Hace pocos días el municipio italiano de Gemona del Friuli despertó con un aberrante titular en los medios locales: un hombre fue asesinado y luego descuartizado por su madre y su pareja sentimental, quienes confesaron el crimen ante las autoridades del país europeo.
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Y a medida que las pesquisas avanzan para establecer las motivaciones detrás de este homicidio, se conocen más detalles de las confesas asesinas de las que no se tenían muchos datos: la pareja de Alessandro Venier –la víctima- es de origen colombiano, de allí el interés en esta dantesca historia.
Maylin Castro Monsalvo es originaria del municipio de Puerto Colombia, en el Atlántico, además de ser sicóloga egresada de la Universidad de la Costa (CUC), también se supo que el 6 de enero de 2021 entró a ser parte de la planta de trabajadores de la Alcaldía de su población con el cargo de jefe de la Oficina de Salud Pública.
Una cruenta confesión
El cuerpo de Venier fue hallado el pasado jueves 31 de julio en el sótano de su vivienda, cubierto con cal viva y oculto en un contenedor de basura. Ese era solo el principio de una escabrosa confesión que empezaría a darle forma a la planificación del crimen.
De acuerdo a lo que recoge Sky Tg24 de la audiencia de validación del arresto, el homicidio tardó unas seis horas desde que intentaron adormecerlo hasta que finalmente lograron su cometido. “Lo aturdimos con una pastilla para dormir alrededor de las 5:30 p.m., pero no murió hasta alrededor de las 11:00 p.m. porque no pudimos terminarla”, confesó Lorena Venier, la madre y jefa de enfermería de 62 años.
Pero su relato es aún más cruel: “Intentamos asfixiarlo con una almohada, pero Alessandro siguió luchando, a pesar de estar débil”. Una vez muerto no cabía en el contenedor donde “se suponía que se descompondría” por eso decidieron descuartizarlo en tres partes, eso no estaba dentro del plan.
“Usé una sierra para metales para cortarlo en tres pedazos, y Mailyn lo llevó al garaje y lo cubrió con cal”, admitió Venier durante la audiencia ante el juez de instrucción del Tribunal de Udine.
El cuerpo de Venier fue hallado el pasado jueves 31 de julio en el sótano de su vivienda, cubierto con cal viva y oculto en un contenedor de basura.

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La llamada a las autoridades fue realizada por las propias implicadas poco después de las 10:30 a.m., y sus declaraciones iniciales ante los Carabineros fueron consideradas autoincriminatorias.
Horas después de su captura Lorena confesó ante las autoridades haber asesinado y descuartizado a su propio hijo, en complicidad con la pareja de este.
“Fui yo, y sé que lo que hice fue monstruoso”, declaró primeramente Venier ante el fiscal adjunto durante su interrogatorio, según confirmó su abogado defensor Giovanni De Nardo a la agencia Ansa. El letrado agregó que su clienta se encontraba “visiblemente conmocionada por la crueldad de su acción y por cómo violaba cualquier ley natural”.
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En medio del proceso judicial, la fiscal adjunta de la provincia de Udine, Claudia Danelon, señaló que “el panorama del caso familiar es bastante complejo”. Las pesquisas revelaron que el crimen se desencadenó tras una intensa discusión entre los tres adultos involucrados.
¿Qué motivó el crimen?
Alessandro según apunta la prensa local, tenía previsto viajar a Colombia el 26 de julio con su esposa e hija. Según relatan las acusadas, Mailyn temía por su integridad si regresaba a su país de origen.
Por eso, madre y pareja llegaron a la conclusión que la única salida era la muerte del hombre de la que venían pensando desde hacía meses, según dijo la adulta mayor en la audiencia. La noche del crimen se habría producido una discusión familiar, que escaló rápidamente.
“Mailyn fue golpeada violentamente, insultada y amenazada de muerte repetidamente”, explicó. “Mi hijo minimizó su depresión posparto. Cuando decidí denunciarlo, me dio un puñetazo en la espalda”.
Y es que Alessandro no quiso poner la mesa y también se molestó porque su madre no los quería llevar al aeropuerto.
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En ese momento, la italiana y la colombiana le habrían administrado una sustancia sedante al hombre en una bebida. Como la dosis no resultó suficiente para inmovilizarlo, Lorena le inyectó insulina y, posteriormente, ambas intentaron asfixiarlo.