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Las Fuerzas Armadas de Ecuador han intensificado los operativos en diversos puntos de la frontera con Colombia, en la Amazonía del país, para fortalecer la seguridad en esas zonas tras el asesinato de once militares por parte de presuntos miembros de los Comandos de la Frontera, grupo disidente de la extinta guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

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Según informó el Ejército este martes, las operaciones se desarrollan en la jurisdicción de la Brigada de Selva 19 Napo, a la que pertenecían los militares asesinados el pasado viernes, “como parte de una estrategia integral para fortalecer el control y la seguridad en la frontera norte del país”.

Desde la madrugada se llevan a cabo patrullajes terrestres y aéreos en puntos estratégicos de la Amazonía, por medio de vehículos blindados, apoyados por un helicóptero Super Puma y dos de combate Fennec del Ejército, además de tres helicópteros de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE).

“Esta combinación de fuerzas permite una cobertura eficaz en áreas de difícil acceso y zonas de alto riesgo”, señaló la institución en su cuenta de la red social X.

Además del patrullaje terrestre y aéreo, se intensificaron las operaciones en los ríos San Miguel y Putumayo, situados en parte de la frontera con Colombia.

“Estas acciones buscan garantizar el control fluvial y prevenir el uso de estas rutas por parte de grupos irregulares”, dijo el Ejército, que señaló que los operativos se mantendrán “de forma sostenida y coordinada con otras instituciones del Estado”.

“Esta información nos permite ir identificando lugares hacia donde posiblemente se están desplazando para tratar de salir del sector”, dijo el comandante general del Ejército, Henry Delgado, en referencia al grupo criminal que estaría operando en la zona donde está la Brigada de Selva 19 Napo.

Los once soldados fueron asesinados el viernes cuando realizaban un operativo contra la minería ilegal, tras una emboscada que el Ejército ecuatoriano atribuyó a los Comandos de la Frontera, que negó su participación, según un comunicado difundido en Colombia.

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El enfrentamiento se registró en el sector llamado Alto Punino, una zona situada en la cuenca alta del río Punino donde ha proliferado en los últimos años los campamentos de mineros ilegales de oro que se encuentran en el límite provincial entre las amazónicas Napo y Orellana, separadas de Colombia por la provincia de Sucumbíos.

Tras la masacre, las Fuerzas Armadas investigan una posible filtración de información de las operaciones en la zona por parte de militares hacia miembros de Comandos de la Frontera y del grupo criminal ecuatoriano Los Lobos.

El Ministerio de Defensa dijo que hasta el sector se desplazaron más de 1.500 militares de fuerzas especiales, unidades de Inteligencia y unidades contraterroristas para reforzar la brigada, con la misión de “localizar y neutralizar” a los integrantes de este grupo, supuestamente liderado por alias ‘Compadre’, abatido tras la masacre por las fuerzas de seguridad.