¿Por qué renunció a su precandidatura presidencial?
Uno no puede pasar la vida haciendo cálculos. Hace falta tener posturas claras y definitivas. Asumí esta precandidatura hace año y medio y cumplí: recorrí los 32 departamentos con mis compañeras y con el partido, con Miguel Uribe Turbay y luego con Miguel Uribe Londoño. Fui respetuoso, respeté los códigos, la tarima, los foros. Llegué desde Riohacha hasta el Amazonas.
Pero llega un momento en el que uno tiene que ser sensato y preguntarse si puede ser útil. Cuando el camerino está lacerado como lo está hoy, de pronto adelgazarlo ayuda en algo. Ojalá mi renuncia ayude a que el partido encuentre la senda y el camino para esa máxima que siempre insisto, Luis: unidad igual a victoria.
Usted habla de un camerino dividido. ¿Qué es lo que realmente está sucediendo?
Yo he sido un hombre muy prudente y muy respetuoso de todo el proceso político. No he tenido un solo escándalo, público o privado, en mi vida pública. Y creo que el camerino hoy está en crisis. Está en crisis porque no venía bien, y porque el comportamiento de Miguel Uribe Londoño al vetar a Atlas (encuestadora internacional) —y prácticamente responsabilizarnos en un comunicado insinuando que al partido le faltaba ética— cayó muy mal.
Hemos visto el esfuerzo del partido, el esfuerzo de un director que ha cumplido el casting, el esfuerzo de un hombre como Álvaro Uribe. Entonces, que él (Uribe Londoño) diga que falta ética, cuando fue él quien motivó a sus asesores a contactar a Atlas en Brasil, no corresponde. Ahí está la respuesta de Atlas, que consideró que moralmente no podía actuar, justamente porque el equipo de asesores de Miguel Uribe Londoño había intentado contactarlos para que trabajaran para ellos.
¿Es posible revertir la imagen de crisis que tiene hoy el partido cuando las elecciones están tan cerca? ¿Cómo lo ve usted?
El único que puede hacer esto es Álvaro Uribe, ayudado por Gabriel Vallejo. Ambos tienen el casting ideal para eso. Creo que ampliar el tiempo le da un poquito de oxigenación a las cosas, pero deben tener mucho cuidado, porque al interior el proceso está desgarrado. Si no le ponen cuidado, el tiempo puede ampliar las grietas. Hay que asumir la crisis rápidamente.
El Pacto Histórico, a pesar de sus líos internos y jurídicos, parece más organizado rumbo a las elecciones de 2026. ¿Cree que al partido le falta organizarse mejor? ¿Hace falta un golpe fuerte de opinión?
El golpe emocional nuestro empezó el 7 de junio con la muerte y asesinato de Miguel Uribe Turbay. Nadie logra entender esto si no vive esa realidad. Luego vino el tema jurídico de Álvaro Uribe, que es político, emocional y jurídico. Y después, aceptar el ingreso de Miguel Uribe Londoño. Fui el primero en aceptar que él tenía todo el derecho de ingresar al proceso.
Lo que no entiendo es que, si él tiene una ventaja emocional por lo lamentable que ocurrió con Miguel, ¿por qué no deja que el resultado sea natural? Hay tiempo para todo. Creo que el proceso aún no llega a su etapa definitiva. Y la manera en que uno puede contribuir, viendo cómo está el camerino, es hacerse a un lado y confiar en que quienes siguen tengan la inteligencia y la capacidad de resolver lo que está pasando adentro.
Algunas fuentes me han dicho que los asesores del doctor Miguel Uribe Londoño han agravado esta crisis. ¿Es así?
Indudablemente, Luis. Indudablemente. Les han dado tanta condición a los asesores extranjeros venezolanos de Miguel Uribe Londoño, que hoy pesan más que los mismos precandidatos. Y eso es inaceptable.
¿Y de qué manera han lacerado el proceso?
Yo no voy hasta allá. Uno se concentra en lo esencial, y yo me quedo con su actuación frente a Atlas Intel y cómo lograron vetar el proceso en una movida inteligentísima para dejarnos sin tiempo para la encuesta.


