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El acoso laboral ha cobrado nuevamente relevancia tras el caso de Catalina Gutiérrez Zuluaga, una médica residente de cirugía de la Universidad Javeriana de Bogotá, quien tomó la fatal decisión de acabar con su vida tras sufrir de acoso y maltrato psicológico al parecer por parte de algunos de sus docentes.

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Ante este impactante caso de suicidio, se han desatado varias denuncias de algunos residentes de Medicina en las redes sociales, que fueron víctimas de tratos inapropiados en sus turnos, incluyendo abusos sexuales.

EL HERALDO dialogó con el Médico Pediatra Samuel Barbosa y a la Psicóloga María Eugenia Sarmiento, quienes hablaron de la presión laboral y académica a la que se enfrentan los médicos residentes. Por su parte, el abogado constitucionalista Fernando Borda explicó qué hacer en caso de sufrir acoso laboral.

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Dos médicas residentes confesaron anónimamente ser víctimas de acoso laboral y abuso sexual.

La raíz del problema

El llamado principal por parte de los estudiantes y especialistas que han analizado este caso, va directamente a las universidades, ya que ellos tienen la responsabilidad de cerciorarse de que las normas se cumplan debidamente por parte de los estudiantes y los docentes.

“La carga de trabajo intensa, la responsabilidad de tomar decisiones críticas y la necesidad de mantenerse actualizados con los avances médicos son fuentes constantes de estrés para los residentes, esto genera ansiedad y preocupaciones constantes. Sumado a eso, en este ámbito hay medicos que maltratan verbalmente a los residentes”, afirmó el doctor Samuel Barbosa.

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En Colombia es difícil conseguir hacer una residencia, además, económicamente resulta costosa. Es por esta razón, que muchos estudiantes callan y ocultan estar sufriendo de abuso psicológico, por miedo a que quienes los maltratan les hagan perder aquello que tanto les ha costado trabajo conseguir.

“Las universidades deben fomentar el respeto, la igualdad y la empatía. Estos jóvenes que trabajan durante largas horas haciendo turnos en una clínica, son sometidos a grandes niveles de estrés y cansancio, está en juego el autoestima y la pérdida de identidad al escuchar todo el tiempo que no sirven o exponerlos a humillaciones. El acoso laboral es una realidad silenciada en el área de la salud”, anotó la psicóloga Sarmiento.

“¿Quién nos ayuda?”

Al parecer las denuncias anteriormente no eran escuchadas hasta que se dio el suicidio de Catalina.

Acercarse a la universidad no era una opción, las quejas no eran escuchadas mientras las burlas, las humillaciones y los abusos seguían.

“Los especialistas nos dejan toda la carga a nosotros los residentes, ellos llevan una vida tranquila, mientras nosotros hacemos todo lo que les toca a ellos y sin recibir un sueldo. No nos regalan nada, tenemos que pagar mucho dinero para aprender solos, nos humillan delante de los demás y todas esas acciones las justifican diciendo que somos una generación de cristal, que no aguanta nada”, dijo la residente de una universidad de Barranquilla.

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La joven afirmó que recibió insultos como: “eres bruta, no sirves para nada, qué haces perdiendo el tiempo aquí, esto es una resistencia y no una residencia, porque se queda el que más aguante”, y otras expresiones que a nivel psicológico la afectó.

Otro caso, es el de una residente que sufrió de acoso sexual por parte de un docente de Psiquiatría en Barranquilla. Afortunadamente varias estudiantes denunciaron, por lo que el especialista está siendo investigado para tomar cartas en el asunto.

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“No quisiera entrar en detalles, porque con solo recordarlo me produce indignación, pero al inicio no nos atrevíamos a hablar. ¿Quién nos ayuda? nos preguntábamos las víctimas de ese señor. Así como la universidad nos recalca las normas, también deberían hacer lo mismo con los docentes”, dijo.

El acoso laboral no solo se da en el área de la salud, es por eso que es un tema que debe ser tomado con mucha seriedad, para evitar que sigan ocurriendo más casos como el de Catalina.

Recomendaciones en caso de sufrir acoso laboral

Cuando un empleado sienta que su jefe inmediato o compañero de trabajo mantiene una conducta persistente y demostrable para infundir miedo, intimidación o terror, puede acudir a un inspector del trabajo y formular con las pruebas correspondientes la denuncia de los hechos. “Las empresas deben tener mecanismos internos para solucionar este tipo de problemas, pero muchas veces terminan protegiendo a los jefes.

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Por ello, recomiendo como abogado, una vez recolectadas las pruebas verificables como videos o testimonio confiables; presentar ante la Personería o el Defensor del Pueblo una denuncia, ya que ellos están obligados a iniciar la investigación de acuerdo con la ley 1010 de 2006”, afirmó el abogado Fernando Borda.

Finalmente, si el superior no para a tiempo con estas conductas en el interior de la empresa, y el empleado termina renunciando o en algunos casos suicidándose, puede ser posteriormente objeto de una demanda laboral y se le suspenderá su contrato y la tarjeta profesional.