Nadie lo imaginaba. Nadie pensó que aquella niña barranquillera, que corría descalza por las calles persiguiendo melodías y anhelos, llegaría a pisar los escenarios donde nacen las leyendas. Han pasado 30 años desde que Shakira lanzó el álbum Pies Descalzos y con él, emprendió un vuelo que abriría para siempre las puertas de la música latina al mundo.
Corría 1995 y Shakira se encontraba en una encrucijada. Había dado ya dos pasos en falso con Magia (1991) y Peligro (1992), discos que no lograron sacarla del anonimato pese a contener las primeras letras que había escrito desde su niñez.
Tras un silencio prudente, llegó el momento decisivo. Aquel sería el último intento antes de abandonar la música. Sin embargo, el destino le puso en el camino al productor bogotano Luis Fernando Ochoa. De esa alianza surgió ¿Dónde estás, corazón?, un tema fresco, ligero y pegajoso que, contra todo pronóstico, se convirtió en la llave que abrió la puerta de par en par a una nueva etapa.
Con Pies Descalzos, Shakira trazó un mapa distinto para el pop colombiano. Estoy aquí fue el punto de lanza que se expandió por todo el continente. Nadie en el país había apostado por una propuesta tan auténtica, con un sello tan propio, y eso fue precisamente lo que conquistó.
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La voz de aquella barranquillera, llena de ternura y poderosa a la vez, se instaló en las emisoras y terminó habitando en los corazones de toda una generación de adolescentes. En sus canciones se dibujaban amores que herían y ausencias que quemaban, relatados con la frescura de una joven que apenas empezaba a descubrir la vida, pero también con la certeza de una artista consciente de que estaba destinada a brillar.

Se venía algo grande
En ese camino cuando Shakira todavía buscaba un lugar en la industria, se cruzó con Iván Sotomayor, músico profesional que había recorrido escenarios con agrupaciones como Alerta Roja, Hangar 27 y X3.

“En 1993 el manager Kenneth Sifkin empezó a buscar músicos para armar la primera banda de Shakira. Alguien le dio mi número, nos reunimos y terminé siendo el encargado de la agrupación. Ella llegaba poco a los ensayos porque estaba grabando la novela El Oasis, y cuando no podía asistir la cubría Mónica Ariza, su amiga de toda la vida”, dijo a EL HERALDO.
Por entonces Shakira no era aún la artista global. La relación con su disquera estaba fracturada y Sony Music consideraba liberarla del contrato. Pero la insistencia en una canción llamada Dónde estás, corazón cambió el rumbo. Incluida en un compilado de artistas colombianos, fue el único tema que logró destacarse y, casi sin proponérselo, salvó la carrera de la barranquillera. “Esa canción fue la que le abrió otra oportunidad. De no ser por ella, quizás la historia sería distinta”, afirmó el músico.
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No se equivocó. El público abrazó aquellas letras sinceras y melodías frescas. En 1997, el disco recibió los Premios Billboard a Mejor Álbum Pop Femenino y Mejor Álbum Pop de un Nuevo Artista. Además, convirtió a una joven de 18 años en la voz que sonaba de manera incesante en las radios de Colombia, Perú, Argentina, Ecuador y Brasil.
El grito de Shakira al mundo
Para la locutora Joyce Lozano, testigo de aquel momento, el disco no solo se trató de un debut con éxito: “Fue como un grito de Shakira diciéndole al mundo: yo me llamo Shakira, aquí estoy, este es mi talento, esta es mi música, este es mi sonido”.
El álbum también se convirtió en un refugio emocional que, según la locutora Joyce Lozano, nunca perderá vigencia.

“Fue un disco concebido orgánicamente, con letras honestas, donde Shakira nos mostraba sus ganas de comerse el mundo y de entregarnos sus experiencias. Canciones como Antología, Estoy aquí o Pies descalzos reflejan la sensibilidad y la autenticidad de una gran compositora. Por eso este álbum sigue siendo una reliquia para muchos”.
Inspiración que no pierde vigencia
Para Joyce Lozano, quien entonces trabajaba en Radioacktiva, bastó escuchar el disco para entender que se trataba de algo distinto. “No fueron una ni dos canciones, casi todo el álbum nos pareció brillante. Rompía esquemas y revelaba a la gran estrella que hoy es Shakira”, recuerda.
Lo mismo siente Rosina Martínez, integrante del Club de Fans Shakira Barranquilla, quien a sus 43 años evoca con nostalgia temas como ‘Se quiere, se mata’. “Yo estaba en plena adolescencia; varias amigas vivieron lo que narra esa canción sobre el aborto. Me marcó mucho, porque Shakira se atrevió a tocar un tema del que nadie hablaba”.