Los seres humanos pueden crear lazos afectivos con las mascotas que incluso pueden incidir en su salud mental.
Además, contar con la compañía de un perro o un gato puede ayudarle a gestionar mejor sus emociones y desarrollar habilidades ligadas a la responsabilidad y compromiso con los demás seres vivos.
De acuerdo con la directora del doctorado en Psicología de la Universidad Simón Bolívar, Lizeth Reyes, tener un animal de compañía va relacionado con disciplina, manejo del estrés, convivencia, respeto, normas, higiene, autocuidado, cuidado del otro y manejo de límites.
'Las mascotas se pueden convertir en una compañía que se traduce en el compromiso por los cuidados respectivos', dice.
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Reyes añade que estas también ayudan con el cumplimiento de responsabilidades frente a otro ser vivo.
'Ayudan a fijar límites de respeto, puesto que las mascotas siempre marcarán su territorio y mostrarán hasta dónde puedes interactuar con ellas. Eso también ayuda a regular emocionalmente los impulsos de los niños', explica.
Para Reyes la gran lección que dejan las mascotas es que enseñan a los seres humanos a convivir con los demás seres vivos. También les atribuye que pueden servir en el proceso de 'aprender a dar y recibir afecto'.
En el caso de las personas solitarias, la especialista explica que una mascota puede ayudar como opción para interactuar, teniendo en cuenta que no habrá una retribución igual a la que puede ofrecer un ser humano.
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Un animal de compañía puede ayudar a las personas que sufren depresión, bajo el entendido que esta enfermedad está 'asociada al hecho de querer vivir en el pasado recordando con tristeza, dolor y sufrimiento lo que fue y lo que no pudo ser, sin poder vivir el aquí y el ahora'.
Frente a ello, explica que la mascota ofrece de cierta forma un margen de seguridad porque al depender del humano 'no te dejará y te querrá incondicionalmente'.
Las mascotas no son un psicólogo. Los seres humanos canalizan las dependencias a través de emociones, explica la psicóloga Luana Polo. 'Cuidar una mascota permite que las personas tengan un complemento emocional. Es decir, hay un fortalecimiento de vínculos afectivos, ya sea por la soledad, pérdida de familiares o por el mismo ciclo de vida'.
La especialista de Positiva apunta que, de alguna manera, las mascotas ayudan a que las personas no se sientan solas. 'La energía de la vida de las mascotas te recarga', dice.
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Polo también advierte que la dependencia excesiva hacia el animal y su humanización no es un comportamiento sano. 'Cuando se hace eso vamos a perder la perspectiva olvidando la diferencia que hay entre el ser humano y la mascota (…) debemos tener especial cuidado porque de todas maneras los animales de compañía son seres vivos, pero no humanos'.
Expresa que una de las señales negativas es cuando, por ejemplo, al perro se le empieza a hablar de los sucesos del día 'tal cual como si fuese un humano', ya que se debe entender que no habrá una retroalimentación como la que se puede dar con un familiar o amigo .
David Quintana, médico veterinario de la Universidad de la Salle y coordinador de asuntos médicos de Heel Colombia, reconoce que hay un gran valor en el hecho de compartir tiempo con una mascota.
Según el experto, un animal de compañía también ayuda a fortalecer lazos familiares teniendo en cuenta que los miembros del núcleo van a tener un punto en común como lo es la mascota.
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Además, según Quintana, también se valora el hecho de que quienes tienen un animal de compañía van a desarrollar y fortalecer sus cualidades de responsabilidad.
Aunque una mascota no va a reemplazar a un ser humano, los especialistas coinciden en que es 'un gran soporte emocional'. Reiteran que se deben entender los límites y que no se debe, 'por nada del mundo', tratar a estos animales de compañía como si fueran personas.
