El Heraldo
Música

“Ahora sí me toca vivir la vida de otra manera”: Adolfo Pacheco

El juglar de los Montes de María celebra su cumpleaños 80. Recordó las veces que atentaron contra su vida y las ganas de seguir haciendo música.

El maestro Adolfo Pacheco Anillo celebra victorioso sus 80 años de vida. Pese a que hace dos meses “lo mataron” tres veces por las redes sociales, tras presentar complicaciones cardíacas y dificultades respiratorias que lo obligaron a ser internado en una clínica en la que fue sometido a una cirugía, este cantautor sanjacintero sigue meciéndose tranquilo en su “hamaca grande”.

Admite que desde que le practicaron la cirugía del corazón para despejar una de sus venas todo ha cambiado, y como reza en las estrofas de su éxito Me rindo su majestad, ahora le “toca vivir la vida de otra manera”. “Voy a dejar la vida de parrandero/Ya disfruté los años de juventud/ porque así recogido soy más sincero/y más te quiero y me quieres tú”.

El creador de icónicas piezas de nuestro folclor como La hamaca grande, El viejo Miguel, El mochuelo, El cordobés y Mercedes, solo por mencionar cinco de sus joyas musicales, sostiene que hoy prefiere celebrar en silencio y en la tranquilidad de su hogar en el norte de Barranquilla, ciudad en la que decidió radicarse hace 23 años y de la que no quiere irse “jamás”.

El HERALDO dialogó con ‘el Juglar de los Montes de María’ sobre su trayectoria musical, sus recuerdos cuando era profesor de Matemática, además de varios consejos que humildemente dio a las nuevas generaciones de músicos.

P.

¿Maestro, cómo se siente después de haber pasado días difíciles en la clínica?

R.

No tan bien como quisiera porque me acabo de llevar un susto muy grande con lo del corazón. Todavía estoy en recuperación, entré con un infarto y problemas del pulmón y lo pudieron solucionar a medias, sigo recuperándome con ejercicios y comiendo bien. Ya estoy reaccionando, puedo moverme con bastón, sigo en periodo de recuperación, eso es lo que me han dicho los médicos. Lo que si tengo claro es que voy a seguir haciendo música hasta el último de mis días, eso de seguro me hará mucho bien.

P.

¿Cómo fueron esos días en la clínica?

R.

Duros porque siempre he sido un hombre activo, me daban ganas de moverme de un lado a otro y salir al ruedo. A nivel musical en estos momentos prefiero mirar los toros desde la barrera, toca esperar a estar plenamente recuperado para volver a la actividad. Antes de que me internaran ya venía cumpliendo con el aislamiento obligatorio por esto de la pandemia, llevaba cuatro meses y eso de por sí ya había sido duro, porque toca adaptarse a esta nueva realidad, poniéndose tapabocas y echándose alcohol a toda hora. Pienso que hay que hacerlo y cuidarse, sobre todo personas como yo que tienen problemas respiratorios y del corazón.

P.

¿Cómo son ahora?

R.

Todos son diferentes, ya no duermo casi, si me levanto a orinar hasta ahí llega el sueño. Luego en el día me la paso bostezando, es complicado, ya son 80 los que cargo en la espalda y digamos que todo cambia a estas alturas del partido. Esto me ha obligado ahora sí a vivir la vida de otra manera, tal como lo escribí en mi canción Me rindo majestad, esa que pone a llorar al padre Linero, porque este infarto me hizo cambiar mi estilo de vida, nada de gallos, algo que me emociona mucho, nada de mujeres, ni amoríos, me quitaron todo lo bueno del mundo (risas).

P.

Hablemos de temas más alegres, de su trayectoria y aportes al folclor...

R.

Soy músico de tiempo completo, desde los 4 años comencé a hacer música, era un niño muy necio y a los 5 o 6 años hice mi primera canción con la guía de mi abuelo que era músico, él tocaba los tambores y gaitas y fui creciendo en ese ambiente. Ese primer tema se llama Mazamorrita cruda, que hace año y medio hice con nuevos arreglos, luego en el colegio Fernández Cadena creció mi fama como compositor, hice mi conjunto con violinas. Pedro Luis García era el violinista y luego se salió y quedé yo como amenizador de las parrandas, nunca abandoné el estudio, ni la música. Me gradué de abogado a los 43 años y sigo con la música que me ha servido para hacer memorable cada año de mi vida. Ahora vivo de la pensión que tengo de Sayco y otra de Colpensiones porque ocupé muchos cargos públicos, pido a Dios que me regale salud para seguir disfrutando mi vida.

P.

En su convalecencia supimos que estaba trabajando en nuevos proyectos musicales, ¿en qué quedó eso?

R.

Eso quedó mocho, la pandemia lo acabó, esa producción cuesta como 12 millones de pesos. Yo le había dicho a Alfredo Gutiérrez, que en los años 70 dirigió mi primer long play que fue un éxito, él fue el director artístico y el acordeonero, le dije que han pasado un pocotón de años y que quería renacer con unas canciones inéditas, él me dijo que sí, pero se metió esta vaina y todo quedó congelado. Ya tengo tres canciones inéditas que quiero lanzar pronto al mercado.

P.

Usted tiene una faceta que pocos conocen y es la de profesor de matemáticas, háblenos de eso...

R.

