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En el corregimiento San Miguel, jurisdicción del municipio de Hatillo de Loba, ubicado en el sur de Bolívar, el pequeño Elí Javier, de apenas cinco meses de nacido, murió ahogado al caerse de la cama donde dormía con su madre, Nancy Ortega Cortés. El hecho ocurrió el pasado 14 de noviembre, lunes festivo. La casa donde habitaba el menor está inundada desde hace varios meses. No hay un solo lugar en esa humilde residencia que se encuentre libre de la presencia de las aguas desbordadas del río Magdalena.

{"titulo":"Malambo extiende calamidad pública por tres meses","enlace":"https://www.elheraldo.co/atlantico/ola-invernal-malambo-extiende-calamidad-publica-por-tres-meses-956075"}

El pequeño Elí Javier se cayó de la cama cuando su madre se levantó a las 4 de la madrugada a preparar el café. Ese descuido de apenas unos pocos minutos ocasionó la tragedia.

Luego de encender la estufa, Nancy Ortega se dirigió de nuevo a la cama y de inmediato se percató de la ausencia del pequeño Elí Javier. Pensó encontrarlo dormido entre las sábanas arrugadas y húmedas, pero no lo halló. Lo buscó entonces, desesperada y angustiada, entre las aguas revueltas y malolientes de la habitación.

Su presentimiento fatal se hizo realidad cuando halló el cuerpo agonizante de Elí Javier al pie de la cama. Salió presurosa con el pequeño entre sus brazos para llevarlo en una canoa hasta el hospital La Candelaria, en El Banco, Magdalena, donde media hora después los médicos recibieron su cuerpo sin signos vitales. 'Murió por inmersión', dice con frialdad el reporte de los médicos del hospital.

{"titulo":"El norte de La Guajira lleva tres días sin sufrir por las lluvias","enlace":"https://www.elheraldo.co/la-guajira/lluvias-en-la-guajira-departamento-lleva-tres-dias-sin-sufrir-por-el-invierno-956133"}

En Arenal, también en el sur de Bolívar, los hermanitos Jesús Daniel y Danna Sofía, de apenas 12 y 9 años, jugaban bajo la lluvia cuando fueron arrastrados por la corriente de una quebrada que atraviesa el pueblo. Su madre que los acompañaba nada pudo hacer para salvarlos. Sus cuerpos sin vida fueron hallados horas después por habitantes del municipio. Los hechos ocurrieron el pasado fin de semana.

Las muertes de Elí Javier y de los hermanitos Jesús Daniel y Danna apenas alcanzaron a llamar la atención de los medios de comunicación del país, que prefirieron ocuparse de 'asuntos más importantes', como los efectos de la reforma tributaria, las peleas entre los dirigentes políticos y del Mundial de Catar. Las muertes de los menores no parece importarle a la 'otra Colombia'.

{"titulo":"44 municipios de 10 departamentos han recibido ayudas por invierno: Ungrd","enlace":"https://www.elheraldo.co/colombia/declaraciones-del-director-de-la-ungrd-javier-pava-sobre-entrega-de-ayudas-municipios-por"}

Pero la verdad es que esa 'otra Colombia', la 'Colombia amarga', como la llamó con certeza Germán Castro Caicedo, agoniza hoy bajo las aguas de ríos, caños, arroyos y quebradas.

La furia desatada de las aguas ha dejado millones de damnificados en el país, incluyendo la propia Bogotá, donde también el invierno ha dejado víctimas fatales. Dos de ellas fueron identificadas como Angela Peñarete y Javier Velilla, quienes fallecieron el pasado 12 de noviembre arrastrados por las corrientes de quebradas desbordadas en el municipio de La Calera, a pocos minutos de la capital.

De manera premonitoria, Angela había escrito un trino el pasado 25 de octubre en el que narraba su odisea por cuenta de la inclemencia del invierno: 'Que forma de llover en Chapinero… Ventiscas, agua escurriendo, rayos y truenos. Parece el fin del mundo'.

