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La gastronomía a veces puede parecer compleja. Sin embargo, entre tantos ingredientes exóticos y técnicas sofisticadas, hay clásicos que destacan precisamente por su sencillez.

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Uno de ellos es la ensalada César, que este año celebra su centenario. Una receta que, a pesar de su simplicidad, ha conquistado paladares en el mundo y se ha convertido en un emblema de la cocina.

Su historia empieza en 1924 en Tijuana, México. César Cardini, un chef italoamericano, enfrentaba una noche agitada en su restaurante. Con las provisiones al mínimo, tuvo que improvisar. Así, de la necesidad, nació la famosa ensalada.

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La receta original incluía hojas de lechuga romana, aceite de oliva, ajo, jugo de limón, huevo, salsa Worcestershire, anchoas, mostaza Dijon, queso parmesano y crutones. El resultado fue un plato que deslumbró a sus comensales por su frescura y sabor.

Para el chef barranquillero, Miguel Marenco, hablar de esta ensalada es remitirse a una receta clásica de la cocina mundial, por lo que resalta las modificaciones que ha tenido en la ciudad.

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“En la actualidad, es común encontrar la ensalada César en muchos restaurantes de Barranquilla y del mundo, presentada con ingredientes adicionales como pollo rostizado, anillos de calamar o camarones”.

Además, manifiesta que es un acompañamiento ideal para platos fuertes como pescado al horno, pollo asado o un buen corte de carne. Su capacidad de complementarse con otros alimentos la hace imprescindible en cualquier menú.

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La belleza de lo simple

Desde su acogedor hogar, la chef María Emilia Losada, empezó a recrear la belleza que se halla en lo simple. Mientras detalla que su receta la adquirió de un libro de su bisabuela, es consciente de que su preparación es un ejercicio de precisión y amor por la cocina.

“Mi versión salió de un libro de mi bisabuela hace muchísimos años. El libro es de 1931 y fue regalado por mi mamá. Me encanta mucho recrear estas recetas”.

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En el momento en que Losada distribuía los ingredientes en la mesa, reposaba el libro que por sus hojas amarillentas, reflejaba su antigüedad, tanto como la creación de este plato.

“Mi versión tiene anchoas. Hay una discusión muy grande entre si lleva anchoas o no, pero siempre me ha gustado hacerla así”.

Así se prepara

Ya los ingredientes están sobre la mesa, entre los que destacan hojas frescas de lechuga romana, crutones crujientes recién horneados, y una cuña de queso.

En un mortero, machaca un par de dientes de ajo junto con las anchoas. Añade zumo de limón fresco, una cucharada de mostaza, una yema de huevo y un chorrito de aceite de oliva virgen extra.

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Posterior a ello, vierte el aderezo sobre las hojas de lechuga, mezclando todo con suavidad para asegurarse de que cada hoja esté cubierta. Luego, esparce los crutones y ralla el queso parmesano sobre la ensalada.

“Este aderezo es tan fácil de hacer y genera toda la diferencia. Es una receta deliciosa para que la puedan hacer en casa”.

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La clave del éxito de la ensalada César radica en su simplicidad. Cada ingrediente juega un papel fundamental. “Espero que disfruten mi versión de la ensalada tanto como mi familia lo ha hecho durante generaciones. Es un honor compartir esta receta con ustedes, y mantener viva la tradición de mis abuelas”.

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Aporte más nutritivo

Según la nutricionista Diana De la Ossa, la versión tradicional de este plato puede ser alta en grasas saturadas y sodio, lo que no la convierte en la mejor opción para una alimentación saludable si se consume con frecuencia. No obstante, también aporta una buena cantidad de fibra y algunas vitaminas y minerales gracias a la lechuga y el queso.

“A la lechuga se le puede agregar más hojas verdes de colores vibrantes como espinaca, col rizada o la mezclas de hojas verdes puede aumentar significativamente el contenido de fibra y nutrientes de la ensalada”.

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También sugiere usar crutones integrales o reducir su cantidad para disminuir los carbohidratos refinados, lo cual es una buena opción. Alternativamente, se pueden usar semillas o nueces.

“Hay que reducir la cantidad de queso parmesano o utilizar un queso más bajo en grasas saturadas, esto ayuda a hacer la ensalada más ligera sin sacrificar el sabor”.

Agregar proteínas magras como pechuga de pollo a la parrilla sin piel, camarones, tofu o garbanzos puede hacer que la ensalada sea más completa y equilibrada.

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Un plato versátil

Por su parte, el nutricionista, Rubén Orejuela, enfatiza que esta ensalada puede ser enriquecida con diversas fuentes de proteínas, tanto de origen animal como vegetal, respetando siempre la regla de no incluir productos ultraprocesados.

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“Considero que aquellos que disfrutan de cocinar y de mezclar sabores pueden dar rienda suelta a la imaginación para incluir otras fuentes de proteínas, pero siempre hay que intentar no abusar de alimentos procesados”.

Ingredientes

• 20 hojas de lechuga romana
• 20 gramos de anchoas en aceite de oliva
• 2 dientes de ajo
• 2 cucharaditas de mostaza Dijon
• 4 limones (zumo)
• 1/2 onza de salsa inglesa
• 1 yema de huevo
• 2 tazas de crotones
• 1/4 de taza de aceite de oliva
• 200 gramos de queso parmesano
• 5 gramos de pimienta negra

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