuenta que en el municipio es más difícil conseguir mano de obra y materiales, pero aún así lograron cambiar sus vidas y la de quienes trabajan día a día con ellos.

Un inspirador testimonio
Su hermana Diana Pombo, al contar el significado que tenía para ella haber trabajado desde el inicio con Digna, fue invadida por un sentimiento de orgullo y agradecimiento. Entre lágrimas expresó:
“Inicié con Digna obligada, la verdad no quería. Era una pelea constante conmigo, pero hoy le agradezco por ser tan intensa, no sé qué sería de mi vida si ella no me hubiese hecho parte del proyecto”.
Ahora la exitosa pareja al finalizar el mes abrirá una tienda física en el centro comercial Country Plaza de Barranquilla.





