{"titulo":"Invierno: alcaldes reclaman que ayudas del Gobierno 'no han sido suficientes'","enlace":"https://www.elheraldo.co/atlantico/alcaldes-de-municipios-afectados-por-invierno-en-atlantico-piden-mas-ayudas-del-gobierno"}

El 23 de octubre, también en pleno invierno, Angela escribió otro trino: 'Salvada por nada de la caída de los postes y los árboles en la vía La Calera. Paciencia a los que están por esa zona'.

Pero el reporte invernal de Angela en su cuenta de Twitter se apagó –por desgracia para siempre– por la muerte de su autora. Angela supo narrar en la cuenta de su red social la tragedia que viven todos los días millones de colombianos por culpa del invierno, cuyos efectos fatales se han sentido en todo el país, desde la capital Bogotá, hasta los municipios más olvidados de nuestro olvidado sur de Bolívar.

Colombia padece hoy el peor invierno de la historia reciente. ¿Qué es lo que ha pasado y qué hay que hacer para mitigar los efectos del invierno en el país?

{"titulo":"Lupa a los recursos destinados por el Gobierno para atender la ola invernal","enlace":"https://www.elheraldo.co/colombia/contraloria-vigilara-la-ejecucion-de-recursos-destinados-por-el-gobierno-nacional-para-la"}

‘La Niña’, desatada hasta el próximo año

Las cifras que ha dejado el invierno hasta el momento son alarmantes y muestran la gravedad de la tragedia: 500.000 damnificados, 204 personas fallecidas, 281 heridas, 37 desaparecidas y 765 poblaciones afectadas. En Barranquilla la cifra de familias damnificadas son más de 500, varias de ellas habitantes del barrio Nueva Colombia, en el suroccidente de la ciudad.

La Alcaldía del Distrito ha dispuesto de brigadas de salud para atender a la población y está a la espera de mayores recursos por parte del Gobierno nacional para poder afrontar la tragedia.

El departamento del Atlántico también ha sido uno de los más golpeados del país. Municipios como Piojó y Baranoa, entre otros, padecen la inclemencia del invierno y también reclaman ayudas, así como una mayor asistencia por parte del Gobierno nacional.

Tanto el presidente de la república, Gustavo Petro, como la primera dama, Verónica Alcocer, se han reunido con el alcalde de Barranquilla, Jaime Pumarejo, al igual que con la gobernadora del Atlántico, Elsa Noguera, con el fin de coordinar las ayudas y los recursos que se destinarán para afrontar la crisis invernal. De acuerdo con el Ideam, el llamado fenómeno de La Niña se prolongará hasta febrero del próximo año. Es decir, este invierno está lejos de terminar.

{"titulo":"Petro recorrió las zonas afectadas de Piojó por la ola invernal","enlace":"https://www.elheraldo.co/atlantico/petro-en-piojo-visita-los-afectados-por-la-ola-invernal-955887"}

Todos comen del río Magdalena, pero nadie se preocupa de alimentarlo

Aunque el actual invierno ha sido el más inclemente de los últimos años, tampoco podemos desconocer que sus efectos son producto de décadas de malas prácticas por parte de los seres humanos, como la deforestación masiva de bosques, en especial aquellos que sirven para proteger todos los cuerpos de agua.

Los efectos letales del invierno son producto de malas planificaciones para llevar a cabo programas de vivienda en las principales ciudades. Secar un humedal o una quebrada, desviar un río o un arroyo tendrá siempre consecuencias en un futuro. Pues bien: ese futuro tan temido ya llegó. Se volvió presente. Punto. Hoy lo estamos padeciendo. Al olvido histórico del Gobierno nacional, en lo que tiene que ver con el sur de Bolívar, por ejemplo, se suma el comportamiento indolente de los propios habitantes de los pueblos ribereños del río Magdalena, quienes se han encargado de extraer de esa fuente de agua todos sus alimentos, pero no se han preocupado por ‘alimentar’ a su principal fuente de supervivencia.

