Gobernada por la creatividad misma de las combinaciones de los colores que se traducen a la composición de los espacios, María Alejandra Garcés Roig, ha construido una carrera alrededor del diseño colaborativo, el cual pretende de manera sencilla convertirse en una conversación basada en la experiencia.
Más allá de su talento natural por la pintura en el que desde niña y hasta hoy aún explora de manera inquieta las posibilidades que brindan los abstractos y figurativos, la barranquillera conserva en sí un deseo particular por promover el bienestar como un estilo de vida.
Y es que era imposible no verlo así. Su infancia se desarrolló entre muebles, ubicada en una familia llena de ebanistas que heredaron del bisabuelo español el arte de trabajar con las manos, esta se sintió impulsada a descubrir su propio talento.
'Desde muy pequeña siempre estuve conectada con el arte, de hecho después del colegio lo que hacía era ir a tomar clases de arte y pintura, lo cual me encantaba porque sentía que era mi momento de conexión con mi creatividad'.
Un encuentro mágico
Durante esos años María Alejandra pasó por muchos profesores, cada uno le enseñaba una perspectiva diferente del arte, lo que la hizo a ella configurarse de manera muy ecléctica.
'Fíjate que yo siento que eso me nutrió, porque al reconocer cada movimiento artístico era capaz también de descubrirlo dentro del trabajo de mi mamá que era la venta de mobiliario, e identificaba como el arte se combinaba con lo que se hacía en mi casa'.
Rápidamente transcurrió el tiempo y al graduarse del colegio tuvo muy claro que lo que ella quería era reinventar el negocio familiar, por eso viajó a Bogotá a estudiar diseño de interiores.
'La experiencia en Bogotá fue diferente, aprendí un montón de las cosas que me gustaban y lo más interesante era como contrastaba con todo lo que veía hacer a mi mamá desde que yo era muy niña'.
A pesar de que sus estudios en diseño le habían dado mucha apertura a los procesos creativos, encontró fácilmente que podía sumarle más a su carrera por lo que decide viajar a España a hacer un Master en Administración.
'Siempre he estado convencida de que la vida nos direcciona al lugar que merecemos. Y cuando llegué a estudiar a Europa me di cuenta del gran valor del talento local y como era necesario llevarlo afuera para alcanzar mayor visibilidad'.
Compromiso con el talento nacional
Esto último se convirtió en su compromiso empresarial, y con el cual decide crear su marca con la cual ha pretendido desde un comienzo llevar el diseño mobiliario nacional al confort y vanguardismo.
'Cuando regresé a Barranquilla lo hice con la claridad de que yo lo que quería era innovar, y no solo hacerlo en el negocio familiar, sino combinarlo con el vanguardismo que había aprendido por fuera, pero en el camino se fueron conectando otros aspectos igualmente importantes'.
Es así como nace ‘Viure’, una apuesta por la reinvención del diseño mobiliario y de interiores basado en la exclusividad y el bienestar, priorizando siempre la relación con los clientes.
'Mi único objetivo siempre ha sido exaltar el talento colombiano en el mundo. Soy una convencida de que el mundo está lleno de oportunidades, pero más aún de que nosotros tenemos herramientas y una creatividad única para conseguir lo que queramos'.
Viviendo el arte
Dentro de los nuevos retos que asume María Alejandra está ‘Galeria Barceló’, un proyecto que surge de la espontaneidad de su gusto por el arte como una propuesta para crear encuentros entre obras y espectadores.
'Mi gusto por el arte siempre se ha mantenido en el paso del tiempo. Y el incluir arte en mi ejercicio de diseño de interiores ha sido en virtud de promover el arte en la ciudad como una necesidad a la sensibilidad'.
Actualmente el proyecto de Garcés está dirigido a exportar sus diseños a los Estados Unidos y trabajar las asesorías remotas, con los cual su único objetivo es seguir posicionando el talento colombiano.


