Voceros de la familia wayuu que fue atacada a bala por un clan este sábado en la ranchería Hitka, localizada en el territorio conocido como Ceura, pidieron al Gobierno nacional, departamental y al municipio de Maicao, que no los abandonen porque temen una nueva incursión criminal.
El atentado solo fue conocido hacia el mediodía de este domingo y desde entonces las autoridades de Policía y el Ejército se desplazaron a la zona para verificar en detalle lo acontecido y brindar protección a los agredidos.
Este conflicto se agudizó la mañana de este lunes, luego de correr el rumor sobre un posible nuevo fallecido, quien pertenecería al grupo de los que inicialmente habían causado la masacre.
La situación se torna más compleja y en la comunidad Hitka, las mujeres indicaron que no están armados y siempre han sido un grupo pacífico donde hay cerca de 60 personas en diez familias.
No hay registros oficiales
Los indígenas wayuu, argumentando usos y costumbres desde sus ancestros, se oponen a llevar sus muertos a Medicina Legal e impiden cualquier procedimiento que signifique registro de autoridad ordinaria y por esto solo llegan versiones recortadas.
'Es difícil el desplazamiento a esa zona por particulares que expondrían así su integridad y la vida en medio de protagonistas que están agazapados esperando una oportunidad para atacar', explicó un investigador de Policía Judicial.
Quieren salir de la ranchería
Las mujeres, que han tomado la vocería del grupo de Hitka, llamaron a las autoridades a que no se retiren de la zona y solicitaron que les hagan un acompañamiento para desplazarse del territorio ancestral, pues temen una masacre de mayores proporciones si siguen en este sitio.
Los que han salido de la zona sostienen que había varios niños y adultos desaparecidos y que uno de los que huyó habría aparecido en Riohacha, donde indicó que tomó por toda la orilla de la carretera Troncal el mayor tramo dentro del monte hasta llegar a Riohacha luego de caminar cerca de 45 kilómetros. Los demás fueron personas que se metieron al monte para evitar las balas, pero han ido retornando a la ranchería.