La tala de árboles a lo largo de la ribera del río vuelve incontenibles sus aguas. Al río Magdalena lo secaron y lo talaron sin piedad y hoy nos pasa la cuenta de cobro. ¿Dónde están las obras realizadas para mitigar los efectos del invierno? ¿Dónde están las obras de Cormagdalena, que debe velar por la buena salud del río y el bienestar de sus habitantes?.

{"titulo":"Petro anuncia visita a afectados por la ola invernal en Atlántico","enlace":"https://www.elheraldo.co/atlantico/petro-anuncia-visita-afectados-por-la-ola-invernal-en-atlantico-955399"}

La culpa de no es de la naturaleza, es del hombre

Las escenas de Bogotá inundada por los cuatro costados, con quebradas embravecidas que bajan de los cerros y con arroyos caudalosos que paralizan el tráfico, no deberían sorprender. Esas imágenes pavorosas son consecuencia de la mano del hombre. De nadie más. Punto. No es la naturaleza la culpable de la tragedia, es el hombre. Es el ser humano quien se ha encargado de arrasar con todo lo que la naturaleza le regala de forma pródiga.

Las culpables no son las quebradas que bajan desmadradas desde los cerros de La Calera para acabar con las vidas de Angela y de Javier. El Río Grande de la Magdalena, que se mete iracundo algunas veces y silencioso en otras por calles y casas de pueblos olvidados del sur de Bolívar, para arrebatarle la vida a niños inocentes como Elí Javier, Jesús Daniel y Danna, no es el culpable del dolor que sufren sus familiares.

A la hora de buscar culpables pensemos en la indolencia de quienes hemos vivido y seguimos viviendo del río, que somos todos los colombianos.

El Río Grande de la Magdalena agoniza por cuenta de una clase dirigente a la que le ha quedado grande recuperar su navegabilidad y unos pobladores ribereños que abusan de la nobleza de quien les da de comer. Hoy padecemos las consecuencias de esa desidia y ese abandono.

{"titulo":"Distrito muestra a Minvivienda terrenos para reubicación de damnificados","enlace":"https://www.elheraldo.co/atlantico/jaime-pumarejo-presenta-minvivienda-plan-piloto-para-reubicacion-de-afectados-por-ola"}

Todas las grandes potencias destruyen el medio ambiente: ¡todas!

Mientras los corruptos se sigan llenando los bolsillos con la plata que debería emplearse para realizar obras que permitan mitigar la arremetida de la naturaleza, seguiremos asistiendo al luctuoso y triste espectáculo de millones de damnificados y decenas de víctimas del invierno. Mientras no tomemos conciencia de que no podemos atentar todos los días contra el medio ambiente, seremos testigos –o víctimas– de la intensidad del invierno, que cada año será peor.

Una construcción mal planificada hoy será escenario de una tragedia mañana. ¿Quién vigila los trámites, aprobaciones y ejecuciones de los planes de ordenamiento territorial (POT) en las principales ciudades del país? Nuestro comportamiento de especie depredadora no puede quedar impune. La propia naturaleza se encarga de pasarnos factura. ¿Qué sentido tienen las cumbres medioambientales que todos los años se celebran si a ella no asisten las grandes potencias, que son las que más contribuyen a destruir el medio ambiente? ¿Quién les pide cuentas a Rusia y China, por ejemplo? ¿No son ellas potencias contaminantes y destructoras, al igual que Estados Unidos? Tenemos que dejar de ser selectivos, como país, a la hora de asignar responsabilidades de esta tragedia que sufre la humanidad.

Al ser selectivos no estamos solucionando el problema. Todo lo contrario, lo agravamos, porque los excluidos del señalamiento se sienten con patente de corso para seguir con su comportamiento criminal.