Cuando terminé el bachillerato le pedí a mi papá que quería ser profesor, yo tengo vocación para comunicar y enseñar, pero él quería que fuera abogado y me negó los recursos. Luego me inscribí en la facultad de ingeniería en Bogotá, pero la situación económica era muy dura, me tocaba sostenerme solo, total, me vine con los conocimientos en matemática y comencé a dar clases. Hoy tengo estudiantes que me llaman desde todas partes del mundo a agradecerme porque gracias a lo que les enseñé hoy son grandes ingenieros. A todos ellos, además de matemáticas, les enseñé a llevar una buena vida.

P.

¿Y a nivel musical cuáles son sus grandes enseñanzas?

R.

He estudiado el folclor y lo he transmitido a las nuevas generaciones. Si tú oyes El pintor, allí explico cómo es nuestro folclor, hago una metáfora porque digo que pinto sin pincel y sin paleta. Cuando hablo de La hamaca grande, hago que todos dibujen en su mente un elemento gigante en el que se mecen tanto sabaneros como vallenatos, todos los amantes del folclor caben en ella y pueden dormir cómodamente. El profesor es un tema que le gustaba mucho a Gabo y que mandaba a repetir en sus parrandas vallenatas, así que creo que he logrado que mis canciones le gustaran tanto al campesino como a nuestra insignia de la literatura colombiana.

P.

Cuéntenos un poco de su entorno familiar...

R.

Tengo nueve hijos con cuatro mujeres, uno de ellos se me murió (Andrés), tengo 10 nietos y 2 bisnietos. En los años 60 me metí a la bohemia para sobrevivir, porque esa mujer no soportaba mi aliento ni mi escasez de plata, luego fui madurando, conseguí trabajo como docente de matemática y luego fui diputado. Yo he hecho un poco de vainas en mi vida. Cuando empecé a hacer política en San Jacinto encontré que los liberales triplicaban al Partido Conservador y aun así, representando a los conservadores, fui elegido diputado. Me retiré de la política sin riquezas, creo que soy de los pocos políticos que se dio ese lujo, porque yo jamás serví para robar.

P.

¿De su obra musical cuál es su himno?

R.

Mi himno, mi cédula, mi salvación es La hamaca grande. Y digo mi salvación porque estaba en una situación bastante precaria cuando la lancé. Ese tema me lo regaló la Virgen hace medio siglo, lo hice para unir al pueblo vallenato con el sabanero y dio resultado porque antes en el Festival Vallenato era muy marcada la diferencia.

P.

¿Qué es lo que más destaca de sus canciones?

R.

Yo tengo dos frentes. El de las cumbias, hice 16 porque me crié en ese ambiente por los gaiteros. Las hacía con situaciones ficticias, muy diferente a lo que hago en el vallenato, en donde cuento historias reales. Tengo una cumbia que se llama Cuando lo negro sea bello, es un sueño que tengo, porque por estos lados todos venimos de las raíces negras y aun así existe el racismo, ¡mucha vaina jodida! A mí me gusta decir la verdad y quizás por eso me han intentado matar varias veces.

P.

¿Cuántas veces intentaron asesinarlo?

R.

La verdad es que sí lo han intentado. Allá en San Jacinto tuve problemas, sobre todo por el tema de la política con grupos subversivos como el Epl y las Farc. A mí el Epl me sacó de una finca que tenía, porque yo estaba con Rodrigo Barraza Salcedo, a quien tildaban de oligarca, luego me retiré de él, me obligaron a vender mi finca y me mataron los gallos que son mi pasión. Después monté mi oficina de abogado en mi tierra, pero las Farc me amenazó y me obligó a cerrarla. Me hicieron un disparo en la ventana y eso me intimidó. Yo tengo más amigos que enemigos, pero los enemigos son violentos y por eso decidí venirme para Barranquilla hace 23 años, aquí me ha ido muy bien, me eligieron diputado, vine más fracasado que el carajo, pero aquí tomé nuevos aires, yo digo como Joe Arroyo, “en Barranquilla me quedo”.

P.

¿Cuál es el consejo que le daría a los nuevos músicos que se interesan por el vallenato?

R.

R  Hay que explorar mejor la música, al principio el vallenato se tocaba solo de una manera, pero se ha demostrado que presentarlo de diferentes formas llega a más personas y sigue siendo exitoso. Los jóvenes deben explorar para qué sirven y creer ciegamente en su talento, tenerse fe, solo así podrán ser grandes, si creen en ellos mismos. No hay que esperar que sea otro el que crea en su talento, es uno mismo el que se debe dar las palmaditas en la espalda para seguir adelante.

P.

¿Cómo celebrará estos 80 años?

R.

Quiero celebrarlos en silencio, pero hay muchos amigos y familiares que no se aguantan y de seguro querrán venir a visitarme. Pero estamos en tiempos de pandemia y hay que ser prudentes, temo que se me llene la casa de gente.

Celebrando al maestro

La Gobernación de Bolívar y el Instituto de Cultura y Turismo celebran el natalicio 80 del maestro Adolfo Pacheco con varias actividades. Con el reto #AdolfoPacheco80años, los artistas, ya sea niños o adultos, pueden publicar un video en redes sociales interpretando cualquiera de las canciones del músico de San Jacinto. De hecho, la iniciativa ha tenido acogida, pues muchos artistas de distintos rincones de Colombia y el exterior ya han participado.

Entre las actividades también está un conversatorio en alianza con la Federación Nacional de Departamentos y el canal regional Telecaribe denominado “Homenaje a Adolfo Pacheco, 80 años de poesía viva”, previsto para este martes 11 de agosto a las 4:00 p. m. 

En el diálogo participarán el músico Carlos Vives, el periodista Juan Gossaín, y los maestros Ivo Díaz y Hernán Urbina Joiro. La transmisión también se podrá seguir por el Facebook de la Gobernación.

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