Quienes visitan Barranquilla no se resisten a sus encantos. Los integrantes de Morat, una de las bandas de pop más populares del país, vivieron en carne propia la magia cultural de la ciudad. En la antesala de su concierto este sábado en el estadio Romelio Martínez, dos de sus músicos, Simón Vargas y Juan Pablo Villamil, hicieron una parada inesperada en La Troja, el tradicional estadero que vibra al ritmo de la salsa.
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Allí, rodeados de melómanos, coleccionistas y habituales bailarines de este icónico rincón musical del Caribe, los artistas se dejaron llevar por los sonidos clásicos que emanan de los parlantes del lugar. Mientras sonaba de fondo el tema Rico chanchón de la Orquesta Broadway, Simón y Juan Pablo compartieron con los asistentes, demostrando que, aunque su esencia es pop, también tienen corazón salsero.
Un encuentro inesperado
La escena fue tan espontánea como sorprendente. Algunos de sus seguidores, que también se encontraban disfrutando la noche del viernes en La Troja, apenas podían creer lo que veían: sus ídolos del pop nacional en medio de un ambiente tradicional, sin poses, sin protocolos, simplemente gozando la música.
El video del momento ha sido compartido por la cuenta oficial del estadero en sus redes sociales acompañado del siguiente mensaje:
“Ni Morat se resistió a la sabrosura de La Troja”.
Las imágenes muestran a los artistas disfrutando del ambiente rumbero que caracteriza a este lugar, declarado Patrimonio Cultural y Musical de la ciudad. El gesto fue recibido con entusiasmo tanto por sus fans como por los trojeros de corazón, quienes celebraron que una banda de la talla de Morat reconociera el valor cultural de este templo salsero.
Barranquilla, punto de partida
La visita a La Troja marca el inicio de una jornada especial para Morat. La agrupación eligió a Barranquilla como la ciudad para abrir su gira nacional “Asuntos pendientes”, un recorrido con el que recorrerán distintos puntos del país compartiendo su más reciente trabajo discográfico.
El concierto de este sábado en el Romelio Martínez promete ser una noche inolvidable y, sin duda, el paso previo por La Troja le imprimió un sello muy caribeño a esta primera parada.
Aunque Morat ha conquistado escenarios internacionales con su característico estilo pop-folk, su paso por Barranquilla les permitió conectar con una de las tradiciones más arraigadas de la región: la salsa. Y no como turistas de paso, sino como músicos abiertos a las influencias.
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Simón Vargas y Juan Pablo Villamil mostraron que, más allá de los géneros, lo que mueve a los artistas es la pasión por la música. Y en ese terreno, La Troja sigue siendo el escenario perfecto para el encuentro de culturas.
