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De la celebridad Maritza Rodríguez sabemos que era una actriz versátil y villana en diferentes producciones de televisión. Y, si bien aún “sobrevive” en el día a día de Sarah Mintz, ella se mostró, en entrevista exclusiva con EL HERALDO, como nunca antes.

Recordó su infancia en el barrio San José de Barranquilla, los días de picó, la aventura de bañarse en las calles bajo la lluvia y las ‘batallas’ del moja-moja, el Día del Agua en cada mes de enero, con amigos y vecinos, y hasta las veces que fue ‘Chica Miércoles’ para el lente de esta Casa Editorial.

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Sentada en una mecedora negra, ubicada en uno de los salones de su escuela de actuación ‘En Escena’, del sector de El Prado, se confesó. Siente que ahora vive una “vida con propósito”, en un año con cifras redondas: acaba de cumplir 50 años de edad, llegó a 30 años de vida artística y 10 años desde que trasladó esta academia desde Bogotá hasta la ‘Arenosa’.

La barranquillera ha sido modelo, presentadora, actriz y empresaria, con una decena de galardones, la mayoría provenientes de su carrera actoral, que culminó en 2017, cuando grabó la última telenovela, justo al terminar su contrato de exclusividad con Telemundo.

“Ahora sí, llevo una vida donde la ficción no hace parte de la manera que lo era antes, pero sí una vida consciente, donde realmente le tengo un propósito distinto a mi vida. Yo creo que uno no puede quedarse solamente con una sola cosa. Considero que cada ser humano tiene muchas cosas que explorar y uno a veces se limita con lo que aparentemente en la juventud tomó un inicio y ahí se puede quedar”, asegura Mintz, quien se desempeña como coach de vida espiritual.

‘Ya no corro tanto’

Sarah Mintz y sus hermanos dirigen la academia.

Si hay algo que destaca de su actualidad es que ya no anda de prisa: “ya no corro tanto”. Es maestra en charlas motivadoras en midrashá de Torá (centro de estudios para mujeres), que hace parte de su religión judía. Además, en Israel, donde reside con su pareja y sus dos hijos mellizos, la reconocen como ‘influencer’.

“Estoy muy contenta, porque descubrí en un momento de mi vida que quería otros aspectos con mi tema de mi vida, del alma; siempre tuve mucha inquietud de cómo funciona el alma en este mundo, entonces me perseguí sin darme cuenta, me fui persiguiendo. Creo que, lejos de imaginarme que podía existir una Sara Mintz en mi vida, creo que Maritza siempre soñó tener un hogar, una casa, una estabilidad y todo eso también necesita inversión. Llegué a puntos a lo mejor inimaginables dentro de mi carrera, llegué a ser esa celebridad internacional, que requiere perseverancia, constancia, no quitar el dedo del renglón, reinventarse, trabajar al 100 para eso”, dice Mintz.

Por ello, agrega: “No quiero decir que Maritza ha cambiado de religión. No se trata de eso, porque es como, a través de la historia, los judíos han atravesado mucho. Y hoy hay muchas historias. Yo he encontrado mucha gente, mi abuelo era judío, tengo descendencia judía, pero no siguen. Esto va más allá de una religión, es como ese despertar del alma. Y para mí llegó el momento indicado”.

Sarah, que traduce ‘Princesa de Dios’, señala que esto le ha permitido vivir en armonía. Y que, incluso, ya esa Sarah vivía dentro de la vida de Maritza, haciendo referencia a la visión, firmeza y claridad de “caminar sin miedo”.

Su infancia en Barranquilla

En ese sentido, cuando llega a Barranquilla, le es inevitable recordar su infancia, rodeada del calor de la familia, de la cotidianidad y el desparpajo Caribe, de una niñez inocente que jugaba en la calle sin temores.

“Obviamente, esta no es la Barranquilla de antes, pero la de ahora está muy chévere. La mía era esa Barranquilla, donde uno podía salir a meterse a los chorros cuando llovía, que uno se alegraba cuando llovía, las tardes en la mecedora en la terraza, cuando de repente pasaba el que vendía el mango, pasaba el que vendía las alegrías, de poder jugar fútbol o timbol en la mitad de la calle”, manifiesta, mientras mira hacia el techo del salón.

Cuando Sarah habla de “la calle”, se refiere a las vías del barrio San José, donde pasó gran parte de su infancia, llena de espontaneidad y cubierta por lo popular, de acuerdo con sus palabras, las mismas que acompaña con una que otra carcajada al hacer memoria.

“Coger los buses, perdernos en el bus, quedarnos dormidos en el bus, no sé… Que la vecina ponga el picó (risas), saca el bafle, no pide permiso, ni pide perdón, y uno barrer y trapear escuchando la música del vecino, esas idas al colegio, que cuando estaba mojada la camiseta la poníamos detrás de la nevera, esas cosas que son de aquí”, frena para recordar el ‘almuerzo de tienda’.

