Compartir:

Uno de los espectáculos más bellos de la cultura en el país es el Joropódromo. Villavicencio, conocida como la puerta de los Llanos Orientales de Colombia, se transformó en un escenario vibrante donde la cultura llanera cobró vida.

{"titulo":"'A Barranquilla regreso para terminar el concierto que dejé inconcluso'","enlace":"https://www.elheraldo.co/sociedad/jose-luis-el-puma-rodriguez-hablo-de-su-proxima-presentacion-en-barranquilla-regreso-para"}

En el marco de la edición número 55 del Torneo Internacional del Joropo, delegaciones de Vichada, Guaviare, Cundinamarca, Arauca, Casanare y Meta hicieron parte de la versión número 22 del Joropódromo, y engalanaron, como es ya tradicional, las principales avenidas de la capital del Meta.

Fueron casi dos kilómetros (1.700 metros lineales) los que recorrieron 3.198 bailadores, es decir, un total de 1.599 parejas, reunidas, a su vez, en 213 grupos (32 más que en 2022) de las mejores academias de baile de estos departamentos, quienes año tras año se preparan con disciplina para hacer parte del grupo de triunfadores.

Los grupos folclóricos deslumbraron con trajes típicos de la región se preparaban para deslumbrar a los espectadores. Los acordes del arpa y el cuatro resonaban en el aire, anunciando el inicio de una jornada llena de ritmo y tradición.

A medida que avanzaba la tarde, el desfile comenzó. Carros alegóricos adornados con flores y motivos llaneros desfilaban por la avenida principal, llevando consigo la esencia de la cultura de los Llanos.

{"titulo":"Carlos Vives hace vibrar a Madrid a ritmo de vallenato ","enlace":"https://www.elheraldo.co/sociedad/carlos-vives-hace-vibrar-madrid-ritmo-de-vallenato-en-el-concierto-de-la-hispanidad-1041243"}

Salvaguardas de la tradición

La tradición del joropo no solo es una expresión cultural, sino un legado que se transmite de generación en generación. En el corazón de esta arraigada práctica, se encuentra la esencial importancia de enseñar a los niños el arte de este baile emblemático.

Desde temprana edad, los niños son introducidos al fascinante mundo del joropo. En las escuelas y academias locales, se les brinda la oportunidad de aprender los movimientos, ritmos y pasos que dan vida a esta danza tradicional.

Así lo es el grupo 'Guayupito de oro', integrado por 18 niños oriundos de Fuente de Oro, al sur del departamento del Meta.

'Esto es muy importante porque ocupan los espacios libres y como todos sabemos, ahorita la tecnología nos está como llenando a nosotros pero esto es un espacio para los niños, para que ocupen el tiempo libre que les queda', manifestó Tatiana Algecira, líder de la agrupación.

El joropo no solo es una danza, sino una ventana hacia la historia y el folclore de los Llanos. A medida que los niños se sumergen en este arte, se familiarizan con las narrativas y leyendas que han forjado la identidad de su región.

'Se necesita mucha pasión por bailar, muchas ganas de querer bailar porque, por ejemplo, si la mamita de pronto lo obliga o en caso tal lo obliga, créanme que el niño pues va a aprender pero no con la misma disciplina'.

Las parejas de bailadores, con sus faldas al viento y sombreros vueltiaos, inundaron las calles con el característico zapateo del joropo. Sus movimientos armoniosos narraban historias de amor, valentía y vida en los llanos colombianos.

{"titulo":"Pedro ‘Ramayá’ Beltrán recibe premio Vida y Obra de Mincultura","enlace":"https://www.elheraldo.co/sociedad/pedro-ramaya-beltran-recibe-premio-vida-y-obra-de-mincultura-1041245"}

El baile real

24 candidatas se disputan la corona por el Reinado Nacional del Joropo. En un desfile lleno de gracia y elegancia, las jóvenes embajadoras de la cultura llanera se presentaron al público a bordo de majestuosas carrozas.

Cada una representaba una característica vital de la diversidad que caracteriza a Colombia, desde las danzas ancestrales de los pueblos indígenas hasta los ritmos festivos del Caribe, fusionados en una celebración del joropo como patrimonio nacional.

Stefany Nuñez, representante del departamento del Atlántico decidió asumir el reto con mucha pasión y disciplina, descubriendo en ella nuevas habilidades.

'Toda la vida me ha encantado el tema de los reinados y qué chévere aprender una nueva cultura que es el joropo llanero y poder llevarlo al departamento del Atlántico, a la costa y que la gente también sepa de la belleza que tiene esto'.

A la barranquillera de 23 años le bastaron dos semanas para aprender cada uno de los pasos que conlleva esta tradicional danza.

'Barranquilla y la costa colombiana tiene mucha cultura, mucha tradición y para nosotros es muy fácil interpretar cualquier danza, cualquier baile porqie tenemos sabrosura, gozo y alegría'.

Desde el primer instante en que un forastero pisa Colombia, se ven envueltos en una danza de colores, aromas y sonrisas que los sumerge en una experiencia única e inolvidable.

Así lo fue para la argentina Samira Ávila, que a sus 18 años quiso adentrarse en la cultura llanera para dejarse conquistar de todo lo que está es capaz de ofrecer.

'Es mi primera vez en Colombia y fueron 3 días los que me tomé para aprender los pasos básicos del joropo. Vale la pena bailarlo y sentirlo porque cuando lo sientes no es difícil cuando tienes conexión con tu pareja que es más allá de la competición es más fácil. En mi país es solamente ciudad y no hay tanta fauna como acá en todos lados que vas acá hay verde sin dudas la comida es muy rica también la carne llanera pero que rica, la verdad, estoy encantada'.