La ética y su relación con la salud emocional

El ser humano como ser social, se relaciona continuamente con otras personas dentro de la sociedad en la cual se desarrolla. Esta relación se da de manera constante y durante toda la vida, por lo que la convivencia debe ser lo más beneficiosa posible. De ahí surge la importancia de la reflexión sobre principios, valores y normas de la conducta humana

La ética, como rama de la filosofía, aborda estos aspectos desde la moral y las obligaciones del hombre que rigen la conducta. Su rol en la sociedad es necesario para mediar la relación de las personas en diversos aspectos: en la escuela, la familia, el trabajo y en las relaciones interpersonales.

Está presente todo el tiempo en nuestra vida cotidiana, al permitirnos reflexionar sobre nuestras acciones y adoptar aquellas que nos serán más beneficiosas al engrandecernos como personas. Todo ser humano cuenta con una ética, en función de la cual vive, formada por los valores y principios que consideramos importantes o valiosos.

“Además de las cosas que se valoran, también se tiene algunas ideas acerca de la forma en que nos gustaría vivir la vida, la clase de persona en la que queremos convertirnos, el modo de vida que se quiere llevar, la forma en la cual deseamos comportarnos”, explica Yajaira Pupo, psicóloga y jefe de Recursos Humanos del Hospital Universidad del Norte.

Llevar una vida ética como individuo, según la psicóloga, significa no lastimar a otros y de ser posible, ayudarlos. “Tomar el bienestar de otros como base de nuestra propia ética, amplía enormemente nuestra perspectiva”. A veces hacer lo correcto significa ayudar a otras personas, aún cuando haya que hacer sacrificios en el camino. Lo correcto siempre tiene que ver con obedecer los principios que consideramos buenos.

Ética en el plano personal. El actuar bien y correctamente es algo que se va fortaleciendo a lo largo de la vida. El ser humano, de una u otra forma, se cuestiona siempre acerca de su propio comportamiento. Una de las preguntas más frecuente es aquella que se dirige al modo de juzgar nuestra conducta: ¿Cómo saber si mi acción es buena o mala, acertada o equivocada, facilitadora de mi felicidad o no? “De la ética depende la respuesta que demos a esta pregunta”, explica Pupo.

Cada individuo forma su ética a partir de la familia, religión, la cultura académica y formación, amigos y relaciones, experiencias de vida personal, experiencias de otros, razonamiento y filosofía, entre otros.

En la medida en que el ser humano va desarrollándose debe lograr armonizar sus valores personales, encaminándose hacia la realización propia y por consiguiente a fortalecer su estructura ética.

Estas son algunas sugerencias para una sólida estructura ética: respeto, que empieza con el respeto a uno mismo; libertad, entendida como la capacidad de decidir entre el bien y el mal; justicia; solidaridad; honestidad, es decir respeto de los principios morales; humanidad; tolerancia; humildad; amor.
Ética en el plano profesional. Debido a que la ética de trabajo es algo individual, es importante considerar la propia filosofía de trabajo. Pero ¿es importante la ética en el trabajo? Según Pupo, actualmente un comportamiento ético es una competencia laboral muy valorada en el mundo empresarial.

Es muy frecuente que los directivos de las empresas hagan preguntas a los aspirantes, refiriéndose a cuáles son sus normas de comportamiento en el plano profesional y en sus relaciones con los clientes y colaboradores.

La ética en el trabajo depende de la actitud, los sentimientos y las creencias de la persona acerca de este. Lo anterior determina de qué forma ejerce sus responsabilidades al definirse objetivos, mostrar resultados, cumplir con sus responsabilidades, ser autónomo, confiable, cooperar, mantener buena comunicación, ser honesto, ser líder y dedicado. Una ética fortalecida para el trabajo, que involucre un alcance productivo y positivo, favorece la fuerza laboral.

El ambiente profesional, el lugar de trabajo, nos forma como personas y nos permite disfrutar de la vida. El trabajo es un medio para desarrollar toda la capacidad que hay en las personas, construyendo un medio extraordinario de satisfacción y de crecimiento.

“Muchas personas sienten que no están desempeñando un trabajo que les satisfaga, entonces trabajan de un modo forzado. Sienten disgusto por el trabajo, porque en el fondo hacen su tarea pensando sólo en el dinero que necesitan para vivir. Hasta que la persona no descubra su vocación auténtica, y encuentre lo mejor de sí mismo en lo que hace vivirá inconforme e inquieto con su gestión y sus resultados”, afirma Pupo.

Algunas sugerencias para el plano laboral: lleve a cabo una actividad relevante cada día; piense en forma proactiva; fomente la iniciativa y la libertad de acción; haga que la gente se involucre y participe; mantenga una actitud positiva; inspire confianza; aproveche el tiempo; oriéntese hacia los metas; cuente con toda la información necesaria para tomar decisiones; no se empapele; afronte los conflictos; promueva el análisis de los problemas; conozca cuáles son sus metas; forme equipos de trabajo; interésese en los detalles; sea puntual.

Alianza EL HERALDO- Hospital Universidad del Norte