“¿Qué era lo que uno comía? ¡Salchichón con un pan y gaseosa! No, era como, no sé, como esas cositas típicas. Nunca iba al carnaval, mi mamá no nos dejaba, pero nos gustaba cuando era el día del agua. La tiradera de agua, y que le echaban el agua y la cosa, y la música. O sea, fue bonita, llena de música, llena de compartir con los vecinos; uno sabía quiénes eran los vecinos de la cuadra, todos los pelados de la cuadra con los que uno jugaba, en el colegio”, expresa.

Premios de Maritza

Mintz logró éxitos en su carrera. Resultó ganadora del Modelo Look Atlántico 1992. Además de múltiples nominaciones, ganó en una ocasión en los Premios India Catalina (2002), en la categoría Mejor Actriz Protagonista, por la novela Amantes del Desierto.

Asimismo, obtuvo dos Premios Tv y Novelas en la categoría Mejor Actriz Internacional, en las ediciones 2002 y 2003, por las novelas La Revancha y Milagros de Amor, respectivamente. De igual manera, un Premios Tu Mundo (2012), un Premios People en Español (2013), dos títulos en Miami Life Awards (2011 y 2014).

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También menciones y reconocimientos en Los más bellos Tv y Novelas (2002, 2003, 2007, 2013) y Los 50 Más Bellos Revista People (2001, 2013). Sin embargo, no olvida la anécdota del día que se ganó la corona en el colegio.

“Cuando estaba en 4° de primaria, a mí me escogen para ser la reina del colegio y mi mamá me hizo un vestido; era un vestido azul con pepitas blancas. Y me acuerdo que cuando gané, salí corriendo a decirle a mi mamá que me gané la corona; uno ahí qué se va a imaginar que uno podía estar construyendo algo”, destaca.

Tras 30 años de carrera artística y, en medio de una actualidad llena de reflexiones, no se ha desvinculado del todo de la industria. Por el contrario, sigue apoyando el talento colombiano y, especialmente, el de su ciudad natal, Barranquilla.

Apoya el talento local

Con este propósito, hace tres décadas fundó, junto con sus hermanos, Casting Models y la escuela de actuación ‘En Escena’, proyectos que continúa respaldando.

A través de la academia de actuación, ofrece un proceso formativo de tres años en el que, aproximadamente, 100 estudiantes, desde los 7 hasta los 25 años, no solo reciben técnica, sino que también llevan a escena lo aprendido.

“La formación es importante; lo que uno recibe en clase es una pequeña muestra de lo que podría ser el mundo y uno tiene que estar preparado hoy día. Por ejemplo, aunque se mueva mucho el tema del influencer, el influencer actúa, canta, baila, tiene que saber presentarse, tiene que saber expresarse y yo creo que en el fondo, ¿sabes qué trabaja mucho uno? El carácter, la personalidad, uno va teniendo estructura mental, uno va formándose”, dice Sarah.

Durante el proceso, deben hacer 16 montajes teatrales que han sido plataformas de crecimiento para numerosos jóvenes artistas.

“La gente cree que viene a actuar o la gente cree que viene a irse al mundo del modelaje. Pero muchos salen con estructura, personalidad, carácter. Empiezan a ser más disciplinados, empiezan a dejar vicios. Empiezan a tener estructura y a edificar. Algunos empiezan a dejar la timidez, a tener amor propio. Entonces aquí hay un desarrollo, no solamente como artistas, sino como dentro del desarrollo humano”, resalta.

En el ámbito de la moda, mantiene vivo su compromiso con Barranquilla Fashion Week, evento que lleva más de 12 años aportando a la ciudad y que este 2025 se celebrará del 19 al 22 de noviembre.

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“Nosotros le hemos apostado mucho a Barranquilla, primero porque uno es de aquí, y uno le tiene un amor a Barranquilla, y Barranquilla se merece que se vea también ese nivel de modelos y de moda, como lo podemos ver fuera, que Medellín se la lleva toda, Bogotá… Y Barranquilla, siendo una de las ciudades principales del país. Gracias a Dios, ya tenemos eventos que dan la cara, que se acabe ese estigma de que aquí no hay eventos de moda. Eso se tiene que terminar, porque hay mucho talento en Atlántico y Barranquilla”, comenta Sarah.

Pero no deja de recordar vivencias: “Desde la primera vez que aparecí en Chica Miércoles fue un éxito (risas). Eso fue un caché. Las publicidades que uno hacía salían en EL HERALDO y luego fue por Chica Miércoles. Fueron cinco veces, me acuerdo de una en el Parque Muvdi, me hicieron una portada… Que cuando me vi, dije: ‘¡Esa soy yo!’. Esa portada fue una emoción, wow, un orgullo”.

Gracias a este semillero de modelos, siguen impulsando y destacando el talento costeño, donde se han visto múltiples casos de éxito, como el de Maritza Rodríguez, hoy conocida como Sarah Mintz.